Capítulo 18| ¡Johanna, creo que esto me matará!

4.8K 432 63
                                    

Finnick Odair

Me besó.

Fue como sí el cielo colapsara sobre el mar y ambos se volvieran uno solo. Fue magnífico, nunca antes había sentido algo así, que me hicieran sentir tan vivo, tan ansioso, y luego le dije que no. Le dije que no porque es lo correcto.

La aparté de mí, le prohíbe hacerlo de nuevo, nunca podré sí sé que Annie está mirándome. No podría herirla así, no luego de que ambos perdimos a Mags. Annie debe estar tan destrozado como yo.

—Hasta tu belleza se ha visto afectada—escucho que comenta Katniss, debo lucir terrible con la cara llena de ampollas. Todos nos vemos terrible, Katniss dijo que si nos rascabamos probablemente se infectaría, pero ella misma se ha dado uña toda la noche por toda la piel herida.

Es imposible no rascarse, la comezón es desesperante.

—Sabe mejor fresco—le digo, viendo que ella observa el marisco que he abierto junto a las tazas de agua que recogí. No he podido dormir nada, así que al menos me dediqué a hacer algo más útil que ver el rostro angelical de Alyssa dormir—. ¿Sabes? Si te rasca, se va a infectar.

Ella me arroja una mirada asesina.

—Eso he oído—dice, se levanta y se acerca al marisco con grandes zancadas. Katniss Everdeen no es tan especial cómo había creído en un principio, pero sí respeto su valentía al enfrentarse al Capitolio. Mags ha muerto creyendo en ella, así que más le vale que merezca los sacrificios que todos estamos dispuestos a hacer por ella—. ¿Sabes, Haymitch? Si no estás tan borracho nos vendría bien algo para la piel—grita, y resulta muy gracioso como de inmediato un paracaídas plateado aterriza limpiamente sobre su mano—. Ya era hora—suelta, intenta mantener la expresión de arrogancia, pero algo en su mirada y en la forma en la que casi sonríe me dice que está muy agradecida con Haymitch.

—Parece que te pudres—comento, viendo la terrible combinación que provocan la pomada sobre las costras.

—Ayuda a la comezón.

Finalmente acepto la pomada, y me cubro el rostro. Giro la vista hacía ella y veo que sonríe, la degradación de mi belleza le parece divertida.

—Pobre Finnick, ¿Es la primera vez en tu vida que no estás guapo?

—La sensación es nueva para mí, ¿Cómo has hecho tú para soportarlo toda tu vida?

—Evita los espejos—responde—. Despertaré a Peeta y Alyssa.

—Alto—la detengo—. Hagámoslo juntos, frente a sus caras.

Katniss asiente, con el mismo aire de travesura que yo. Será un gran susto al vernos como mutuos del Capitolio.

—Peeta, Alyssa—llama Katniss con voz cantarina, agitándolos a ambos—. Ya es hora de despertar.

Cuando Alyssa y Peeta abren los ojos soy testigo en primer asiento del pánico que le inundan los ojos.

Katniss y yo nos partimos de la risa al oírlos gritar.

—Maldición—se queja Alyssa, toma un puño de arena y la arroja contra nosotros. A diferencia de nuestros rostros, el de ella está intacta, sigue estando guapa, aunque conociéndola ella habría seguido siendo preciosa con todas las costras encima.

—Fue una buena broma—digo.

Otro paracaídas aterriza junto a nosotros, al abrirlo veo una rebanada del pan de mi Distrito. Es por Mags.

—Irá bien con el marisco—me limito a decir. Nos reunimos para comer, mis compañeros no están acostumbrados a platos como el que he servido, pero conscientes de la situación no rechazan ni un bocado.

The Red Queen- Finnick Odair| The Hunger Games|Where stories live. Discover now