◇◆ TRES ◆◇

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Los arboles se movían por la leve brisa que bailaban junto a las hojas emitiendo un zumbido relajante y reconfortante.

El bosque estaba tranquilo, los pajaritos cantaban magnificando el lugar.

En un lugar de aquel tranquilo lugar habían unas personas tiradas en el piso sin mover ni una pulgada, se encontraban en un profundo sueño.

Los ojos de un joven rubio empezaron a abrirse dando paso a los rayos apagados del sol.

En ese momento el sol estaba cayendo y el cielo se estaba poniendo anaranjado.

Revelando sus oscuros ojos azules, parpadea un poco para poder asimilar el lugar.

Se mueve un poco observando su alrededor.

Una peli-azul acostada a su lado, un poco lejos por cierto.

Un uchiha tirado al frente suyo también profundamente dormido.

Minato tira un suspiro y trata de levantarse pero un peso se lo impide.

Hasta ahora no se había dado cuanta que había algo encima suyo.

Su mirada viajo a la fuente del peso y encontró a una hermosa y tranquila pelirroja durmiendo, se veía tan tierna, se estaba acurrucado en su cofre como un pequeño gatito cariñoso, sin duda minato amo esta imagen y la guardaría en su cabeza para toda la vida.

Ojala este momento durara para siempre...

lamentablemente, kami, al parecer fue a buscar a su esposa y no escucho las palabras del pequeño hombre que estaba teniendo el mejor momento de su vida.

Los ojos de aquella bella mujer empezaron a abrirse lentamente, realmente había dormido muy bien, se sentía: protegida y cálida. Lamentablemente un movimiento interrumpió su siesta y no tuvo mas remedio que despertar para ver el causante de despertarla.

Lo primero que ve es un cofre firme y fuerte, su mirar no se detuvo hay y fue más arriba.

El hermoso rostro angelical quedo frente a ella, la estaba mirando de una manera muy dulce y suave.

Sintió como sus mejillas empezaron a arder.

─Buenos días... ─minato le sonrió, por otro lado la pelirroja sentía como su corazón saltaba sin parar, realmente muy molesto.

Se levantó rápidamente con el corazón todavía saltando y sus mejillas rosas.

─¡n-nami-baka!, ¡¿que estabas haciendo?! ─dijo gritando para ocultar su vergüenza.

─dándote los Buenos días ─suavizando su mirar, provocó que la uzumaki se sonrojara y ahora tenía las mejillas de un coloro rojo brillante.

─tam-... ─antes de que pudiera decir algo la uzumaki, fue interrumpida.

─¡agh!, ¡mi cabeza! ─dijo fugaku quien estaba teniendo un dolor de cabeza.

─¿eh?... ─de repente, kushina se dio cuenta las palabras que iba a decir y se sonrojo.

También te deseo los Buenos días.

Gracias a fugaku, evitó que dijera esas vergonzosas palabras, aunque se sintió mal por no poder decirle esas simples palabras, ¿por qué?.

Sacudió su cabeza y la imagen de su amiga paso por su cabeza, miro para todos lados hasta ver a mikoto en el suelo durmiendo.

─¡mikoto-chan! ─fue donde su amiga y se arrodilló a un lado de ella ─despierta... ─dijo sin embargo no vio ningún movimiento de la contraria.

mi pequeño rubio ◆ Naruto Onde histórias criam vida. Descubra agora