CAPITULO CINCO

6 0 0
                                    

No recuerdo con exactitud qué día me dieron a Henry, pero si debía de tener como unos 11 años cuando mamá trajo a Henry a casa, era un gatito pequeño y que temblaba en las manos de mi madre. Fueron muchos años con Henry a mi lado, amaba y amo mucho a mi gato.

Ahora ya no está. Han pasado dos días desde lo sucedido y después de enterrar a Henry en el jardín del humano cuyo nombre era igual al de mi gato, la jefa Carson dijo que debíamos salir de la ciudad e ir a un lugar que sea seguro hasta que atrapen a la banda que nos persigue, en realidad ya no sé porqué lo hacen ¿Qué más quieren? ¿Qué les puede interesar de una chica de 19 años? Creo que quizás deba preguntar a Henry que opina o debería leer el mensaje que vino con mi gato.

Por alguna razón aún no estoy lista y quiero vivir en la ignorancia.

Si soy sincera, admiro como la jefa Carson puede ocultar sus emociones cuando está trabajando, eso es ser profesional o tener muchos, pero muchos años de experiencia en anunciar muertes ―ya sea de humanos o animales―, porque a mi me habría dolido de solo pensar en decirlo. Su voz fue tan fría y centrada.

―¿Estás lista?

―Desde hace rato, solo estaba pensado y convenciéndome a mí misma de que no todo es tan malo.

―Trabajamos para que no sea tan malo, Amelie. Además, seguiré siendo tu niñero durante más tiempo y ¿Quieres saber a dónde iremos?―asiento con la cabeza, aprecio el intento de Henry de hacerme sentir mejor, es lindo―Una isla en el otro estado, a una cabaña que tiene mi familia pero que nadie ha usado en mucho tiempo.

―¿Sabes? Jamás me había mudado tanto en tan poco tiempo.―digo entre risas.

―Siempre hay una primera vez.

En eso tiene razón. Ahora que lo pienso, Henry es una razón para decir: "No todo puede ser tan malo."

  ―🌻🌻🌻―   

Kilómetros y muchos kilómetros de carretera, unas cinco paradas para la gasolina y comprar comida, eso es lo que duró nuestro viaje hasta nuestro destino. Me hubiera encantado saber manejar, para que Henry no se cansara tanto, pero mamá no sabía y nunca me preocupe por ello.

Algún día aprenderé, espero.

Es un lugar muy lindo y cálido, lo último puede ser tomado literal. Hace un calor que no es molesto y eso está bien para mi.

―¿Por qué no subes y escoges alguna habitación?

―De acuerdo.

Para hacerles la explicación corta de lo que hay en el piso de abajo, muebles, un baño y la cocina, subo las escalera y hay seis puerta. La primera es una habitación con dos camas individuales, la segunda es un baño mucho más grande que el de abajo, la tercera es otra habitación similar a la primera ―esto es como un hotel― la cuarta y la quinta puerta son habitaciones con vista al jardín trasero de la casa, y, por último, la sexta puerta es la habitación principal con vista a la playa.

No sé cual elegir, sé que puedo escoger la que yo quiera, pero es difícil. Tomemos en cuenta que no es mi casa y no importa el hecho de que viviré aquí por un tiempo. Las habitaciones con camas individuales quedan descartadas.

Tomaré una con vista al jardín.

―¿Ya escogiste una?―Henry se encuentra en la escalera con todas la maletas.

―Si, gracias por subir mi maleta y gracias por lo que estás haciendo.

―No tienes porque agradecerme...

―Si tengo, otra persona hubiera dejado que me valiera por mi misma en una situación como esta. Jamás había tenido que vivir una situación así, pero como dijiste hay una primera vez para todo.―finalizo bajando la mirada, no quiero comenzar a llorar.

La noche que desencadeno todo esto me sentí tan inútil, solo pude quedarme ahí sin hacer nada, no sabía exactamente qué hacer. Cuando escuche los disparos me sentí aún más inútil, porque había dejado a Henry en la casa a pesar de que el me lo pidiera. Intento recordarme que solo soy una simple mundana y que puedo ser vulnerable, que eso no debería hacerme sentir mal. Luego pasó lo de mi gato y solo pude llorar, sentirme mas inútil.

Nunca había pensado tanto en la palabra inútil, no desde que mamá murió.

Los recuerdo vienen a mi mente rápidamente, pero la voz de Henry me saca de mis pensamientos y levanto la cabeza para mirarlo.

―¿Quieres saber porque estoy aquí?―lo miro sin entender―No solo estoy aquí porque mi trabajo me diga que debo estar aquí, por alguna muy extraña razón, que aún no comprendo, tienes algo que...

―¿Qué? ¿Qué tengo?―se acerca a mi hasta el punto en el falta solo un paso de alguno de los dos para que nuestras narices se toquen.

―Tienes algo que me dice 'quédate con ella y no la dejes sola'.

No sé qué decir, estoy sin palabras porque estoy muy sorprendida. Termino de cortar la distancia entre nosotros y le doy un abrazo. Murmuro un gracias, nuevamente.

―Voy a hacer algo de comer, algo decente y que no sea comprado en una gasolinera―dice cuando se separa y yo comienzo a reír en respuesta.

―De acuerdo, yo tomaré una ducha mientras.

Henry baja las escaleras y yo entro a mi habitación, que por suerte tiene baño. Entro al baño y pongo los productos de higiene en su sitio, regreso al cuarto por mi celular, bañarme con música es algo que me relajara.

Música y agua caliente, definitivamente una muy buena combinación.

No sé cuánto tiempo llevo bajo la ducha pero han pasado cinco canciones y ya tengo los dedos arrugados. Decido salir, pero hay un pequeño gran problema, no tengo una toalla aquí.

¿Salir o llamar a Henry para que me ayude? Salgo del baño y busco alguna toalla, pero no encuentro nada. Estoy haciendo un gran desastre en el piso debido al agua que hay en mi cabello y en mi cuerpo.

―Si yo fuera una toalla ¿Donde me guardaría?―debí haber preguntado por las toallas.

Abro un cajón y abro otro, no encuentro nada. Absolutamente nada.

La puerta se abre.

―Amelie, supuse que no tenías toalla así que aquí te...

No se donde meterme y quedó paralizada en mi lugar. Él solo me mira, ninguno de los dos se mueve. Pero parece reaccionar y se da la vuelta para darme la espalda.

―¡Lo siento! Pensé que aún no te habías metido en la ducha.

―No hay problema.―camino hasta él, tomo la toalla de sus manos evitando que la situación se vuelva más incómoda y me envuelvo con ella―Gracias por traer una toalla, no sabía qué hacer.

―De nada y lo siento.

―No te disculpes, ya paso.

―La comida está casi lista, te esperaré para empezar a comer.―asiento con la cabeza aunque sé que él no me ve.

―De acuerdo.

RESPLANDOR©️Where stories live. Discover now