JUGADORES

T R E S .

Blake.

Harriet está sentada en la parte de la ventana del deportivo mientras grita junto a pequeñas risas se le escapan, con el frío aire de la ciudad golpeando su rostro y moviendo su lacio cabello plateado a todos lados. Después de ir a la empresa y dejar a Erin en casa decidimos venir a un nuevo club nocturno. Harriet viene con un plateado y brilloso vestido de noche corto, unos tacones altos, junto a su maquillaje y cabello suelto; yo me puse una camiseta negra remangada hasta los codos junto a mis jeans.

Salimos del deportivo ganándonos varias miradas de las personas que se encuentran haciendo una larga fila. Le lanzo las llaves al parking mientras tomo a Harriet de la cintura para entrar al club.

Es grande y de dos pisos, en el primer piso se encuentra una enorme pista de baile llena de gente. La luces parpadeantes, la música fuerte y el humo por todas partes nos recibie, hay una enorme barra, pequeños lugares parecidos a cubículos llenos de personas tomando y charlando; al lado de las puertas de emergencia unas grandes escaleras que te llevan a la zona VIP, nos encaminamos hacia allí haciendo a un lado a la gente que no quita su vista de nosotros; algo normal en realidad, Harriet es de ese tipo de personas que llaman tu atención rápidamente nada más poner un pie en el lugar. Les mostramos las pulseras al guardia para dejarnos pasar y hago que ella suba primero, dejándome una gran vista de su trasero.

El segundo piso está lleno de sillones de cuero rojos, el piso esta hecho de cristal que te dejan ver todos tipos de peces, tiburones, y manta-rayas nadando debajo tuyo, el lugar está rodeado de una baranda de metal para poder observar la planta baja.

Nos sentamos en uno de los grandes sillones. Después de un rato el mesero llega con dos nuevas bebidas llamadas "Venus".

-¿Qué piensas sobre lo que dijo nuestro donante de esperma? -le pregunto pasando mi brazo por el respaldo del sofá.

Suspira y toma un trago mientras hace una mueca. -No me agrada la idea de que tenemos que llevar acompañante.

-No deberías preocuparte por eso, yo no llevaré a nadie.

-Lo sé, nunca hacemos caso a lo que él dice. -se ríe. Le beso la coronilla y se gira a verme. - O a lo que los demás dicen.

Se a lo que se refiere, nadie además de Erin aprobaría nuestro amor, es de este tipo de amor loco.

Empieza a contarme cosas mientras yo veo encantado la danza que hacen sus labios al hablar o soltar esa risa que me hace olvidar de todo, haciéndome el hombre más feliz por haber vuelto hace unos años. Hace unos movimientos con las manos mientras mira mis ojos. Me pregunta si soy capaz de serle infiel, haciéndome reír.

-Yo sé que si me encontraras engañándote me intentarías cortar. -digo divertido haciendo que ella ría. Yo sé que ella nunca estaría con algún otro hombre, y el que me diga lo contrario sé que está mintiendo. -¿Vamos? -le propongo, después de dos horas más de charla y baile. Le muestro las cortinas color vino que están del otro lado del área.

Me sonríe cómplice mientras nos levantamos para adentramos al lugar tomados de la mano, con ella detrás mío. Velas, más humo, y varias parejas besándose nos reciben en esta nueva área.

Entramos a un cuarto que no le doy tiempo de observar, porque se cuan curiosa es, cierro la puerta con pestillo y la jalo hacia mi haciendo que su espalda se pegue a mi pecho.

-Me has tenido deseándote en todo el día y noche. -le digo con voz ronca hundiendo mi rostro en la abertura de su cuello. -. Además de que me vuelves loco con ese vestido. - declaro.

Beso detrás de su oído mientras la sangre se me va a una parte específica del cuerpo al escucharla soltar un gemido.

Se da una vuelta mientras se muerde levemente el labio y me atrae a sus labios. La empiezo a besar tiernamente, disfrutando del sabor de sus labios. El beso se empieza a profundizar haciendo que lleve mis manos a su cintura y la una a la pared. Ella coloca sus manos detrás de mi cuello para empezar a jugar con mi cabello. Abro más su boca para que nuestras lenguas hagan su propio baile y movimientos eróticos, muevo mis manos de arriba hacia abajo entornando su cintura haciendo que su vestido suba en cada uno de mis movimientos. Cuando necesitamos respirar decido chupar y morder su labio inferior haciendo que suelte suspiros entrecortados, hago un camino de besos y mordidas por todo su largo cuello hasta llegar al tirante de su vestido.