11.

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Si nos perdimos una, dos o cinco horas ni siquiera fuimos conscientes. Tampoco Taehyung, al parecer. Su recibimiento fue exactamente el mismo que cuando llegamos a la fiesta, con la única diferencia que ahora quien lo acompañaba en su estado eufórico era Jimin. Sus contrastantes voces se alzaban sobre la música, cantando los lyrics de una famosa canción americana en un inglés que daba ganas de llorar.

Yoongi y yo nos acercamos al grupo con los dedos temblorosos, entrelazados. Los dos más colgados del trío ni siquiera se dieron cuenta, pero juré que Jungkook sí se percató al observarnos por el rabillo del ojo. No supe interpretar muy bien su gesto, pues aunque le dirigió una mirada a Yoongi que pudo deducirse como cómplice, la forma en la que sus labios se torcieron por un segundo mientras giraba la vista hacia sus amigos me dejó descolocada.

Quizás, de todos los presentes, él era el único consciente de cuánto tiempo nos habíamos desaparecido realmente.

—¡Pero si es Suga! 

Taehyung se abalanzó sobre Yoongi, pasando un brazo por encima de su hombro mientras alargaba las vocales del apodo en un grito que pudo habernos dejado sordos a todos. Se recargó sobre él y empezó a mover los pies, saltando como si estuviera bailando la polka rusa a ritmo completamente incoherente, que ni por asomo se relacionaba con la canción que sonaba en ese momento. Yoongi rió arrugando la nariz y no me llegué a creer del todo lo que estaba viendo. Parecía genuinamente feliz.

—Rapea para nosotros mientras te fumas el porro de bienvenida. ¡Freestyle, hyung, freestyle!

—¿Qué coño dices, Taehyung?

Las encías de Yoongi se mostraron de nuevo y esta vez frunció el ceño, sin entender un puto pelo pero igualmente divertido. Él y yo estábamos casi sobrios por todo lo que habíamos sudado antes, así que ambos podíamos notar las incoherencias tanto de su compañero de piso como de sus amigos y la gente de alrededor en general. Taehyung hizo una señal con la mano a Jimin, quien a movimientos torpes sacó un par de cigarrillos de María ya preparados. Joder, estos tipos no perdían el tiempo. Se llevó uno a los labios y le dio el otro a Tae, que tan veloz e inquieto como el viento se lo acomodó en la boca buscando el mechero entre las bolsas de su chaqueta.

Su brazo no se retiró de los hombros de Yoongi aún cuando dio con él. Con su mano libre friccionó el encendedor y lo llevó al papelillo entre sus labios. Arrugó el ceño mientras absorbía con los ojos fijos en el porro consumiéndose y luego sonrió, retirándoselo de la boca para pasárselo a Min entre su dedo índice y pulgar.

Yoongi lo tomó, dándole la primera calada mientras me miraba con los ojos entrecerrados. Taehyung se relamió los labios con su gesto alegre y luego volteó a verme, haciendo un movimiento de cabeza para invitar a que me acercara.

—¡Seori! —casi canturreó y estiró su mano libre, tomándome de la muñeca—. ¿Qué pasa, eh? ¿Te vas a divertir con nosotros o no?

—Me estoy divirtiendo, Taehyung —sonreí a medias, mordiéndome el labio en cuanto sentí la mirada cómplice de Yoongi sobre mí—. Tanto que tuve que convencer a Yoongi de que no nos fuéramos. Él ya se largaba al apartamento sin ti.

—¡Yah, eso es muy grosero, hyung!

—¿A quién le dices "yah", mocoso? Respeta a tus mayores.

Tae se limitó a reír escandalosamente, haciendo una mueca con las cejas juntas y su sonrisa bien abierta. Si no supiera que estaba tan jodidamente drogado juraría que estaba llorando. Se inclinó hacia adelante y aún agarrándome me atrajo a muy pocos pasos entre él y de Yoongi, quien volvía a calar el porro mirándome de reojo. Me recorrió un escalofrío al verme tan cerca de ellos, frunciendo el ceño con media sonrisa cuando Taehyung me soltó de la muñeca y subió su mano hasta mi hombro, aferrándose ahí a la vez que me sacudía ligeramente.

staged » bts; myg.Where stories live. Discover now