Capítulo 24| Vencedora, no rebelde

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He tenido que dejar a Finnick a mitad de mi visita, los guardias irrumpieron luego de la entrevista de Peeta para anunciar que la presidenta y su Consejo me necesitan, y que era urgente. Imagino la urgencia. Peeta en televisión lo ha cambiado todo. 

Salí de esa cafetería llena de miedo...por todo lo que está sucediendo, por como Peeta ha hablado de los rebeldes con tanto desprecio, por las acciones que la presidenta Coin decida tomar para contra atacar, por terminar siendo usada como un arma.

—Tienes que tranquilizarte—me advierte Zachary antes de entrar en la habitación, a él no lo dejan entrar los guardias—. Lyssa, voy a estar aquí afuera—me recuerdo un instante antes de que los guardias me empujen dentro del cuarto.

En la sala del Consejo de la presidenta se encuentra Plutarch Heavensbee, su asistente, Markus Lee y la presidenta, Alma Coin, son su cabello gris y perfectamente alisado cayendo sobre su espalda.

Ver a Markus aquí me sorprende, y al mismo tiempo hace que desee correr y derribar la puerta para irme de ser necesario.

—Señorita Hough—saluda Coin. No tuve un buen inicio con ella, pueden decir lo que quieran sobre esa mujer, pero lo único que yo veo, es a Snow en ella. Y la desprecio—. Siéntese.

—¿Qué sucede?—exijo saber. No me tiembla la voz por suerte, le doy una breve mirada a Markus, él no me está viendo...Luce terrible, enfermo. Tiene la piel pálida, y profundas ojeras, el semblante de alguien que ha estado sufriendo.

Cuando Plutarch Heavensbee me prometió que ese hombre nunca jamás me volvería a herir, lo dudé, pero viéndolo ahora, comienzo a creer a que pronto hasta pronto dejaré de verlo.

—¿Se está muriendo?—tengo que preguntar.

—Sé que eso es lo que desearías—me responde el propio Markus, y me observa—. De todas las cosas que puedo ofrecerte, mi muerte no será una de ellas.

La desilusión me invade por un momento, luego vuelvo la atención a la presidenta.

—Imagino que estoy aquí por lo de Peeta—digo. Ella asiente.

—Es momento de que cumplas tu parte del trato. Tienes un trabajo que hacer—me indica Coin, no tiene los ojos de serpiente de Snow, pero la maldad está ahí, puedo sentirla—. Un equipo televisivo te espera.

—Tu discurso—la asistente de Plutarch me entrega la hoja. Es como un acto, cómo los que hacía para el Capitolio, solo que ésta vez es para los rebeldes. Para darle ánimo a una causa que no comparto del todo, para llenar de valor a  los Distritos en guerra abierta con el Capitolio.

Debería ser fácil interpretar el papel de rebelde, jugar al soldado en guerra.

—¿Katniss no se unirá?—pregunto. Se supone que los comerciales, o propagandas deberían ser auspiciados por nuestro Sinsajo, el emblema de la Rebelión.

Coin niega. Comprar la voluntad de Katniss Everdeen es más difícil que comprar la mía.

—Hasta el momento eres solo tú, Reina Roja—dice Plutarch. Aun no sé como sentirme sobre Plutarch, era el vigilante jefe, nos sacó de la Arena, me explicó el plan...

—Te aconsejaría que te dieras prisa, el Capitolio ya ha soltado su bomba, ahora es nuestro turno... Quiero que la propaganda este en la pantalla de todos los Distritos para mañana—la querida presidenta siempre tan impaciente.

—¿Qué pasará con Peeta?

—Mientras esté en el poder del Capitolio no podemos hacer nada, mis contactos me dicen que está recluido...—responde Markus... jamás imaginé que el pudiera ser un traidor del Capitolio, parecía tan contento y satisfecho con la vida que tenía allá.

The Red Queen- Finnick Odair| The Hunger Games|Where stories live. Discover now