ENTRE CEREZOS

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Caminaba entre los cerezos, su felicidad era fácilmente vislumbrada en sus orbes marrón que brillaban con intensidad, reflejada tambien en su hermosa y sincera sonrisa, la ilusión de estar en ese lugar lo invadía por completo, el mayor intentaba ocultar lo pero una ligera sonrisa escapaba de él, no entendía como podía ser igual que Yusuke, el azabache también parecía fascinado con algo que a él le parecía tan sencillo a primera vista, pero eso hacía notar la inocencia en él, lo que lo hacía interesante, no... Espera ¿que? Víctor agitó su cabeza tratando de sacar aquellos pensamientos que surgían nuevamente.

—Yuuri...— el omega se giró al escuchar el llamado por parte del albino —Oh, lo siento, creo que me emocioné de más, pero esto es tan hermoso y distinto a ver los desde el hospital— había vuelto a su posición junto al alfa quien no pudo evitar notar algunos pequeños pétalos entre sus cabellos, llevó su mano a la cabeza contraria para quitarlos y sintió como el azabache se estremeció levemente, ¿se habrá asustado? —Tenías pétalos en el cabello, eso es todo.

Oh no, sentía esa presión en su pecho nuevamente y aquel sonrojo en sus mejillas no parecía querer ceder, era tanto lo que sentía incluso sus ojos se llenaban de lágrimas mientras su respiración se agitaba, pero ¿porque? Sería acaso que él...

El sonido del celular interrumpió el andar de ambos al igual que los pensamientos de Yuuri; el platinado observó el número, era Masumi —Estas metido en un enorme lío —

—¿De que estas hablando?—

—No te hagas el inocente, ¿como se atreven a dejar nos sólos? ¿En que rayos estaban pensando?— aquello hizo que Yuuri sintiera una dolorosa punzada en su pecho, Víctor le hacía sentir que su presencia no era de su agrado, aunque ahora que lo pensaba si había sido algo obvió, pero ¿porque le molestaba tanto? El solo trataba de ser amable además ¿Porque dolía? No era que él fuera importante ¿o si?

Mientras tanto al teléfono el albino seguía entre reclamos que serían rápidamente callados —¿Que? ¿Ahora soy niñero? Yo te dije que tenía una emergencia y me fui, si esos dos se movieron de donde estaban no es para que me culpes a mi, yo llamaba para pasar por ti, estas bastante lejos de casa, dime ¿donde estas?— al platinado le costaba creer en las palabras de su amigo, pero su respuesta se escuchaba bastante seria, además bien era cierto que acababan de conocer a los chicos, realmente dudaba que fuerana acceder a sus locas peticiones —tch, estamos en el parque central, prácticamente en medio—

—Bien, esperen ahí, llegaré pronto— ambos cortaron la llamada, el alfa guardó su celular y al darse la vuelta para buscar al chico este no estaba, por un minuto se asustó hasta que lo observó sentado al pie de un árbol abrazando sus rodillas. Se sentía más tranquilo ahora que sabía que Masumi vendría por ambos y así las cosas terminarían pronto. Se acercó al chico para dar le la buena noticia cuándo notó su triste mirada, —Oye, Masumi llamó, el viene en unos minutos y.... ¿Que sucede? ¿Estas bien?— el omega giro su rostro para así desviar su mirada —Si, estoy bien — no, no lo estaba y Víctor lo notó, para mala suerte de ambos el albino no estaba con ganas de adinvar y Yuuri no quería ser fastidiado al parecer ya nadie estaba de humor —Sabes no quiero estar preguntando siempre que te pasa, así que si me lo quieres decir haz lo, si no simplemente te ignoraré— el omega seguía sin responder, con su mirada fija en la nada, eso volvía loco al mayor, era justamente como Yusuke y eso le exasperaba.

Se acerco bruscamente a él tomándolo de los hombros para hacer que le mirará, al estar molesto hacía que liberará su aroma natural, aunque gracias a los supresores no era tan fuerte, sin embargo no pasaba desapercibido —¿Que rayos sucede contigo?— el omega claramente se había asustado, jamás había visto a un alfa enojado y era más que obvio que eran sumamente impulsivos, ahora el despedia ese delicioso y sutil aroma, aún así con miedo, enojo y nerviosismo se dio el valor de contestar le —¿Que sucede conmigo?, ¿que sucede contigo? Es más que obvió que no te agrado y creeme que tu tampoco a mi, ¿Para que quieres saber que me pasa? No encuentro la necesidad de saber lo— la cara de sorpresa no se hizo esperar, por dos sencillas razones, solo una persona antes le había contestado así, aún que temblara de miedo, ese había sido Yusuke y la segunda era saber que no le agradaba —¿No te agrado? — se soltó del agarré del mayor mientras continuaba respondiéndole —Claro que no me agradas, ¿por que habría de agradarme alguien tan deprimente, agresivo, amargado y antisocial como tu?— El albino se había quedado estático, él no sabía por todo lo que había pasado, ¿como se atrevía a decirle eso?

El azabache sonrió al notar que aún que fuera una pequeña posibilidad, pero había causado que se pensará las cosas —¿Que creíste? ¿Que solo por ser guapo y un alfa ya estaría detrás de ti? Ni que fueras tan interesante— sus mejillas estaba rojas y ardían, no podía creer lo que acababa de decir le, en el rostro del albino se pinto media sonrisa y  respondió mientras le veía fijamente —Y tu no sabes mentir en lo absoluto— tomó su barbilla y con su dedo pulgar acarició su labio inferior, le sorprendía lo sumamente suave que este era, lo cálido que se sentía y lo mucho que le llamaba —¿Te atreves a decirlo con esas mejillas completamente rojas? Yo puedo ver y puedo oler como mueres por acercarte aún más — Yuuri sintió un escalofrío al escuchar aquellas palabras, sentía que su corazón se saldría de su pecho, el calor se expandía por todo su rostro y se incrementaba al sentir al alfa acercándose lentamente a él para sellar sus labios.

El paliplata veía al omega apretar con fuerza sus ojos, sentía aquella dulce fragancia colarse por sus fosas y la agitada respiración del menor golpeando su labios, lo tomo con mabas manos por las mejillas, estaba a milímetros, sentía esa sed que llega cuando de verdad deseas besar a ese alguien.

—¡Víctor! ¡Vaya, por fin te encontré!— escuchó la voz del castaño a sus espaldas, así que simplemente rosó los labios del menor, se puso de pié y giró para ver lo. —Bien Masumi, tan oportuno como siempre— Yuuri yacía aún en el césped con su rostro completamente rojo y esa fuerte presión nuevamente en su pecho ¿Por que? ¿Por que le hacía sentir de esa manera?

Imagen : Créditos a el autor

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