Capítulo 23| El Distrito 13/ Parte 2.

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Finnick Odair:

Los doctores creen que nunca me recuperaré, que estoy demasiado roto... que no volveré a ser el mismo.

Tienen razón, y eso me jode más la cabeza que pensar en que Annie, mi Annie se encuentra en las manos del Capitolio, sometida a Snow y a cualquier tortura que su retorcida imaginación pueda concebir.

—Finnick, hey, concéntrate en mi voz, ¿Si?—la doctora Clarence intenta mantener una conversación conmigo, pero, ¿A quién voy a engañar? Mi mente no se puede ocupar de nada que no sea Annie, ni siquiera puedo pensar en la rebelión...o en la Alyssa histérica que escucho gritar por las noches. Aún no me atrevo a preguntar si los gritos que escucho son reales, o si solo están en mi cabeza. No quiero parecer más loco, y que las dosis del medicamento aumenten—. Te estaba preguntando si estás listo, para la caminata, ¿Recuerdas?

—¿Cuántos días llevo aquí?—pregunto.

—Han pasado cinco días, Finnick—responde la doctora Clarence—. ¿Estás listo para la caminata?

—Claro—asiento. Aún voy vestido con la bata blanca, que tiene una incómoda abertura en la parte trasera, pero que al fin y al cabo no me molesta en realidad. Solo cuando sopla un poco de frío.

La doctora Clarence me guía a través del pasillo, por el constante flujo de personas que se mueven de un lado a otro, me atrevo a decir a qué ha de ser muy temprano. Puede que mi cabeza no esté del todo sana, pero he llegado a aprender algunos comportamientos regulares en el distrito, y que nunca antes había visto. El orden que regula a éste lugar me es increíble, supongo que ahí reside la clave de su supervivencia. Para enfrentar el aislamiento al que los sometió el Capitolio debieron requerir de mucho orden, y reglas estrictas.

—¿Esa es Alyssa?—pregunto, y una punzada de alegría extraña me invade. Corro hasta la chica para alcanzarla, pero cuando se da la vuelta, una desilusión me aplasta el pecho. No es ella, aunque tenga un cabello parecido.

La mujer me observa con la boca ligeramente entreabierta de la sorpresa, y luego empieza a alejarse casi corriendo.

—¿Te gustaría ver a Alyssa?—pregunta la doctora Clarence luego de alcanzarme—. Te puedo llevar con ella. Ya fue dada de alta en el hospital, se encuentra bien.

—¿Está bien?—pregunto. La última vez que la vi, se había desmayado sobre el suelo del aerodeslizador—. ¿Ése hombre del Capitolio, Markus, no se le ha acercado?

Haymitch olvidó mencionar que detrás de su plan maestro, el vigilante jefe que torturó a Alyssa casi ante mis ojos estaba involucrado. Cuando desperté en el aerodeslizador y lo vi, supo que quería matarlo.

Y aún más al oír su explicación, todo lo que había hecho había sido por Alyssa, para tener un futuro junto a ella dónde Snow no pudiera alcanzarlos. Se unió al plan de Plutarch Heavensbee muy tarde, pero de acuerdo con Plutarch, gracias a su apoyo lograron sacar más tributos de la Arena.

Aunque no a los suficientes.

—¿Te preocupas por su seguridad? ¿Es tu amiga?—pregunta Clarence, nuevamente me ha tomando de la mano, me lleva en dirección contraria por dónde veníamos.

—Es mi amiga.

—¿Cómo Johanna?

Oh, Johanna. Cómo lamento que no estés aquí.

—Si—miento.

—Yo los vi ambos en los Juegos—comenta la doctora, no sé con qué intensión—. Alyssa se encuentra bien, Finnick. Y ése hombre no volverá a herirla aquí, ni en ningún otro lugar nunca más.

The Red Queen- Finnick Odair| The Hunger Games|Where stories live. Discover now