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Dalton.

— ¿Y cuando nos iremos?

— ¿De que hablas Danella?

— No piense que soy estúpida Dalton, se que tu eres el único que puede abrir la puerta que nos dirige a la manada del blanco.

Tenia razón.

No se equivocaba en lo absoluto en pensar aquello yo era el único ser de este lado de la puerta que podía abrirla sin morir o quedar demente en el intento y eso solo porque el Alpha había hecho un largo ritual donde la puerta caprichosa, yo, y mucha de mi sangre estábamos involucrados. Sin contar que soy el encargado de alejar a todo curioso que intentará acercarse, es por eso que era el protector de la montaña, era por eso que asesinaba a todo aquel que cruzara los limites permitidos y eso es a cuatro kilómetros mas abajo de mi hogar. Si pasaban esos limites entraban en mi territorio y era una muerte segura.

Aunque siempre había uno que otro que olvidaba quien era el y quien era yo, y se creía con el derecho de desafiarme. Debo aclara que eso nunca terminaba bien para ellos, ni sus familias quienes se pasaban días llorando la perdida.

Pero olvidando mi papel en este miserable mundo y mi amado trabajo, no iba a permitir que ellas regresaran ahí no después de lo que paso la última vez donde asesine a dos de los nuestros.

— No las llevare. — declare con firmeza queriendo dejarle en claro que no cambiare mi decisión.

— ¿Como has dicho? — pregunto  desconcertada.

— Dije que no las llevare.

— ¡Pero Dalton! El nos a dicho que era urgente que fuéramos, el no nos hubiera traído si no lo fuera.

— Ese es precisamente el problema, el y yo hicimos un acuerdo, el cual el ahora a roto. 

Y si era verdad, el había roto el acuerdo que nosotros habíamos hecho hace dos años atrás, donde el me juraba que nunca mas dejaría entrara a mis hermanas a la manada con tal de que yo me quedara al cerca de el.

Aunque eso ultimo no lo hubiera querido, no me gusta permanecer en un mismo lugar por mucho tiempo, pero era la única forma de mantener a Cía y Danella a salvo y lejos de mi. Sin un lugar al que regresar ellas no volverían aquí, donde solo correrán peligro. Pero estaba yo que aunque quería alejarme de los recuerdos estos me tenían prisioneros, tal vez no en manada pero si en esta estúpida montaña que da asesor a ella.

— ¿Un acuerdo? ¿Como que hicieron un acuerdo? ¿De que tipo?.

Abrí los ojos con sorpresa al darme cuenta lo que había hecho. Si ellas se enteraran de lo que hice por mantenerlas a salvo seria malo, no solo porqué estoy seguro que las dos dejarían de hablarme, aunque considerándolo bien eso no suena tan mal, si no porqué conociéndolas harán todo lo que puedan para quedarse aquí y no alejarse nunca mas, solo para molestarme y demostrar que yo ya no tenia ningún derecho sobre ellas.

—  Olvidalo Danella.

— No, no lo voy a olvidar. — levanto su barbilla retándome hacer algo que desconozco. Apreté la mandíbula con fuerza su tono de voz no me gustaba en lo absoluto —  Quiero que me expliques de que estas hablando Dalton. Quiero saber que maldito acuerdo has hecho con el padre de Alan.

El Rechazo De Una Estrella. (PAUSADA)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora