CAPITULO CUATRO

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No me pregunten como ni cuando es que termine bailando en mi habitación con la prima de Henry, el humano, quien se llama Charlotte. Esta es una situación a la que jamás imaginé que llegaríamos, acabamos de partir un vaso y por alguna razón eso nos causa mucha risa.

Mi gato estaba tan asustado de la situación que llevaba un rato escondido bajo la cama.

Cuando Charlotte dijo que podíamos conocernos mientras Henry no estaba y tenía aquella cara de quien planea algo, no había pasado media hora y ya sabía hasta mi canción secreta favorita.

Si la policía necesita de alguien que pueda sacarle la verdad a los sospechosos, debería buscar a Charlotte.

Luego de ver una película y de enseñarle unas técnicas de dibujo, terminamos bailando, resulta que Charlotte amaba el baile y, en pago por enseñarle a dibujar un poco, me "enseñó" ―y digo "enseño" puesto entre comillas porque mi coordinación y capacidad de bailar es bastante mala― algunos movimientos de baile.

Era tanta nuestra risa y que el ambiente estaba tan divertido que no nos dimos cuenta de que Henry había llegado. Y no me refiero al gato.

―Charlotte ¿Qué haces aquí?

―¡Primito! Pues venía a visitarte y como no estabas tu pero si Amelie, entonces decidí pasar mi tarde con ella.

Su explicación causa que me ría un poco.

Después de limpiar el desastres que habíamos hecho entre Charlotte y yo, de recoger los pedazos de vidrio del suelo y de darme una ducha por el calor que tenía, Henry, obviamente el humano, había traído pizza para cenar.

Al terminar de cenar, Henry se retira avisando que va a cambiarse de ropa y yo me dispongo a limpiar un poco la cocina. Casi se me cae un plato por algo que dice Charlotte y que hace que me voltee hacia ella con los ojos abiertos como platos.

―¿Qué?

―Repito ¿Te gusta mi primo?―pestañeo de forma exagerada y asimilo la pregunta. Trago fuertemente.

―Eh... No me gusta Henry ¿Por qué piensas eso?

―Es solo curiosidad.―dice con una sonrisa insinuante.

―De acuerdo.

  ―🌻🌻🌻― 

Me despierto de golpe por una pesadilla, en ella estaba Lizzy pidiéndome perdón y luego es llevada por unas figuras oscuras muy gigantes. Eso me asusto mucho.

Respiro un rato y me levanto de mi cama para ir por un vaso de agua, según el reloj del microondas son las tres de la mañana. Creo que me va costar retomar el sueño.

Al dirigirme a mi cuarto escucho un ruido proveniente, quizás, de afuera justo en el frente de la casa. el dilema es si acercarme a ver lo que provocó el ruido o seguir mi camino hasta mi cuarto. en las películas de terror siempre toman la decisión menos de ir a ver, entonces es cuando matan al personaje. Yo seré sabia e iré a mi cuarto.

Allí está el ruido de nuevo. Volteo y veo la puerta de la casa, la manilla se mueve. Retrocedo lentamente hasta que empiezo a correr hacia el cuarto de Henry. Abro la puerta con manos temblorosas.

―¡Henry, despierta!―el recién nombrado se levanta rápidamente de su cama, muy sobresaltado. Saca su arma de algún lado y me apunta a mi, por lo que me agacho wen instinto.

―¡¿Qué pasa, Amelie?!―baja su arma― Pensé que nos estaban robando.

Me levanto lentamente.

―De hecho, te despierto porque hay algo afuera. La manilla de la puerta se estaba moviendo.

―¿Qué dices?―pero no hizo falta que respondiera.

Se escucha la puerta ser abierta abruptamente. Henry vuelve a levantar su arma, esta vez apuntando a la puerta de su habitación. Me hace una seña para que me ubique detrás de él.

―¿Donde dejaste a Henry?

―Diablos, lo deje encerrado en mi habitación.

Pasos se oyen más cerca. Henry mira toda la habitación y se detiene en su ventana.

―Sal por la ventana Amelie, corre hacia la casa más cercana y escóndete allí.

―¿Y tú qué harás?―pregunto asustada.

―Sal por la ventana y corre.

Sin más preguntas hago lo que me dice, no sé de donde saco la fuerza para correr tan rápido y llegar hasta la casa más cercana. Con el corazón en la garganta toco la puerta. alguien abre y supongo que trabaja en la estación de policía, pues me reconoce y empieza a hacer preguntas. Solo puedo decir una única frase.

―Busquen a Henry.

Todo se volvió un desastre, la pareja que vive aquí, ambos son policías, mientras uno llama a la estación en busca de refuerzos el otro va en busca de Henry tal como pedí. Estoy sentada en una silla del comedor en una especie de estado de shock. Tengo ganas de salir corriendo para yo misma ir a buscar a Henry y asegurarme con mis propios ojos que esta bien.

No se cuanto tiempo ha pasado cuando veo a la jefa Carson entrar por la puerta de la casa en la que me encuentro, la policía ha llegado y me doy cuenta de las luces proveniente de las sirenas se ven a través de las ventanas.

―Amelie, vengo a llevarte a la estación para tomar tu declaración―es la primera vez que me llama por mi nombre y no "señorita Mansi"

―¿Dónde está Henry?

―Él estará bien, pero necesito que vengas conmigo.

―No me iré a ninguna parte sin ver a Henry.―declaro y entonces escucho los disparos.

Salgo corriendo de la casa para dirigirme a la de Henry, necesito saber que esta bien. Logró esquivar a algunos oficiales, otros me retienen por poco tiempo porque logro esquivar de ellos, pero no tengo tanta suerte porque alguien termina por retenerme y volverme incapaz de cualquier movimiento.

Escucho la voz de la jefa Carson decir mi nombre para luego decir el de Henry, la miro y su vista se dirige mucho más allá de mi. Alaridos de dolor y sirenas de ambulancia impactan en mi oídos.

―¡Henry!―la jefa Carson pasa corriendo a mi lado. Quiero que me suelten y pataleo como puedo.

Me siento una completa inútil en esta situación.

―Sueltela oficial Nimer.

―Sí, señora.

―¿Está bien? ¿Está herido? Por favor no se quede callada que me asusta.―Sin responderme, la jefa Carson se da la vuelta y comienza a caminar, yo la sigo.

Caminamos hasta una ambulancia, allí está Henry. Le están vendando el hombro mientras habla con otro oficial. Apuro el paso hasta llegar hasta él.

―¡Henry! Que bueno que estas bien, estaba muy preocupada.

―No, que bueno que tu estas bien.

―Atraparon a varios de los que entraron en la casa, los interrogaremos y más tu declaración, creo que con eso nos basta para seguir.

―Venían por ella, tenemos que irnos de aquí y ponerla a salvo.―no sé si estar intranquila porque querían hacerme daño o estar tranquila al saber que Henry no me dejara sola en esto.

No todo puede ser tan malo, quizás debería tatuarme esa frase.

―¡Jefa Carson, debe venir a ver esto!

―Ya vuelvo.

Le hago muchas pregunta a Henry en el tiempo en el que la jefa Carson no está y me hace reír un poco con chistes muy malos, intenta que no me sienta tan asustada. Pronto la jefa Carson regresa.

―Señorita Mansi, puede describirme a su gato―con mucho desconcierto lo hago―Lamento informar que su gato está muerto y que ha sido usado para un mensaje.

No logro escuchar el mensaje y con lágrimas en los ojos repito en mi cabeza "no todo puede ser tan malo".

RESPLANDOR©️Where stories live. Discover now