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14.

Narrador omicente.

Derek solo miraba los combates de algunos adolescentes con decepción, la mayoría de ellos eran un fracaso total y eso enfurecía al alhpa de una manera descomunal, tanto fue su enojo que hasta se atrevió a pelear con algunos de ellos para demostrarles como se debe de hacer una palea que valga la pena.

Mientras que Arian intentaba explicarle a el Beta como se sentía y como es posible que su parte lobuna no haya salido a la luz.

En un lugar lejano de esa manada y de cualquier otra, se estaba llevando acabo una discusión entre tres hermosas mujeres de gran armadura platinada con su gran creadora.

— Madre estas segura de esto — hablo la menor.

—Lo estoy.

—Pero no te parece muy arriesgado, digo es solo una niña — la miro con preocupación.

No estaba segura de que fuera buena idea mandarla a ella, la ultima vez que mandaron alguien inexperto no resulto bien al contrario había resultado todo una tragedia y que por consecuencia causo que una de ellas dejara de brillar. Pero eso a su creadora no le preocupaba pues sabia que ella era la indicada para vencer aquel desgraciado que años atrás había arruinado todo.

— Giennah si Luna dice que esta segura debes de confiar en ella — hablo su hermana que se encontraba recargada en una mesa.

— Pero Sabik...

— Pero nada nuestra madre y diosa sabe lo que hace no cuestiones sus decisiones — le recrimino ya molesta por tanto drama.

Si su madre había tomado esa decisión es por que algo estaba planeando si es que todavía no lo apuesto en marcha.

— Lo siento, yo solo....

— Lo entiendo hija mía, te preocupas por ella — su madre la vio con amor y ternura.

Asiente.

— Eso esta muy bien, eso demuestra que eres digna del nombre que te e dado. Pero debes de entender que su destino ya esta escrito y te guste o no ella lo tendrá que cumplir corriendo los riesgos que tenga que correr.

La menor asintió pero seguía aun con sus dudas. Algunos segundos pasaron hasta que la cuarta mujer habló llamando la atención.

— No creo que a Sirio le guste esto — hablo la cuarta mujer que se había mantenido callada hasta el momento.

— Sirrah creo que se te a olvidado que sirio lleva dormida desde la muerte de su hija.

Sirrah se encontraba cruzada brazos recargada en una columna del Inmenso castillo con la vista perdida, pero al escuchar lo que Sabik dijo levanto la mirada y la miro a los ojos con toda frialdad que la caracteriza.

— Tu lo as dicho esta dormida cuando despierte no le gustara saber que...

— Basta. No discutan ahora — los detuvo su creadora.

Las dos se miraron desafiantes retándoce una a la otra. Para ninguna estrella incluso su madre, era novedad verlas pelear pues todas sabían que esas dos habían creado un odio por la otra después de la ultima vez que bajaron a la tierra. Nadie supo porque empezó todo pero una cosa si estaba clara algo malo paso entre las dos para que el gran lazo de hermanas que tenían ellas dos se rompiera. Pues bien antes eran inseparables ahora eran enemigas.

Mientras que ellas se retaban, Giennah miro hacia su madre que le hacia señas para acercarse. Con cuidado de no llamar la atención de Sirrah y Sabik se desplazó con sigilo hasta llegar alado de su madre.

— Vamos Gie — le susurro usando su nombre con cariño — dejemos qué sigan peleando sin sentido.

Su madre soltó una risita mientras que ella y Giennah salían del salón del trono donde la mayoría del tiempo estaba su madre vigilando a sus hijos.

Las dos caminaron por los pasillos del castillo en silencio, mientras veían por las enormes ventanas el espacio y todas las constelaciones preparándose para brillar. Algunos cometas pasaban dejando a su paso algunos cristales y polvo estelar. Giennah pensaba en que nunca cambiaría esa maravillosa vista por nada en la galaxia. Estaba completamente agradecida con su creadora por haberle dado vida.

—Giennah — hablo la Luna.

— Si Luna — volteo s mirarla.

La Luna no la miraba estaba concentrada viendo la galaxia y a sus hijos hacer los que les corresponde.

— Tengo una misión para ti...

Se quedo callada, pensando en si había escuchado bien.

— ¿Una misión?

— Si —afirmo.

— Que misión Luna.

La luna la miro y le sonrió.

— Ir a la Tierra...





Todos tenemos a una persona que nos hizo mil pedazos y nos dijo ahora construyete Yo solo quería cambiar de aires no necesitó de ti, si quiero respirar también

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Todos tenemos a una persona que nos hizo mil pedazos y nos dijo ahora construyete
Yo solo quería cambiar de aires no necesitó de ti, si quiero respirar también...

R:****

El Rechazo De Una Estrella. (PAUSADA)Where stories live. Discover now