Agust D » ʸᵒᵒⁿᵗᵃᵉᵍⁱ

Twenty Eight

–Tu cama es más pequeña que la mía.

–Uh, perdón por ser pobre.

–No me refería a eso.

–Uh, perdón por tomar en cuenta que sólo yo debo dormir en mi habitación y no alguien más. Tal vez tú lleves a muchos chicos y chicas a dormir a tu cama, pero yo, Min Yoongi, soy decente.

–¿Me estás diciendo promiscuo?

–Te estoy diciendo puto.

–Vas a pagarme eso, pequeño idiota.

–¿Y qué vas a...? ¡Joder! Dolió.

–Te lo mereces.

–¡Yoongi!... ¡Ay!

–Eres un chillón Taehyung.

–¡Ahí no!

–¿No que?

–¡Due-... Ah!

–¿Se siente lindo?

–¡Al menos hazlo con amor! ¡No se ría Yoongi hyung!

Intentó aferrarse más al cuerpo que dormía a su lado sintiendo como este lo alejaba con un gruñido, no pudo evitarlo e instintivamente subió su pierna justo a la cintura del contrario, volvió a alejarlo pero está vez poniendo su pie en el abdomen de Taehyung, con fuerza lo empujó de tal manera que cayó de la cama.

Taehyung despertó antes de tocar el suelo, aturdido por el golpe, soltó un quejido viendo cómo una cabeza se asomaba por la orilla de su cama.

–Buenos días a ti también. Esas formas de despertar enamoran. —dijo sarcástico.

Yoongi le lanzó un beso con burla, se levantó de la cama mientas Taehyung se levantaba del suelo.

El menor volvió a tirarse en su cama mientras veia a Yoongi quitarse la camisa que usó para dormir.

–Buena forma de empezar el día. —dijo juguetón.

Yoongi alzó una ceja para después empezar a reírse divertido ante la ocurrencia del pelirrojo. Siguiéndole el juego siguió en la tarea de desabrocharse los botones pero más lentamente sin quitar la vista de Taehyung.

–Señores esto me gustaaaa. —exclama Taehyung alzando los brazos.

Cuando terminó de quitarse la lanzó hacia Taehyung quien rápidamente la atrapó silbando.

La verdad es, que el pelirrojo se está divirtiendo pues Yoongi en vez de mirarle con prejuicios o insultarlo le siguió el juego. Eso no se veía todos los días así que tenía que aprovechar. Claro, un Yoongi con su torso desnudo tampoco es algo que se veía muy seguido así que le miraba sin vergüenza alguna.

–¿Te gusta lo que ves? —preguntó el mayor mientras ponía su maleta encima de la cama para abrirla.

–Lo que se ve no se pregunta Yoongi.

La piel de Min era tan blanca que no sabía con que compararlo; con la porcelana, el papel o la luna. Su abdomen estaba un un poco marcado y se veía tan tersa su piel que le daban ganas de pararse y tocar el pecho de Yoongi para comprobar que tan suave era.

Pero no lo haría, porque sin duda terminaría con la nariz rota.

–Se te cae la baba.

–Es que me traes bien baboso.

Yoongi vuelve a reír mientras busca con insistencia su playera favorita. Suspiró aliviado al encontrar su playera se la puso para después cruzarse de brazos.