EPILOGO

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Me encuentro en una playa solitaria, no hay nadie mas que yo y el sonido de las olas, un hermoso atardecer y una paz maravillosa. La verdad es que no sé qué hago aquí, pero siendo sincera no me importa porque me siento bien.

―Amelie, que bueno verte y que grandes estas.―esa voz me parece familiar.

Giro y me encuentro con mi madre, Adela. Tan hermosa como la recordaba. Me levanto rápidamente y la rodeo con mis brazos.

―Mamá ¿Qué haces aquí?―pregunto intentando no llorar a mares.

―Vine a verte, te extraño mucho.

―También te extraño, mamá. Tengo mucho que contarte.

―Pues es tu sueño, cielo, cuéntame todo lo que desees.

Así lo hago, le cuento todo lo que ha pasado a mamá, recuerdo lo fácil que era hablar con ella en el proceso. Ella me escucha atentamente.

Esto se siente tan real.

―Es hora de despertar, quiero que sepas que te amo y siempre lo haré. Tu te ganaste mi amor desde el primer momento.

―Te amo mamá.

―🌻🌻🌻―

Despierto y veo a mi alrededor, por la poco luz que entra por la ventana me doy cuenta de que aún es demasiado temprano como para levantarme, pero aun así lo hago. Sé que me va a costar quedarme dormida nuevamente.

Después de la muerte de mamá nunca había soñado con ella, no que yo lo recuerde, pero tener este sueño tan vivido con Adela me ha dejado un poco sorprendida. La extraño mucho.

Han pasado cuatro meses desde lo de Madeline. Han sido unos cuatro meses bastante ajetreados, pero no como algo malo. Madeline fue a prisión y Barrabás también ―lo visito cada dos semanas, como dije que haría―, Ágatha y Christoff se mudaron a la ciudad hace un mes con el motivo de querer estar más cerca de mi, aunque les dije que no era necesario ellos insistieron y yo no pude hacer nada para detenerlos. La gatita que había rescatado, de la cual me había olvidado por todo lo que paso, esta muy bien gracias a un vecino que la encontró en su ventana y la confundió con Henry ―mi gato que ya no está― por lo que la cuidó y cuando volví a mi departamento me la entregó. Le agradecí enormemente por eso.

Henry se reconcilió con su padre y con toda su familia ―a la cual les había aplicado una especie de ley de hielo y con la única que hablaba era con Charlotte―, tuvo el tiempo necesario para pensarlo y resolver las cosas de la manera correcta.

Pude volver a la universidad y volver a mi vida normal. Jack está muy bien, seguimos juntos de un lado a otro, siendo incluso mucho más unidos que antes. No he vuelto a saber de sus padres y no quisiera, hay algo aun que hace que esas personas no me agraden.

Ahora tengo 20 años y como dije ya una vez, me queda mucho por vivir. Creo que el truco está en aprender de todo lo que venga y saber ―lo que digo siempre― que no todo puede ser tan malo.

El timbre suena. Me parece muy extraño que alguien toque a mi puerta a las seis de la mañana. Mi gatita maulla y corre hacia la puerta, yo voy detrás de ella. Abro la puerta y al otro lado se encuentra Henry.

―Creo que ya espere suficiente y si no lo digo ahora no lo diré nunca.

―¿A qué te refieres?

―¿Quieres ir conmigo a una cita? Y me refiero a este momento.

―¿Una cita a las seis de la mañana?―se agacha a recoger a mi gatita y ponerla entre sus brazos.

―Si, exactamente.―busco mi llaves y cierro la puerta de mi departamento.

Camino a su lado y conversamos muy alegremente. No se que pueda pasar con Henry de ahora en adelante, así que voy a averiguarlo.

Esta chica tiene un resplandor propio y estoy dispuesto a averiguar como se siente ser iluminado por el.

RESPLANDOR©️Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora