LINAJE

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*ADVERTENCIA*

Este capítulo no es apto para personas sensibles, contiene situaciones muy sensibles y lamentables, así que recomiendo discreción acerca del capítulo.

¿Y que si no podía concebir? ¿No era más importante su felicidad? Acaso... ¿Sólo para eso había venido a este mundo?

Eran las preguntas frecuentes en la pequeña cabeza de Christophe, había llegado a este mundo siendo un hombre omega, previniendo de una de las siete familias registradas que sólo procreaban alfas. Aún no había una explicación lógica, los científicos estaban aún sorprendidos, pero también fascinados con los genes de aquellas familias. Sus poderosos genes lograban que incluso las betas pudieran dar a luz niños alfas, siempre era así, generación tras generación, alfa tras alfa... Excepto él.

¿Cómo había ocurrido tal catratastofe? ¿Cómo una familia tan poderosa y de alto linaje como lo eran Piaget habían dado a luz a un omega? Aquello era simplemente inaudito y sólo había una manera de hacer que aquello fuera callado... Negandolo, haciéndolo pasar por alguien más. Fue así que Christophe Giacometti nació, negado por su propia familia para evitar la "ruina" de su linaje, siendo la oveja negra y destinado a ser emparejado con algún otro alfa de fuerte linaje esperando que pudiera al menos concebir un alfa.

-Espero que estés consciente de que te estamos haciendo un gran favor, al ser adoptado esta es una gran oportunidad, así que no lo heches a perder - aquellas frías palabras venían de una elegante mujer que vestía como toda una reina, su inexpresivo rostro mostraba una belleza exorbitante, le daba la espalda al pequeño adolescente mientras veía con total serenidad la gran puerta frente a ella esperando que se abriera -Lo entiendo bien Madame Piaget.

-Eso espero, ahora mantente derecho, silencio y controla tus hormonas que puedes causar alguna molestia a los amos de este hogar- la enorme puerta se abrió rechinante mientras el pobre omega era golpeado por el fuerte aroma de los alfas ahí presentes, trataba de contenerse, de seguir erguido y tranquilo, pero aquellas penetrantes miradas hacían difícil la tarea. -Madame ¿a qué debemos el honor? - aquel era un alfa sumamente intimidante, estaba más que seguro que ningún otro se movería ni un solo centímetro a menos que el dijera que era posible -He traído a nuestro hijo adoptivo, como podrá usted ver el es el tipo de omega que debería tener uno de sus hijos, es muy apuesto, tiene buena complexión, sus modales son impecables, es bastante inteligente y es muy dócil, además estoy más que segura que no podrá encontrar unos ojos más bellos que los de Christophe.

El mayor caminó hacia el y le miró de arriba a abajo, le dio un par de vueltas y observó aquellos ojos color olíva que brillaban con miedo e insertidumbre -Creo que podría ser adecuado para mí hijo menor- indicó al rubio que caminará hacia una enorme sala donde un gran piano yacía y tocando el mismo se encontraba un joven de cabellos cobrizos y tez blanca que tocaba con total tranquilidad las teclas del piano hasta que se vio interrumpido por su padre -Marc, el es Christophe Giacometti, es el hijo adoptivo de los Piaget, ¿que te parecería cómo pareja? Creo que podrían tener hijos bastante bien parecidos y además los Piaget son una familia importante, tal vez podemos hacernos de un negocio- los fríos y calculadores ojos azules del alfa se posaron sobre el chiquillo quien sintió aquella mirada recorrerlo de arriba hacia abajo -Ya veremos, sal por un momento padre, debo ver que sea lo que prometen- al mayor sonrió y salió de la habitación cerrando la puerta a su espalda.

-Así que el hijo adoptivo, me preguntó ¿porque a mi me traen los desperdicios? en lugar de traer a un Piaget de sangre, da igual, quítate la ropa- aquello había sido con un balde de agua fría para él

-¿Qué ?

-Ya me oíste, quítate la ropa, debo revisar que seas un omega virgen, es muy fácil que ustedes pierdan la virginidad a pronta edad, después de todo son unos ofrecidos, así que no gastes mi tiempo y deshaste de tu ropa antes de que me ponga de mal ...

