CAPITULO DOS

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Iba en una patrulla de policía, nunca imaginé que habría la posibilidad de montarme en una patrulla de la policía. Hay una primera vez para todo. Cuando me monte el oficial me preguntó mi dirección y se la di rápidamente.

Durante el camino me explicaba una serie de cosas que tendría que implementar en mi rutina de siempre, la principal era no salir sola, debía estar acompañada de alguien que me mantenga segura. Le comente que mi mejor amigo podría ayudarme en eso, pero me dijo que no le podía contar nada a Jack, que tendría que mantener el secreto, de abrir la boca entonces si tendría que entrar en el programa de protección a testigos.

La verdad es que ni la policía sabía si esta banda de trata de blancas seguía buscándome o se habían conformado con quedarse con Lizzy.

Me explicó que de ahora en adelante el me acompañara a todas partes, eso incluye estar dentro o fuera de mi departamento. Si lo pienso muy bien, ahora veo muy difícil eso de salir, me habían despedido y me dieron mi liquidación esa misma noche. Hasta creo que mi plan de fin de semana con Jack se había arruinado.

―¿Quedó todo claro, señorita Mansi?

―Si y le pido por favor deje de decirme señorita, es raro, llámame por mi nombre. Amelie.

―De acuerdo, Amelie. Estaré aquí afuera dentro de la patrulla por si necesitas algo.―que bueno que empezó a tutearme, ya no soportaba más el 'señorita'.

―¿No quiere pasar a bebe algo caliente? Mi mejor amigo dice que hago el mejor chocolate caliente de esta ciudad, lo cual es una exageración. Además de que pronto comenzará a llover nuevamente y pues el frío en estos meses es bastante intenso.

No obtengo respuesta, pero he de suponer que lo convencí pues se bajó de la patrulla.

Jack no estaba en casa pues me había dicho que se iba a hablar con Lucas, así que no me preocupaba que me viera entrando con un oficial de policía, que no conozco de nada solo el nombre, para darle chocolate caliente.

Henry me recibe con su maullido y cuando voy dispuesta a darle caricias el muy condenado pasa de mi y se dirige al oficial a mis espaldas, que descaro. Hasta se deja cargar por el.

―Henry, te recuerdo que yo te alimentó.―dije volteandome a ver a mi gato en manos del oficial Newton.

―Parece que ya me ama.―se ríe― Y ahora que nos dejamos de formalidades, lo que es bueno porque quizás pasaremos un tiempo juntos, también puedes tutearme. Mi nombre es Henry, es mera casualidad que tu gato y yo llevemos el mismo nombre.

Y como si supiera que hablan de él, mi gato maúlla.

―¿Tenemos algún parecido?―pone a Henry, el gato, cerca de su cara mientras se ríe.

―Veo que tienes sentido del humor, Henry, el humano.

Lo invito a terminar de pasar a la casa y cierro la puerta. Me dispongo rápidamente a preparar el chocolate caliente que ofrecí.

Ahora que lo analizo, creo que Henry, el humano, es la primera persona fuera de mi pequeño círculo social ―el cual, sin mentirles, es bastante pequeño― que viene a mi casa y a tomar chocolate caliente.

―Aquí tienes.―le ofrezco la taza― Eres de las pocas personas que tiene el honor de probar mi chocolate caliente.

―Pues que honor.

―🌻🌻🌻―

Abro los ojos y, de seguro por el cansancio, me cuesta pensar acerca de la hora, el día y el por que me duela la espalda. Pero puedo resolver mis dudas rápidamente, primero deben ser las doce del mediodía pues Henry, el gato, está rasguñando una de las alacenas de la cocina, específicamente donde él sabe que está guardada su comida, es la hora del almuerzo, segundo ayer era miércoles, lo se porque recuerdo que ayer mi turno era en la tarde, entonces hoy es jueves, por suerte hoy no tengo clases, tercera y última duda, me duela la espalda porque me quede dormida en el piso.

RESPLANDOR©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora