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—Hey, Seokjin... ¡Seokjin! —gritó cerca de su oído. El castaño se removió en la cama, con desgano—. ¿¡Cuánto más piensas seguir durmiendo!?

Y reconoció el tono reprobatorio que le pertenecía al guía de cabello azul. Abrió los ojos con pesadez, y lo vio mirándole con las manos en la cadera, a un costado de la cama.

—Suga —dijo saludándolo vagamente—. ¿Qué hora es?

Luego, recordó que no debía contestarle delante de Taehyung, y se sentó en el colchón, asustado. Para su sorpresa, su novio no estaba allí.

—Él está afuera —le dijo para tranquilizarlo.

Seokjin suspiró, ahora calmado.
—¿Qué hora es? —preguntó otra vez mientras estiraba los brazos.

—Es pasado el mediodía, ¿cómo puede ser que te permitas dormir como si no tuvieras nada qué hacer? No te creía tan irresponsable.

—Mierda... Lo siento —Seokjin salió fuera de la cama—. Se supone que mi despertador sonaría temprano, pero mi teléfono no... ¿Mi teléfono? —miró sobre la mesa de noche, sin encontrarlo.

—Está en el piso —Suga no parecía muy contento.

El mayor entendió que probablemente no lo había escuchado porque estuvo debajo de la cama todo el tiempo, ¿Cómo había terminado allí? Se agachó a recogerlo y comprobó que su alarma estaba suspendida, como cuando nadie la desactiva. Dejó el aparato en su lugar y se encaminó hacia el baño.

—¿No te parece sorprendente la fuerza de la tensión sexual cuando es liberada? Hizo que perdieras toda la mañana —añadió el de tez pálida comenzando a molestarlo, apoyándose en la pared—. Y a mí, la noche. Apenas si pude dormir.

Mientras terminaba de cepillarse los dientes, se sintió ligeramente cohibido por escuchar aquello. Un pensamiento fugaz sobre Taehyung llegó a su mente y entendió que recordarlo todo le producía... Felicidad. Lo de anoche estaba lejos de haber sido su primera vez, pero el castaño entendía que había descubierto algo excepcional en compañía de su novio.

Una sonrisita se dibujó en sus labios.

—De verdad lamento que hayas perdido horas de sueño —le contestó al viajero tras salir del baño.

—Tu disculpa es inútil si al darla sonríes como bobo.

En ese mismo instante, Taehyung entró en la habitación. Tenía puesta la prenda celeste que le pertenecía al castaño, y el mismo pantalón que vestía ayer cuando ingresó al departamento.

—¡Cielo, estás despierto! —dijo con alegría. El mayor ensanchó su sonrisa con entusiasmo en cuanto lo vio. Se preparó para besarlo, pero su novio apenas se acercó a él—. Seguro tienes hambre, ahora vuelvo —y salió del cuarto tan rápido como pudo.

—Ah, le miras con tanta... Adoración —comentó Suga, con la nariz arrugada—. Estuvo cocinando todo este tiempo. Incluso se puso a cantar, parece feliz.

—Se suponía que yo le prepararía el desayuno —respondió el castaño, con arrepentimiento.

—¿Desayuno? Es hora del almuerzo.

Cuando Seokjin se disponía a contestarle, Tae regresó cargando una bandeja llena con comida. El desayuno había quedado atrás, él había preparado el almuerzo.

El castaño lo miró con sorpresa, y su novio le indicó que regresara a la cama.

Seokjin se acomodó contra el respaldo, asombrado de ver semejante presentación en la bandeja que ahora yacía sobre sus piernas. Un plato copioso con buen aroma, un vaso con jugo, un cuenco de fruta, un pequeño platillo con guarnición y otro con aderezos, Taehyung se había lucido.

Find Me [◇TaeJin/JinTae◇]Where stories live. Discover now