El pelirrojo caminaba con rapidez por aquellos semi sucios pasillos, el olor a tabaco y perfume era casi nulo en el aire. Aún así, Taehyung no le tomó importancia, aquel aroma ya era soportable para su olfato en esos días.
Viendo a todos aquellos chicos peleando, fumando o haciendo cosas inapropiadas para el reglamento, le era imposible pensar como carajos el había tenido que partirse la espalda para tener un promedio aceptable y poder ingresar en aquel instituto, mientras aquellos imbéciles hacían lo que se le daba la gana y no llevaban ni siquiera un reprimenda.
Él tenía un nombre para aquellos imbéciles.
«niños de papi»
Sonrió por el pensamiento, acomodó mejor su mochila y se acercó a su casillero, lo abrió sacando los libros que le correspondían a su horario. Una vez cerrado el casillero se encontró con dos chicos sonriendo ampliamente.
–¡Hola TaeTae! —exclamaron al unisono
–Jimin hyung, Jungkookie —saludó para luego hacer su típica sonrisa cuadrada.
–Vamos a clases Tae y dejemos a jungkook a su salón. —dijo el mas bajito para sonreir risueñamente. Los dos mas altos rieron ante su Hyung, pues cada vez que sonreía sus ojos pasaban a ser dos fineas líneas.
Caminaron por los pasillos después de dejar al mas pequeño, entraron a su aula recibiendo unos cuantos saludos, Taehyung correspondió todos y llego a su asiento.
–Vaya Tae, no puedo creer que en dos semanas ya hayas hecho muchos amigos — comentó el castaño.
–Yo no puedo creer que haya encontrado un hyung tan adorable —dijo y apretó una de las mejillas de Jimin quien se quejó
–En serio Tae... ¿como le haces para agradarle a todos?
–Pues... soy el jodido amo —respondió con suficiencia peinándose su cabellera roja hacia atrás, Jimin puso los ojos en blanco y rió acomodándose mejor en su asiento, pues las clases ya estaban comenzando.
Una vez terminada las clases fueron a la cafetería por un reparador almuerzo, Tae accidentalmente chocó con un chico debido a la cantidad de alumnos que se hallaban almorzando. Se disculpó rápidamente, recibiendo una mala mirada del contrario antes de alejarse.
Cuando Jimin y Taehyung llegaron, sus amigos ya le habían apartado sus lugares en la mesa
–Seokjin hyung ¿hoy almorzarás con nosotros? —preguntó Jimin.
–Claro, tengo tiempo para ustedes. —respondió el chico de labios bonitos.
Los cuatro chicos empezaron a almorzar en silencio, hasta que Seokjin lo rompió
–¿Escucharon los rumores?
–Si —respondió Jimin —pero solo son rumores hyung, no creo que sea verdad.
–¿Por qué no? —preguntó el menor de todos —es su escuela, aquí estudia, si o si iba a venir
–Puede ser que les haya hecho un favor a todos y se haya dado de baja. —respondió Seokjin.
–Un favor a todos... un favor a todos, un favor mis pelotas —murmuró casi inaudible Jeon.
–¿Que has dicho mocoso? —preguntó Jin.
–Nada —respondió con sequedad metiéndose casi toda su ensalada de frutas.
Taehyung que se había quedado ajeno a la conversación, interrumpió.
–¿De que hablan? —cuestionó confuso
–Jin hyung ¿no le has dicho? —preguntó Jimin
–No lo creí necesario. —respondió desinteresado, jimin suspiró y miró a Tae, quien seguía con una expresión confusa
–Verás Tae, sabes que aquí hay de todo tipo de alumnos ¿no? —Taehyung asasintió —están los tranquilos, los que infringen las reglas cuando están aburridos, los matones y...
Más sin embargo se vió interrumpido cuando Jungkook le golpeó el hombro, Jimin iba a quejarse cuando fijo su mirada en la entrada de la cafetería. Todos miraron en esa dirección mientras se hacia un silencio sepulcral.
Taehyung miraba con atención a aquel chico que había entrado. Estaba seguro que en sus dos semanas de haber llegado ahí no se lo había cruzado ni por error.
El chico era pálido, delgado, cabello color menta y con un semblante serio. Caminó en silencio hasta una máquina expendedora. Chicos y chicas se hacían a un lado para dejarle el camino libre. En silencio inserto un billete en la máquina esperando la botella de refresco, una vez esta salio la tomó y sin mirar a nadie salió de la cafetería. Al instante murmullos se escucharon por todas las mesas.
–Y luego esta él. —dijo de la nada Seokjin, Tae miró a Jimin quien asintió en afirmación.
–¿Quien es él?
–Le dicen Agust D, es el chico problema de la escuela. —respondió el castaño.
–¿Por qué Agust D? —preguntó Kim curioso, Jimin se encogió de hombros.
–Todo el mundo lo conoce por Agust D — respondió Seokjin —algo esencial que debes aprender es; nunca hablar con él.
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