Kushina no siente nada por minato.
Minato está loco por kushina.
Esa noche en su juventud, nunca se reencontraron, la pequeña Uzumaki tuvo que salvarse sola de sus secuestradores. Tiempo después, ya adolescentes tienen que hacer una misión. Junto a...
Je, tal vez este capítulo puede llegar a ser un poco fuerte :)
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Las cinco personas corrieron por los pasillos siendo liderados por kurama quien era el que sabía el camino, cuando por fin llegaron vieron la puerta metálica, antes de intentar abrirla kurama se detuvo abruptamente.
─¿Que ocurre nueve? ¿Por qué no la abres? ─Minato notó el cambio de humor de kurama. Podía aplstar que ahora mismo el peli naranja estaba frunciendo el ceño sin necesidad de sacarle la capucha.
─No está... ─Susurro con un tono molesto.
─¿Qué? ─Lo escucho, pero no pudo evitar la exclamación. ─¿Como lo sabes? ¿No te equivocaste de puerta?
─No capto su olor, no...
Kurama azotó la cerradura de la puerta con su puño, en este lugar no podía usar chakra así que solo pudo utilizar la fuerza que le permitía su cuerpo humano. La cerradura se rompió con éxito pero su mano empezó a sangrar por el bruto impacto de piel y metal. Kurama no pudo evitar mirar la mano humana con despreció.
Tks, este cuerpo es tan débil.
Dejo de observar la sangre en su palma y miro la habitación familiar por dentro. Sus ojos se afilaron tomando un color rojo intenso.
─Esta es la habitación, se lo llevaron. ─Declaró cerrando con fuerza los puños a sus costados.
─Mierda, ¿a dónde se lo-...
─¡¿Quienes son ustedes?!
Las cinco personas se voltearon a ver la voz extra en el pasillo. Los ojos de kurama se oscurecieron al reconocer a la mujer que le daba alimento y lo obligaba a drogarse.
La mujer vestida de blanco se tapó la boca lamentando que retirarse en silencio para informar lo más pronto posible al kazekage, sin embargo, cometió un error tan común en los novatos, viendo los ojos brillantes de uno de los encapuchados de verdad se lamentó y sus piernas empezaron a temblar con terror.
Antes de que todo pudieran reaccionar, kurama corrió lo más veloz que pudo y sujeto el cuello de la mujer, la azotó a la pared arrastrándolo hacia arriba.
La mujer se empezó a retorcer tratando de quitar las manos que oprimian su cuello dificultando el paso del aire a los pulmones.
─Ah, deja-... me, tú, ah...
─Dime, ¿dónde se llevaron al niño? ─La frialdad con la que hablo kurama solo erizo la piel de la dama haciendo que se retorcida más bruscamente.
─Nueve, sueltale el cuello para que pueda hablar. ─Kushina dio un paso adelante para observar mejor a la mujer.
Kurama solo le dio una mirada antes de soltar a la mujer haciendo que cayera al suelo bruscamente golpeándose la parte inferior afectando un poco su columna.
