S E S E N T A .

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Harriet.

Ha pasado un rato desde que Blake dejo de gritarle una y mil groserías al hombre que trajo el cuerpo muerto y apenas en formación de mi bebe, metido en un frasco mientras flota en el agua, con sus pequeñas manitas unidos a la media formación de antebrazos, colocándose pequeños rasgos heredados.

El agua es entre marrón y anaranjada. Y yo, solo desvió mi vista para notar lo tenso que esta Blake, viendo de reojo al feto para después regresar su vista a la puerta, inhalando fuertemente y apretando tanto la mandíbula que de seguro ya le ha de doler. Miro otra vez el bebe y suspiro al ver nuevamente como parece estar aferrado al cordón.

Y, pasar en una etapa de duelo cuando estas tan encadenada solo te hace sentir las cosas con más fuerza, además, de que al encontrarte así tu imaginación te atormenta. El pecho me duele tanto como si me lo estuvieran oprimiendo, con tan presión que siento que puede explotar, o alguien está jalándome el corazón en dos direcciones distintas. Lo siento como si fuera un ataque seguido de otro y otro, hasta que te da un derrame y mueres.

Aunque no solo han traído a mi hija, -se ahora que era niña porque de lo contrario su aparato masculino ya tuviera indicios de haber iniciado- también nos han vuelto a cambiar de posición. Ambos estamos sentándonos a unas sillas, uno en cada extremo, con las cadenas ya oxidadas y tal vez debilitadas por la humedad del sitio, apretándonos más los tobillos y las muñecas, amordazados y con el frasco en medio de nosotros.

También he dejado de llorar, o al menos ya no como antes. Ahora solo por momentos lagrimas silenciosas que, aunque quiera no le pasan desapercibidas a Blake. Sonrió ante el pensamiento de Blake a molesto al ver al primer novio de nuestra hija, intentando convencerme o bromeando para que la encerremos y no tenga nunca novios.

Miro a Blake y este ya me esta viendo, con la preocupación y el dolor marcando cada uno de sus rasgos. Y, aunque intente no pensar mas las imágenes de el jugando con una niña castaña de ojos grises oscuros vienen a mi mente, junto a donde está consintiéndola en todo, enseñándola a nadar como con lo hicimos con Erin, regañarla para luego mimarla... desvió mi vista al suelo e intento dispersar nuevamente las lágrimas. Todo esto me hace sentir tan expuesta, sensible, impotente y sobre todo derrotada.

Mi rostro se contrae de furia y alzo la vista para ver como la puerta se vuelve a abrir, mostrándonos a Carmen. El dolor se vuelve en un odio más intenso y las lágrimas desaparecen, para luego sentir como mi cuerpo instintivamente se tensa por completo. Mis ojos solo siguen sus movimientos mientras el único sonido además de los grillos y ventiladores, son sus tacones que resuenan por todo el lugar.

—Por mas que lloren...—empieza a decir tomando el frasco y abriendo una bolsa negra de basura, para después escuchar el sonido del vidrio rompiéndose. El mismo hombre rubio-seguro teñido al igual que Carmen-, que hace los cambios entra a la habitación y se lo lleva, con la bolsa goteando un poco. — no me gusta verlos así, pero como madre debo castigarlos.

Se acerca a mi e intento alejarme, pero esta me toma del rostro, parece sacar una toalla húmeda y limpia las lágrimas. Besa mi frente y gruño, alejando mi rostro. Se posiciona detrás mío y siento que desata el amarre en mi boca. Cuando me lo quita se dirige a Blake y repite lo mismo.

—Sera mejor que todavía no hablen...

—No, ¿sabes qué?, tengo tanto que decirte maldita hija de puta que no me pienso callar. Tu no eres mas que una maldita enferma mental, con una obsesión por la miserable vida que tenías antes y ¿Por qué?, porque te cogías a Callum solo para que el te siguiera dando tu vidita de lujos; tu malinterpretas los recuerdos porque de ti no tengo ninguno bueno. Hablas mal de Callum cuando tú, Carmen, eres peor que él. Porque el no obligaba a su hija a mentirte para que creyeras que, si le entregaba el veneno, lo tiraba a las plantas maldita escoria hipócrita. Porque el a pesar de todo lo que se enteró nos dejó escapar, —mi voz va subiendo cada vez mas de tono. — ¡porque el no hubiera matado a mi hija!, y tú. No eres más que una estúpida trastornada con grandes necesidades de atención que ni siquiera tus verdaderos padres te dieron. Eres tan mierda que a los años de nacida prefirieron regalarte que soportar a alguien tan...

El sonido de la cachetada que recibo inunda cada esquina de la habitación, seguido del jaloneo de cadenas de parte de Blake.

—¡¡NO LA VUELVES A TOCAR!! —Vocifera el al mismo tiempo que Carmen me grita que me calle.

Me arde la mejilla, pero ahora que he encontrado su punto no pienso detenerme.

—Alguien tan estúpida, alguien que desde pequeña la ha cagado y si alguien debió haber muerto eres tú, porque tú si eres una bastarda, no mi hija. Tu eres resultado de ¿Qué?, claro, una noche de borrachera en un baño público, tú eres una hija fuera de un matrimonio. Vienes de la calle y has regresado aquí porque te creías lo suficientemente "bonita" como para no estudiar y ser la típica esposa inútil.

>>Porque crees que el estudio es para idiotas. Tú, Carmen no eres más que uno de los tantos hijos de la prostituta de tu madre y el alcohólico de tu padre. Me da asco el simple hecho de compartir sangre, de hecho, el respirar el mismo aire que tu—me vuelve a golpear, mi rostro se gira a un lado y mi cabello se pega a mi rostro. Ella está ya con lágrimas en sus ojos. —. Maldita perra...

Y se todo esto porque yo te busque por dos años.

—¡¡NO ME VUELVAS A LLAMAR POR MI NOMBRE!!, ¡¡SOY TU MADRE Y ME DEBES RESPETO!!

—El respeto no lo tienes ni por ti misma, nadie te lo ha dado ni te lo dará.

El jaloneo de las cadenas de Blake se hace más fuertes. Ella me mira furiosa y yo solo se la sostengo, su respiración es acelerada y se ve afectada, desorientada.

—Te matare desde adentro. —gruño.

Se escucha el sonido de una cadena romperse y ambas vemos a Blake. Ha roto el de los tobillos y ahora está de pie, viendo a Carmen con odio y una furia que solo vi cuando le conté lo de Daemon. Sus venas parecieran que podrían reventar en cualquier momento, forcejea el enlace de cadenas oxidadas que rodea las muñecas y estas también se rompen.

De un momento a otro Blake la tiene tomada del cuello, pegándola a la pared e iniciando el ahorcamiento.

—Te dije que no la volvías a tocar. —dice furioso apretando su agarre en el cuello.

Carmen tiene las manos en las muñecas lastimadas de Blake para que la suelte, y no para de intentar inútilmente respirar con la boca.

—Soy... tu madre. —suspira con la voz entre cortada y con dificultad. Su rostro se vuelve en una tonalidad roja para después verse cada vez mas pálida.

—¡¡Y UNA MIERDA!! —grita golpeándola contra la pared. Su rubia cabeza rebota contra la pared y un hilo de sangre sale de su nariz y otro de su oreja. —mataste a mi hijo y golpeaste a mi chica. No eres más que una escoria en el mundo.

La puerta se abre de golpe cuando Carmen parece caer inconsciente por la falta de aire y el golpe, y Blake la ahorca con mas fuerza. Un hombre robusto se acerca corriendo a él con un arma. Intento levantarme, pero fallo.

—¡Blake! —le aviso, pero el hombre ya lo ha golpeado con el mango de la pistola en la cabeza, justo en el punto que te lleva a la inconsciencia.


ººº

Creo que ya se han dado cuenta que entramos hacia los últimos capítulos de la historia desde que dejaron a Erin, ¿no? pero aun así.

ESTAMOS EN LOS ÚLTIMOS CAPÍTULOS. 

Disfrútenlos :3

JUGADORESWhere stories live. Discover now