09.•Subidas inesperadas•.

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A veces, muy de vez en cuando, habían pequeñas subidas inesperadas en la montaña rusa de los sentimientos, de esas que te sorprenden luego de lo que considerabas una bajada constante y te alegraban el momento.

***

Di vuelta la página mientras soltaba un largo y profundo suspiro, mis pensamientos seguían sumergidos en aquellas líneas del libro que leía de tal manera que podía ser completamente capaz de dejar mi habitación y meterme completamente en la historia. Avanzar con mis trabajos de la universidad había sido una idea genial y hasta conveniente para distraerme de todo lo que había pasado anoche, aunque con el insistente zumbido del celular, mi viaje al mundo de la literatura era seriamente interrumpido cada cierto periodo de tiempo.

Aquel pequeño aparato no había parado de sonar desde que me había despertado en el mañana y estaba segura de que también había estado de la misma manera durante toda la noche solo que, gracias al universo, no fue lo suficientemente escandaloso como para despertarme. Sino, quien sabe a qué pobre infeliz hubiese asesinado.

Finalmente cedí al último zumbido que escuché, siendo de esa manera la gota que colmó el vaso de mi paciencia y tomé el celular para dejarlo bajo una de mis almohadas, logrando que aquel molesto ruido que provocaba al vibrar ya no se escuchara o al menos que esté lo suficientemente bajo como para que mi mente pueda pasar de el sin problema alguno. La única razón por la cual no lo apagaba y pasaba el resto de la tarde en paz era por el hecho de que mi abuela siempre me llamaba todos los domingos y aunque era algo de lo que estaba totalmente agradecida, ya que era una anciana bastante ocupada, nunca llamaba a un horario fijo.

Toc-Toc―La voz de mi madre inundó la habitación cuando tocó la puerta con el dorso de su dedo índice, momento exacto en el que había vuelto a mi mundo imaginario, hice un sobre esfuerzo por ocultar mi cara de fastidio ¿Algo más quería interrumpirme hoy? ―Un compañero tuyo, Jungkook, ha venido a verte.

Parecía que mi mala suerte se tomaba muy a pecho mis preguntas retóricas.

No pude ocultar mi mueca de desagrado en esta ocasión, a estas alturas no podía concentrarme en lo que leía ni aunque pusiera todo mi empeño en ello, aun así, no pude ser capaz de levantar mi mirada del libro, ya que si lo hacía me arriesgaría a que mi madre se diera cuenta de que aquello me había puesto ligeramente nerviosa. El simple y maldito hecho de escuchar su nombre me había inquietado y que haya salido de la boca de mi madre le daba hasta un aspecto escalofriante.

―Dile que no estoy―Le pedí firmemente y moví una página para dar una imagen de estudiante concentrada así aquello le serviría a mi madre como la razón por la cual le pedía que me encubriera.

―Es una lástima― comentó en un suspiro que llamó mi atención ya que no solía ser el tono que solía usar pero lo dejé pasar ya que luego escuché como dio un paso hacia atrás, sonreí levemente. Mientras más rápido se fuese más rápido podría volver a la trágica historia que había capturado todo mi interés―Me dijo que te diga que no está― dijo finalmente en tono gracioso.

Fruncí tanto mi ceño que todo mi rostro se transformó completamente. Bajé el libro lentamente, casi asustada por la imagen que pensaba encontrar, y en efecto, ahí estaban los dos. Mi madre riendo junto al mismísimo Jungkook.

―¡Mamá! ―Chillé pero eso solo sirvió para que el volumen de su risa aumentara. Puso una mano sobre la espada de él, invitándolo a pasar e ignorando mi evidente negativa.

―Oh vamos, él simplemente estaba preocupado porque no atendías el celular―dijo convirtiéndose repentinamente en la mujer más amable del mundo, ¿Qué mentiras le había dicho aquel chico como para tener a mi madre tan encantada? ―Hablen un poco, les traeré té.

FRDZ: Friendzone |J.JungkookWhere stories live. Discover now