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-Ya me oíste, quítate la ropa, debo revisar que seas un omega virgen, es muy fácil que ustedes pierdan la virginidad a pronta edad, después de todo son unos ofrecidos, así que no gastes mi tiempo y deshaste de tu ropa antes de que me ponga de mal humor.- entre sollozos y sus ojos inundados en lágrimas comenzó a desvestirse, sabía que sí se negaba sólo se causaría más problemas. El alfa observaba con atención para después comenzar a tocar cada parte de su cuerpo. Se sentía asqueado de la manera en que lo revisaba como si fuera mercancía que no debía estar dañada, sus asquerosas y repulsivas manos viajando a través de todo su cuerpo y tocando lugares que jamás le permitiría acceder -Ahora quiero que vayas hacia ese sofá y te pongas en cuatro, debo revisar todo.

-P-p-pero...

-¿Pero? ¿Me estas poniendo peros a mi?- al alfa parecía perder el control, se acercó al tembloroso omega para darle una fuerte bofetada, sugetarlo del cabello y jalarlo hasta que pudo derribarlo en el mismo sofá que mencionó -Creo que aún no entiendes tu lugar maldita basura, tu estas en este mundo solo para satisfacer a los alfa, ser un lindo adorno y dar hijos, esos son tus propósitos en esta vida y es tu maldito deber hacerlo correctamente así que haz lo que te pedí o le diré a todo el mundo que eres un maldito y asqueroso promiscuo y que trataste de seducirme con tus feromonas y yo al ser un alfa simplemente no pude evitarlo, así que dejate de estupideces y dejame terminar- por fin había roto en llanto, aquello era demasiado, él solo quería terner una vida tranquila, pero a esas alturas parecía algo difícil.

Por fuera de aquella habitación ambos padres discutían los términos de aquel matrimonio impuesto, aquella mujer parecía estar sorda, parecía total y completamente indiferente a los gritos desgarradores que salían de aquella habitación, gritos que pedían ayuda, gritos que simplemente se perdían en la nada. El joven alfa salió de la habitación acomodando sus ropas mientras afirmaba a su padre con la cabeza -¡Perfecto! Mi hijo ha aceptado, ahora podemos terminar de ver los últimos arreglos.

Unos minutos después Christophe aún en llanto salió de la habitación, sin decir ni una sola palabra, ya estaba completamente enterado de lo que sucedería en su vida de ahora en adelante.

Al paso de dos meses Christophe fue enviado a vivir con el alfa a Japón, se hicieron distintos arreglos para que no pudieran relacionarlos en primera estancia, pero como aquel matrimonio jamás se concretó, el hijo menor terminó rechazando al chico, estaba harto de que el omega no cumpliera su propósito de parir a uno de su linaje, harto de que le dieran un omega defectuoso, así Christophe pasó a ser un simple muñeco hecho para cumplir sus deseos y un saco de boxeo para calmar su ira y frustración.

Soportó por años aquellas humillaciones, aquel abuso hasta que un día una de las mucamas se lo preguntó ¿por qué seguía ahí? ¿Por qué no trataba de escapar de aquel lugar? Era difícil salir mundo de los ricos y poderosos ¿o no?

La noche anterior a su fuga espero tranquilamente a que Marc durmiera, para poder robar la llave, la mu ama esta a dispuesta a ayudarle a que saliera de ahí, así sin más tomó lo primero que encontró de ropa y antes del amanecer huyó de ahí. Corrió tan rápido como su piernas le permitieron, no le importaba sentir el frío y el sereno de la madrugada, cualquier cosa era mejor que volver a ese lugar. Llevaba días vagando, no le importaba el rumbo que llevase, sólo le importaba alejarse más y más, hasta que se cansaran de buscar a ese omega que al final de nada serviría.

Cada vez que escuchaba una voz similar su piel se erizaba del terror y salía huyendo, trataba de alejarse temiendo que fueran tras de él, hasta que sin darse cuenta cruzó la calle indebidamente y fue golpeado por un auto. Lo primero que pensó fue que si llegaba al hospital mandarían a llamarle a él y eso sería su condena de muerte, pero al ver aquellos ojos llenos de preocupación por él, sintió que por primera vez alguien sentía algo bueno por él, ni siquiera le importaba que fuera solo lástima, al menos era un sentimiento bueno.

Se que me tardé pero por fin llegó la actualización, aunque seamos sinceros, tarde menos, espero que disfruten de la lectura y como siempre agradezco cada lectura, voto y/o comentario, de verdad se los agradezco muchísimo.

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