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Dalton.

Danella había regresado antes del anochecer, había llegado con la cabeza baja y pidiendo disculpas incontables sin sesar, Cía quien ya se sentía mejor había ido enseguida abrazarla y asegurarle que no pasaba nada pero que nunca mas fuera hacerlo de nuevo, en cambio yo solo asentí en su dirección antes de marcharme a mi alcoba para colocarme otro de mis amados trajes.

El que tenia anteriormente Cía lo había llenado de sus sucios mocos. Que horror.

Por otro lado Allen no se había tardado mucho — por no decir nada — al trae lo que le había pedido, el muy astuto ya lo tenia preparado en una bolsa de tela negra que había escondido en el bosque lejos para que yo no lo mirara. El ya sabia que al final yo iba a seder a ir con su padre, aunque no me explicó en que momento fue a meter todo aquello en esa bolsa, ¿O es que ya la tenia preparada mucho antes? Como sea, al menos no me hizo desperdiciar mi tiempo esperándolo.

— Mas les vale estar listos porque que ya es hora de irnos y no pienso esperar a nadie — dije entrando a la sala mientras que aliso mi traje eliminándolo de cualquier arruga.

— Ya estamos listos — asegura Allen desde la cocina.

— ¡Lista como una lista!

Por supuesto que esa era Cía. Enserio aveces me sorprende su facilidad para cambiar de humor tan rápido, algunos podrían decir que es bipolar y aunque parece ser lo, no lo es. Simplemente ella es así, es imposible que ella guarde rencor o dure enojada con alguien.

Mire a Danella quien se encontraba sentada en el sillón con ambos pies arriba, ella no me miraba pero aun así era consiente de que yo si la veía a ella, por eso mismo —  y sin mirarme — solo asintió confirmando lo que los otros dos.

— Entonces muevan sus gordos traseros que el tiempo corre.

Fui el primero en salir de la cabaña seguido de Allen, Cía y por ultimo Danella, sin tener la intención de detenerme a esperarlos empecé a caminara cuesta arriba en dirección a la sima de la montaña nevada pues ahí era en donde la gran puerta que daba acceso a la manada mas antigua se encontraba.

 

El cielo ya se había oscurecido en su totalidad llenándose de las mas hermosas estrellas que iluminaban nuestro camino a lado de una media luna, el viento era frío y soplaba con intensidad meneando los pinos altos a mi alrededor y los ruidos lejan...

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El cielo ya se había oscurecido en su totalidad llenándose de las mas hermosas estrellas que iluminaban nuestro camino a lado de una media luna, el viento era frío y soplaba con intensidad meneando los pinos altos a mi alrededor y los ruidos lejanos de los animales nocturnos llegaban a mis oídos como una suave melodía, hubiera sido un memento perfecto que me hubiera gustado disfrutar en su totalidad si no fuera por que mis compañeros de viaje no dejaban de quejarse.

— Tengo frío Daltiton — escuche decir a Cía por cuarta vez en consecutiva entre medio de temblores, no pude evitar colocar los ojos en blanco mientras que seguía ignorándola.

El Rechazo De Una Estrella. (PAUSADA)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang