Capítulo 3| La Chica del Distrito 3

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Finnick Odair

Las fiestas en el Capitolio siempre son una locura.

La música está a punto de reventarme los oídos, y las luces que parpadean en medio de la oscuridad me marean, sin embargo, lo que más detesto de fiestas como ésta es que siempre hay drogas, alcohol y sexo. Esta gente está enferma por la forma en la que anhela esas tres cosas.

—¡Señoritas, señoritas, abran paso que Finnick Odair ya esta aquí!—Markus Lee me introduce en el círculo de estilizadas mujeres de la alta sociedad del Capitolio.

Oh, mierda, que empiece la maldita actuación.

—Buenas noches, preciosas—saludo, tan seductor como me es posible. Internamente aquel tonito me resulta ridículo, pero a la población femenina...y parte de la masculina del Capitolio le encanta. Y sí algo he aprendido, es que tengo que hacer lo que a ellos les encante.

—Si me disculpan, mi invitada de honor acaba de llegar y no puedo hacerla esperar—se ríe Markus, mirando hacía las puertas de entrada.

Veo la pequeña figura femenina vestida de rojo rodeada de dos guardias presidenciales. Markus habla con los guardias, y toma a la chica de la muñeca y la arrastra detrás de él.

—¿Quién es ella?—escucho preguntar a una de las mujeres ante mí.

Al igual que yo, también dedican miradas a la escena de Markus y la chica de rojo.

Una de las mujeres ya tiene sus brazos envueltos alrededor de mi cintura y me observa como sí fuera caramelo para lamer.

—Finnick, podrías hablar con Markus, pídele una habitación—me dice encariñada. Sus ojos son tan verdes que me resultan aterradores si me miran a mí.

—Claro—respondo para conseguir que me deje ir.

Camino en dirección a Markus. Él está  con la chica de rojo, en cuanto más me acerco a ellos más familiar me resulta su acompañante.

Quizás alguna vez fue clienta mía. Cuando llego junto a él, me doy cuenta de que me he equivocado, la chica de rojo nunca ha sido clienta mía, pero la conozco, es la Reina Roja y al igual que yo, ganó Los Juegos del Hambre.

—Finnick, mira a quién tengo aquí—dice Markus, enseñándome a la chica como sí fuera un trofeo.

Tenían razón cuando decían que era hermosa de una forma que resultaba inhumana. Había oído los comentarios en torno a ella, pero jamás había puesto atención.

—Es mía por toda la noche.

La expresión de la Reina Roja hace que la sangre me hierva, sus ojos azules me miran fijamente y su expresión se convierte fugazmente en una mueca de repulsión ante el comentario de Markus.

Ésta chica ha vivido lo mismo que yo, no puedo no evitar sentir lástima por ella. Luce tan frágil qué me revuelve el estómago ver cómo Markus está tan cerca de ella.

Markus la toma por la cintura, y yo deseo arrojarme sobre él para evitar que le ponga una mano encima, pero sé que sí lo hago, tanto ella como yo seremos castigados.

—Que tenemos aquí, que bonita la Reina Roja—comenta uno de los cerdos del Capitolio, en menos de nada, una par de hombres nos rodean—. Luces hermosa, Alyssa.

Observo a Alyssa una vez más, su encanto es indudable, y muy poderoso. El maquillaje la hace lucir como un ser fuera de esté mundo que es demasiado bello para ser merecido. Su cabello es negro, y al parecer muy largo, veo como cae suelto más abajo de la mano de Markus que está alrededor de su cintura, sus ojos parecen ser azules, aunque las luces le dan cierto tono de verde, sus labios están pintados del mismo rojo sangre del vestido ajustado que lleva.

The Red Queen- Finnick Odair| The Hunger Games|حيث تعيش القصص. اكتشف الآن