CHAENNIE: Sueños horribles

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Jennie volvía de su sección de fotos hecha en Busan, hace unos minutos aterrizo su vuelo en Seúl y buscaba desesperadamente alguna floreria cerca, ninguna de las miembros sabia de su retorno, ya que volvería dentro de los próximos tres días, por lo que quería sorprenderlas especialmente a Rosé, su novia. Luego de haber conseguido un hermoso ramo de rosas rojas y una caja de chocolates decidió ir a casa y no hacer esperar más su sorpresa.
Llegó sigilosamente tratando de no despertar a nadie, aun era muy temprano como para que al menos una de las chicas este en pie. Jennie dejo su maleta y bolso en la sala, y tomo las rosas y la caja de chocolate para dirigirse a su habitación compartida con Rosé.
La emoción y felicidad que irradiaba su cuerpo eran tan fuertes, y es que hace exactamente dos semana no veía a su novia y la extrañaba tanto. Hoy solo se dedicaría a estar con ella, también con las chicas pero la mayor parte del tiempo estaría con Rosé.

Pero al abrir la puerta se encontró con una de las peores vistas.

—¡Rosé!— Jennie gritó despertando la de la golpe. La chica rasco sus ojos mientras recobraba la vista, vio a Jennie en frente lo que la hizo sonreír pero no su entendía la furiosa expresión, hasta que sintió unos brazos que la apretaban.

—¡¿Junhoe?!— gritó y a su vez quito los brazos de él que la envolvían por la cintura. Rosé se incorporó rápidamente.
Jennie por su parte arrojo las rosas al piso junto a los chocolates. Sus ojos ardían de rabia y dolor, no tardo en soltar sus lágrimas mientras miraba fijamente a Rosé con su típica mirada fría.
—J-jen, d-e verdad no es lo que parece.— Habló la menor ahogándose entre sus propios sollozos. El rosotro de Jennie no demostraba nada más que dolor. Estaba llorando pero no arrugo su cara en ningún momento, a pesar de las lágrimas que corrían por sus mejillas su expresión era fría y sombría, y eso la hacia sentir aún peor a Rosé. —Jennie tienes que creerme.— dijo tomando a la mayor por los hombros. —De verdad no paso nada entre nosotros. Estoy vestida, ambos lo estamos.— explicó con sus manos.

—Si Jennie tienes que relajarte.— hablo Junhoe mientras sostenía su cabeza.—No paso nada entre nosotros realmente. Anoche las chicas estuvieron con nosotros bebiendo y yo me ofrecí a traerlas de vuelta, eso fue todo. Y bueno, supongo que me quede dormido nada más. — Dijo tomando sus cosas y dirigiéndose a la puerta. Pero antes se detuvo donde Jennie. —Yo jamás estaría con Rosé, por que tu eres mi amiga y jamas le haría eso a alguien que considero mi amigo.— Salio cerrando la puerta.

—¿Lo ves?— Dijo Rosé. —No paso nada entre nosotros.— Pero Jennie seguía sin decir ninguna palabra, se limito a soltar un fuerte suspiro y alejo a Rosé de ella.

—Te odio.— Hablo Jennie con un tono seco, la cara de Rosé rápidamente estallo en un llanto aún más desesperado. —Alejate de mi. No quiero volver a verte. TE ODIO.

🌙


—¡Jennie!— la menor se despertó de golpe, miro a su lado en la cama, no estaba, se incorporó mientras llevaba sus manos a su cara y sintió su cara húmeda, sus lágrimas aun no se secaban. Todo paso tan rápido que apenas pudo procesar lo que paso.
—Jennie...— comenzó a llorar otra vez, todo lo que paso fue su culpa o algo así.

—¡Buenos días!— Jennie entró por la puerta con una bandeja en sus manos, la dejo en la mesita de noche y se recostó al lado de Rosé.

—¿Jennie?
—¿Que paso cariño, por que estas llorando?— Jennie sujeto el rostro de la menor y seco sus lágrimas.
—¿T-tu no estás enojada conmigo?
—¿Por que deberia estarlo?— la mayor cambio rápidamente su ceño a uno furioso. — ¿Porque me engañaste con Junhoe?— la rabia de voz era evidente.

🌙


Jennie últimamente a estado demasiado extraña, desde que paso lo de Rosé y Junhoe casi ni se aparece por su casa, siempre duerme afuera, come afuera, prácticamente vive afuera y eso preocupaba a Rosé.
Eran las cuatro de la mañana y Jennie aún no volvia, la menor se amanecía todos los días esperándola sentada en el sofá y quizás hoy seria como esos días en los que no llegaría.

Pero no fue así, la puerta se abrió azotándose con la pared, entró Jennie chocando con prácticamente todo. Rosé la ayudo a caminar aunque esta se negará.

—¡Sueltame! ¿Donde esta Nayeon?— buscaba desesperadamente a todos lados.

—¿Nayeon?— antes de decir algo, Nayeon entro casi igual o más borracha que Jennie.

—¡Aqui estoy Jen!— dijo soltando hipo entre palabras. Jennie se safo del agarre de Rosé y corrió hasta Nayeon tomando por la cintura y sin más choco sus labios con los de ellas.

Rosé estaba tan sorprendida que nada más se limito a tapar su boca para no soltar sus sollozos.
—¡Jennie! ¡¿Como pudiste hacerme esto?!— pero la mayor la ignoró como si fuera un fantasma. —¡Jennie!— Rosé trato de separlas hasta que lo logró. —¡¿Porque haces esto?!, ¡¿Lo haces porque sigues pensando que entre Junhoe y yo paso algo?!

—!Ya dejame en paz Rosé!— la mayor grito acallando los sollozos de Rosé, Nayeon por su parte la miro con los ojos abierto. —¡¿Que no entiendes que ya no me interesas?!, ¡Hayas estado con Junhoe o no, me engañaste, metiste a ese idiota en nuestra habitación y nuestra cama! ¡¿No estaras esperando que te perdone por eso verdad?!

—J-jennie por favor...— habló en un susurro casi inaudible. —¿No puedes ver que esto duele?, ¿Que no ves como me siento?

—¡¿Y tú no viste como me sentí cuando te encontré en la cama con Junhoe?!

🌌

—Rosé....— Jennie sacudía a la menor.—Rosie... Despierta. — Rosé se despertó de golpe, al ver a Jennie frente la abrazo lo más fuerte que pudo.
—¿Donde estamos?
—En el avión, llenado a Japón, con Lisa y Jisoo.— apunto a los asientos de al lado donde se encontraban, ambas saludaron a Rosé y siguieron con lo que hacían.
Jennie río de la cara confusa de rosé.

—¿Que pasa Rosie?— llevo un mechón que colgaba por su rostro para ponerlo tras su oreja.

—Soñe muchas estupideces.— la menor se apego a Jennie mientras se acomodaba en ella.

—¿Ah si? Y ,¿Yo estaba en esos sueños?

—Si

—Ya veo por que eran estúpidos.

—Tonta.— le dio un leve golpe mientras reía. — Eran sueños estúpidos y horribles.

—Vaya... Eso me hizo sentir peor.

—¡Ya basta!— la volvió a golpear. Rosé se apego mucho más al cuerpo de Jennie quien acariciaba su cabello.—Jennie, ¿Esos sueños jamás serán reales verdad?

—Los sueños malos nunca se hacen realidad.— Jennie depósito un beso en la coronilla de su cabeza hasta que finalmente ambas se durmieron.

Short Stories- BLACKPINK (CHAENNIE/ LISOO)Where stories live. Discover now