NO PUEDES IR EN CONTRA

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Sentía su corazón latir rápida y fuertemente, casi desbordandose de su pecho, había tenido aquel celestial rostro tan cerca del suyo, tanto que al ver aquellas hermosas lagunas que lleva por ojos sentía que podía sumergirse en ellas, aquel sutil suspiro que sintió en sus labios, ese ligero roce fue casi tan glorioso como el toque de un ángel. ¿Qué era lo que había pasado? Aquél alfa había estado a punto de robar su primer beso, aquél alfa que había inundado por segunda vez el aire con ese exquisito aroma a hierbabuena, aquél alfa el cuál no gustaba del omega.

Sabía que su rostro se había tornado en carmín, podía sentirlo; llevó su diestra a su pecho y apretó con fuerza su ropa, sentía su respiración acelerada y esa fuerte punzada en su pecho no desaparecía.

Masumi observaba curioso, realmente no le sorprendía para nada aquel semblante serio e indiferente del ruso, lo que le causaba intriga era el omega sentado al pie del árbol. El nipón tenía su rostro completamente sonrojado y sus orbes color chocolate estaban vidriosos, estaba realmente seguro de que algo había ocurrido entre ambos y realmente quería saber que había sido, de lo que estaba seguro es que era algo interesante, lo suficiente como para haber encontrado a Yuuri ruborizado y un alfa tratando de actuar indiferente. Se acerco al azabache pasando de largo a su amigo y ofreciendo al menor su mano para ayudarle a ponerse de pie.

—G-Gracias Doctor— él castaño sonrió y jalo levemente al chico para comenzar a caminar y mostrarle la dirección hacía el auto —Vamos Yuuri, te llevaremos a casa— Por su parte Víctor caminaba atrás de ellos con un gesto de disgusto, estaba frustrado por tener que continuar oliendo al omega, ¿Cómo podía ser que aquel aroma no despareciera en el aire? y más aún odiaba el hecho de que este le pareciera tan agradable.

—Sabes Masumi, este chico ni siquiera sabe donde esta ¿Cómo pretendes llegar a su casa?— al escuchar aquello, el japones hizo un puchero mientras subía al automóvil.

—No te preocupes Víctor, he visitado la casa de los Katsuki en algunas ocasiones, así que estaremos bien— el albino se mostró un tanto sorprendido ¿lo había visitado? ¿Por qué? ¿Por qué siendo un alfa había sido bienvenido en aquella casa?

—¿Tú? ¿Fuiste a su casa?

—Si, yo fui a su casa, Vitya por si no lo recuerdas yo soy médico y el caso de Yuuri es importante, así que debo revisar que este bien—

Después de eso el peliplata subió al auto como copiloto, Masumi manejaba y Yuuri viajaba en la parte trasera.

El viaje era largo, estaban algo alejados de su hogar y peor aún, en aquel auto había un silencio casi sepulcral. Masumi comenzó a dar codazos al ruso además de hacer algunos gestos pero el contrario simplemente no entendía aquellas señas —¿Qué te pasa? ¿te sientes mal? ¿Porqué haces caras?— el mayor suspiró profundo y mascullo entre dientes —Háblale— Bien ahora entendía que era lo que quería, pero él no quería nada de eso, no tenía nada de que hablar con él, no sentía esa necesidad pero para su mala suerte el castaño no dejaría de insistir así que finalmente cedió

—¿Qué te parece el clima Yuuri?— La cara del mayor lo decía todo, ¿de verdad? ¿cómo era posible que se pusiera a hablar del clima? era lo más estúpido que le había escuchado decir. No había respuesta por parte del nipón y la poca paciencia de Víctor se hizo presente —¡Oye! te hice una pregunta— volteó hacia atrás para ver al chico quien ya se había entregado a los brazos de Morfeo —¡Tch! Se durmió y yo hablando solo como estúpido.

—Claro que si, vamos ¿Qué clase de pregunta estúpida es esa?— el castaño se burlaba en su cara mientras Víctor se cruzaba de brazos molesto ya que había sido él quien lo orillo a eso —Oh vamos Vitya, no me digas que te molestaste.

ENTRELAZADOSWhere stories live. Discover now