D I E C I O C H O .

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Harriet.

Empiezo a abrir lentamente los ojos mientras que con mi mano busco perezosamente el cuerpo de Blake, me siento de golpe en el colchón al no sentirlo cerca, miro hacia la puerta del baño pero esta cerrado y no parece como si estuviera ocupado ya que si no se vería la luz pasar por las pequeñas ranuras de la puerta. Me paso la mano por el rostro y gateo un poco para llegar a la orilla e inclinarme a ver mi móvil que se encuentra en el buró con la carga completa, ¿Cuándo lo cargue?. Veo una hoja de papel con una letra hermosa y casi cursilava.

"Tuve que irme. Perdóname por dejarte sola pero tengo que resolver algo, llámame cuando despiertes o cualquier cosa... Lo que a ti no te parezca importante para mi si, así que avísame. Te amo. Llegare pronto."

Blake.

Me muerdo el labio levemente y guardo la nota dentro de uno de los cajones.

Suspiro y tomo el móvil, estaba a segundos de llamar a Blake pero escuche la puerta de mi habitación intentar ser abierta, poniéndome en alerta.

Recuerda, un golpe en la cabeza con la esquina del móvil y ya queda inconsciente.

-Disculpe si la desperté, - dice Isla que sostiene una charola llena de fruta, jugo y hotcakes - pero el joven Blake me ordeno que le subiera el desayuno a esta hora aproximadamente.

Asiento y ella entra a mi habitación, deja la charola en la mesa redonda pequeña que tengo cerca de las ventanas corredizas y se despide con un asentamiento cerrado la puerta delicadamente.

Escucho el sonido de mi móvil y rápidamente contesto.

-Ya sabia que a esta hora estarías despierta hermosa. - escucho la voz de Blake del otro lado de la linea y podría jurar que tiene su característica sonrisa llena de altivez.

-Como siempre, acertaste.

-¿Te sientes mejor?. - susurra.

-Si..., ya no estoy como ayer y eso es avance. - le respondo.

Y eso es verdad, creo que dormir me ha hecho bien, no pasar por esto sola nuevamente también fue de ayuda, Blake fue mi ayuda, aunque intente ser fuerte el es terco de que quiere llevar mi dolor también. Aunque ya debería superar tal cosa, ya que no quiero que el sufra o algo así, ambos podemos ser fuertes, aunque... Desde hace años mi bienestar siempre ha estado en manos de el, es como si a el le pasara algo yo prácticamente no me creo capaz de hacer nada, dependo cien por ciento en el y en lo que siento por el.

-No sabes que alivio se siente escuchar eso.

-¿Porqué te fuiste?. - indago con voz triste.

Me he acostumbrado demasiado a despertar a lado de el, ser despertada por caricias, besos, susurros y respiraciones en mi cuello junto a su erección en mi trasero.

-Estoy resolviendo algo, no tienes que preocuparte de nada. - dice para después ser inundado el silencio. - espero Isla te haya llevado ya el desayuno. - lo escucho decir.

No se que este haciendo, pero cuando me entran por ataques de pánico, por despertar por las pesadillas o llorando el se vuelve al igual que yo inestable, se llena de ira y es muy impulsivo.

-Si, te llamo después Blake. - no espero su respuesta, solo cuelgo.

No creo que tenga muchos problemas que resolver, las drogas que están creando son muy bien vendidas, todos los clubes están pagando acorde lo acordado, los campos de mariguana están bien vigilados y los JUGADORES están haciendo sus restos, aunque claro, cada vez son menos. No tengo ni la menor idea de que este haciendo, pero por el momento no quiero averiguarlo, después le puedo sacar la verdad.

Desplazó las cortinas color beige haciendo que los rayos del sol empiecen a iluminar la habitación, me acerco al vidrio y puedo ver la figura masculina de un guardia de seguridad.

Ya decía yo que había dejado a alguien antes de irse...

Me separo de la ventana y me acerco a la mesa de madera que tiene dos sillas para sentarme en una de ellas y desayunar.

Tomo mi móvil y enciendo la televisión con el, tomo un trozo de kiwi y me lo llevo a la boca mientras veo las noticias esperando encontrar algún indicio de como van los JUGADORES.

Un cadáver en cada parque de Los Ángeles, cinco veces escrito la palabra "Juego" en las calles, el pánico en la cuidad.

Ingreso un trozo de Hotcake a mi boca sin despegar mi mirada de la imagen de un señor de al menos cuarenta y cinco años, cabello azabache, tez morena, complexión atlética y con un traje muy elegante.

-El señor Baires ha desaparecido ayer por la noche a las tres y cuarto horas de la madrugada, se encontraron restos de sangre en las puertas de su mansión, y, según los policías en la cámara de seguridad se ven a dos hombres llevándoselo a la fuerza mientras uno de ellos esta con un móvil en el oído. - dice la voz de reportera.

Apago el televisor con la sensación de haber recordado vagamente al hombre que ha desaparecido.

Me levanto después de acabar mi desayuno para después irme a bañarme. Me despojo de toda mi ropa mientras la bañera se termina de llenar, ingresó dentro y el aroma a rosas inunda mis fosas nasales haciéndome cerrar los ojos mientras recuesto mi cabeza en la loseta de las orillas de la bañera.

-Esta hermosa. - escucho una voz masculina pero la resplandeciente luz no me deja ni siquiera ver algo, solo siluetas y la única que reconozco son la de Daemon y su hijo.

-Lo se, y es toda mía y de mi único heredero y, ahora... También de mi mejor amigo - dice la alegre voz de Daemon haciéndome estremecer.

Veo la silueta misteriosa acercarse a mi, la luz me lastima, es muy fuerte y da directo a mis ojos, es como si fuera un reflector y estuviera disfrutando de iluminar mi desnudo, golpeado y débil cuerpo.

Entre cierro los ojos para lograr verlo, su cabello parece ser azabache, no se si es tu verdadero color pero parece ser moreno, facciones duras, complexión atlética y vestido con trajes elegantes, tal y como los dos hijos de puta que lo acompañan.

-Prepárate preciosa, que mañana también haré mía. - su vez es gruesa y un tanto ronca, y sin duda, cargada de deseo.

Abro los ojos rápidamente al recordarlo, es el, el del noticiero... Baires.

Me salgo rápidamente de la tina envolviendo mi cuerpo con una bata, salgo y me coloco un mis bragas seguido de un pans gris claro y una playera azul algo pegada a mi cuerpo.

Siento ese vació ya conocido creciendo en mi interior hasta que veo como la puerta se abre de golpe y mi pecho y yo vuelvo a ser la de antes.

Corro hasta la puerta y abrazo a Blake que el gustoso lo responde apretujandome mas a el.

JUGADORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora