36: Arrepentimiento

4.2K 276 6
                                    

✓Editado✓

Narra Jace

- Aquí estoy - dije mientras trotaba hacia donde estaba Magnus y Alec e Izzy.

- Bien - dijo Magnus - ¿Están listos? - todos asentimos, y en unos segundos el portal estaba frente a nosotros. Yo me despedí rápidamente de todos, y les agradecí. Dí unos pasos hacía el portal y me adentré en él. De un momento ya me encontraba en Alacante. Y no, no tenía ni idea de dónde se hallaba la casa de la Familia Colbung, pero siendo una unidad de buenos cazadores, no dudaba que alguien por aquí lo supiers

Narra ______

Me encaminé al lago, no sin antes cerrar bien la casa. Desde el incidente con Adam, estoy un poco paranoica, y nada le impide entrar en Idris, así que mejor no me arriesgo. Tome la canasta donde había puesto unos sándwiches, fruta y unas botellas de agua, y me puse en marcha hacia mi destino.

Cuando llegué, el cielo se había nublado, pero no parecía que fuera a llover, así que era mi día de campo perfecto. Luego de comer algo de fruta, me puse de pie, me acerque a la orilla del lago para respirar un poco de aire fresco, y sentí unas pisadas detrás mío. Cuando giré sobre mí misma lo ví. Con sus oscuros cabellos azotando su frente, su tez pálida, su mirada carnívora como si fuera a devorar a una de sus presas, esa que tanto me asustaba. Sin que pudiera reaccionar, ya sostenía mi cuello con ambas manos, y hacía presión, dejándome así sin aire. Ambos estábamos en el suelo, él encima mío, inmovilizandome. Yo intentaba luchar en su contra, pero mis esfuerzos eran en vano, no podía hacer nada contra él. Mis uñas rasgaban la piel de sus manos intentando lastimarlo, pero no lo lograban.

- Zorra estúpida - dijo entre dientes - Ahora si que no está tu noviesito para salvarte ¿O sí? - la presión era cada vez más fuerte.

- ¡Adam suéltame! - dije con un último hilo de voz. Y no sabía porque, pero su tacto se sentía familiar. No por las veces que había estado en el Instituto, o incluso en mi cumpleaños, sino como si hubiese sentido sus manos rozando mi piel hace años. Era horripilantemente conocido.

- Todavía no. - dijo con una sonrisa maliciosa. Se puso de pie, levantándome a mi también por el cuello, y me arrojó contra un árbol, sin soltarme - Jason te envía una mensaje. Prepárate, porque pronto se volverán a ver las caras, y está vez no ira con unos simples guardias - sus manos se cerraban con fuerza alrededor de mi cuello, y sentía la falta de oxigeno en mis pulmones.
- Ya Adam. Suéltame! -dije mientras mis ojos se cerraban.

- Si tú dices - tan pronto término la frase, me arrojó al agua, con una fuerza sobrenatural, y pude ver como se alejaba corriendo.

Yo hice todos mis esfuerzos para ir a la superficie, y note que no estaba tan lejos de la orilla, ya que el lago no era muy grande. Tomé aire rápidamente y nadé hasta la orilla. Tan pronto llegué, comencé a toser y a sacar toda el agua atorada en mi garganta, hasta que oí unos pasos nuevamente. Entré en pánico porque aún no expulsaba todo el agua, y me sentía muy débil, así que gateé un poco, acercándome hacia donde había dejado mis cosas para tomar un cuchillo que había sobre la manta, pero entonces me di cuenta de que no era Adam.

Narra Jace

Estuve unos minutos tocando la puerta, pero nadie abría. Supuse que me estaba ignorando, y lo entendía. Cuando estaba por marcharme, una mujer, de no más de treinta años, se acerco a mí.

- ¿Buscas a _____ Colbung? - preguntó amablemente.

- Sí, ¿Tiene idea de donde podría estar? - pregunté.

- Sí, eso creo. Supongo que está en el lago, el que esta a unos metros de aquí - me dió unas indicaciones de como llegar. Yo le agradecí, y estaba por marcharme, pero me detuvo -  Oye...  ¿Sabes qué le pasó? Yo se que va allí cuando está triste o necesita olvidar, pero no sé por qué.

- Tuvo una discusión con alguien muy estúpido, que la lastimó innecesariamente - dije.

- Entiendo. - dijo mientras retomaba su camino, pero se detuvo - Suerte, puede ser algo difícil a veces -me sonrió, y luego retomó su camino.

Yo me dirigí corriendo al lago, por lo cual el camino no fue tan largo. A lo lejos pude divisar una figura que intentaba llegar a la orilla, y al no ver a nadie más, comencé a correr lo más rápido que pude. Tan pronto llegue hacia donde se encontraba la figura,  vi a _____ gateando y tosiendo agua, completamente mojada. Me arrodillé junto a ella. Se veía débil.

- ¿_____?¿Qué te paso? - le pregunté.

Narra ______

No podía creer que Jace estuviera frente a mí. No sabía cómo reaccionar. Pero lo que si sabía, es que se quedaría sin parabatai, y que Brooklyn ya no tendría a su gran brujo tan pronto pisara New York. Mi única reacción solo fue ponerme de pie e intentar echar a correr, pero todavía estaba débil. Mis piernas fallaron, y caí en la misma posición en la que me encontraba hace menos de un segundo. Jace apareció frente a mi.

- ¿Podrías decirme que te pasó? - me preguntó.

- No importa - me puse de pie,  y comencé a caminar hacia mis cosas, con dificultad, pero intentaba no demostrarlo - ¿Puedes decirme qué haces aquí? - le repliqué algo molesta. 

- Vine a disculparme por ser un completo idiota. Y a remediar las cosas- dijo mientras se paraba frente a mí.

- Bueno pues...  - tomé la canasta, con todas mis cosas dentro entre mis manos, y comencé se caminar - Estás perdonado, y lamento que tu viaje haya sido solo por eso,  pero ya puedes volver al Instituto - ya me había alejado bastante de él, así que comencé a acelerar el paso, pero un simple grito me detuvo.

- ¿Recuerdas lo que te dije tu primera noche en el Instituto? - me preguntó, y yo me volteé a verlo, mientras daba cautelosos pasos hacia mí.

- Lo que paso, paso. Y no podemos hacer nada para cambiarlo - deje mis cosas en el suelo. Lo recordaba tanto como si lo acabara de mencionar - ¿Qué hay con eso?

- Que no te dije lo mas más importante - se acercaba hacia mí cada vez más, hasta el punto en el que solo nos separaban mis cosas.

- ¿Y qué es? - dije observando a mi alrededor, porque mis ojos se empañaron de lágrimas, pero esta vez no iba a ponerme a llorar como una estúpida frente a él.

- Lo que paso, paso. Y no podemos hacer nada para cambiarlo, pero si podemos hacer algo para cambiar lo que va a pasar - en ese momento lo mire a los ojos, y trague mis lagrimas. Sus ojos ya no estaban vacíos, al contrario desbordaban arrepentimiento.

¿Nephilim o Mundana? (Jace Wayland y Tú) EN PROCESO DE EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora