Capítulo 1| Orgullo de Distrito

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El invierno solía ser mi época favorita del año, amaba la forma en la que la nieve blanca cubría todo a mi alrededor y lo hacía parecer precioso aún cuando no lo era, pero entonces, cuando estuve atrapada en la Arena vi la otra cara de la nieve y vi cómo sobre ella alguien que me importaba se desangraba hasta morir.

—Este clima te trae recuerdos, ¿no es así?—pregunta en tono sombrío Zachary Hattman. Al igual que yo es uno de los pocos ganadores del Distrito, fue uno de mis mentores durante los juegos y ciertamente él es la prueba viviente de todo lo que desaparece en ti una vez eres coronado vencedor.

—Mis Juegos—respondo, tocando con la punta de mi dedo el cristal de la ventana en donde acaba de caer un copo de nieve—. Las memorias siguen intactas—comento en voz baja.

Han pasado cuatro años desde que fui rescatada de la Arena y proclamada como vencedora de la Septuagésima edición de Los Juegos del Hambre por la imponente voz de Claudius Templesmith.

Cuatro años y aún tiemblo al recordarlo.

Las memorias nunca se irán, siempre estarán conmigo a donde quiera que vaya.

Una vez que comprendí que siempre sería una vencedora las cosas se volvieron más sencillas, pero aunque ahora sea capaz de manejar la situación, los sentimientos no se van.

El dolor, el miedo y la culpa, no se van. Me acompañan todo el tiempo, acarician en silencio mi cabello mientras duermo, se ciernen como polvo sobre mi ropa, impregnan el aire que respiro, y me torturan en la oscuridad mientras invaden mis sueños.

—Han pasado cuatro años, y aún se siente como sí fuera ayer que fuiste proclamada vencedora bañada en sangre en medio de ese campo cubierto de nieve—me estremezco sin poder evitarlo ante el recordatorio de Zachary.

Él es la única persona que tiene valor para hablarme de mis Juegos de esa forma, tan directa. De hecho, creo que algo está muy mal con él, tiene cierta fascinación con hablar de lo que vivió en la Arena, como sí fuera algo por lo que debería enorgullecerse.

Los Juegos para él tienen un significado muy diferente, algo noble y honorable.

No veo nada de nobleza en asesinar personas, y es porque no la hay. Cuando tomas la vida de alguien, dentro de ti algo se pierde para siempre.

El vacío en mi corazón es un castigo por las monstruosidades que hice y vi en la Arena.

—¿Aún recuerdas a Gladio, Alyssa?—pregunta, como si nada, como si se tratara de un simple conocido y no de la persona que murió para salvarme. No sé que sucede con él hoy que está tan empeñado en fastidiarme—.¿Sabes, Alyssa? A pesar de que tu siempre fuiste mi favorita, tenía la sensación de que el chico tenía más oportunidades que ganar que tú, pero bueno, todo su talento natural para ser un guerrero se fue a la basura cuanto te mostró misericordia y dejó que ese otro chico le atravesará el corazón en medio de ese montón de nieve para salvarte.

Es como si algo me perforara el corazón, de repente todo me duele.

—Tu no mataste a ese chico. Su propia idiotez por decidir salvarte lo hizo—comenta con desdén, para él lo que Gladio hizo es un acto de estupidez, para él, mi vida no vale la pena sino soy yo misma capaz de mantenerla—. Pero bueno, supongo que ver morir a ese pobre idiota te dio algo de ánimo en la arena, luego de eso, me gusta el modo en el que masacraste al resto de tributos con la espada. Entiendo porque te llamaron la Reina Roja, en medio de toda esa nieve lucías como todo una reina sucia de la sangre de todos los que mataste—él se detiene para evaluar mi expresión, necesita ver como me despedazo ante él.

Puede que me duela como el infierno, pero no le daré a este idiota el placer de verme derrumbar.

—Debes sentir mucha envidia al ver como yo conseguí un apodo legendario en el Capitolio. Todo el mundo me recuerda, y me adoran. Siempre seré su Reina Roja—presumo, apretando los puños para que él no vea mis manos temblar a causa del pánico que me sube por la garganta con la súbita mención de mi desagradable experiencia en la Arena—. Es una lastima que a ti ya todos te hayan olvidado. Mientras mi imagen será inmortalizada, la tuya se perderá en el olvido para siempre.

The Red Queen- Finnick Odair| The Hunger Games|Where stories live. Discover now