«masturbación»

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Christopher esta obsesionado con su compañera de piso, una pelinegra de ojos avellanas que recién se movió el mes pasado. Desde el momento que puso pie en la casa, amenazo a sus otros compañeros que nadie le mirara ni la sombra, por qué esa mujer seria para él. Algunas veces la pelinegra lo ignora por completo, pero hay otros días en los cuales se le insinúa hasta con el caminado.

Son las tres de la tarde y no hay nadie en casa, todo el mundo está en clase o en práctica de deporte así que el castaño aprovecha a tener la casa para él solo y dormir un rato. Se acuesta en su cama, cerrando los ojos al instante que su cabeza toca la almohada. Trata de dormir, pero un ruido proveniente de la habitación de la pelinegra lo pone en alerta. Usualmente los jueves ella no llega hasta tarde. Con pereza se levanta de su cama con dirección a la habitación de la antes nombrada.

—Hola. —dice al ver que la puerta de la habitación está abierta.

No obtiene respuesta así que entra a esta y en unos cuantos pasos está en el baño. Ella tiene la única habitación con baño incluido, los chicos decidieron eso para que no se le hiciera incómodo compartir baño con hombres. Al estar frente a la puerta queda boquiabierto al verla que se está bañando. El agua recorre todo su cuerpo mientras ella se masajea el cráneo con lo que parece ser champú, el cual se quita con agua inmediatamente. El amiguito de Christopher reacciona a tal imagen, poniéndose apretado en sus jeans. Él jadea al ver como recorre su cuerpo desnudo con sus manos, flotando cada milímetro de este.

Con los ojos cerrados, ahueca sus senos en sus manos, dándoles un ligero apretón, sacando un gemido de sus labios. Los masajea intensamente, dándose placer así misma con cada toque. Christopher no aguanta más y se toca por encima de sus jeans, el pequeño rose hace que ahogue un gemido.

—Oh. —la pelinegra gime fuerte, moviendo sus caderas, buscando fricción en su parte baja. —Oh Chris... —susurra y el nombrado no está seguro si escucho bien. —Oh fuck. —jadea con la voz entre cortada.

Christopher baja el zíper de sus jeans cuidadosamente, no quiere que ella se dé cuenta que él está allí. Masajea su miembro a través de la tela de su bóxer, sintiendo el líquido pre seminal. Los gemidos de la pelinegra son débil, casi silenciosos, cambia de posición y Christopher se asusta pensando que lo ha visto, pero solo se recuesta contra los azulejos de la bañera.

Una de sus manos baja de sus senos hasta su vientre y muerde su labio inferior fuerte al sentir dicha sensación. Ahí es cuando el castaño decide sacar su miembro y mover su mano por su erección libremente. Se lame los labios, gozando de la escena tan erótica que hace la pelinegra enfrente de él. La mano que está cerca de su vientre baja hasta su feminidad y con el dedo de índice juega con su clítoris.

—Ah. —gime fuerte al sentir dicha sensación en su parte intima. —Oh sí, oh sí. —mueve su dedo en círculos, introduciendo el dedo de en medio en su feminidad.

Christopher casi se viene con tan solo escucharla gemir, pero se contiene porque sabe que esto todavía no está ni cerca de terminarse. La pelinegra echa la cabeza para atrás, moviendo sus dedos en su feminidad y jugando con su pezón. Llega a un punto donde ve luces lo que le hace saber que está a punto de llegar al clímax. Sabiendo que ella se va a correr, Christopher aumenta la velocidad de sus movimientos, llegando al clímax a la misma vez que la pelinegra deja salir un gemido ronco. El semen se corre en su mano y parte de su ropa, pero eso no le importa ahora, ya que ha tenido unos de los mejores orgasmos de su vida y eso que solo la estaba viendo darse placer.

Christopher está apunto de guardarse en los pantalones cuando mira que la pelinegra sube su mano hasta la ducha y la quita del soporte. Con una sonrisa pícara en sus labios, el castaño mueve su mano de arriba hacia abajo tratando de ponerse caliente otra vez lo cual no es tan difícil ya que la chica enfrente de él le da una buena imagen de su trasero y como el agua corre sobre este.

Ella pone su frente contra los azulejos, tomando una bocanada de aire antes de bajar la cabeza de la ducha hasta su vientre. Deja que el agua corra sobre este y poco a poco lo baja hasta llegar entre sus muslos. El agua corre sobre estos, mandando una corriente de electricidad por su cuerpo. Abre las piernas un poco más para que el agua pueda llegar a la zona deseada. Un gemido ronco sale de sus labios cuando el agua hace contacto con su feminidad. La presión del agua es lo suficientemente buena para hacer que mueva sus caderas buscando por más.

Christopher siente que está viendo porno en vivo y en directo, lo cual lo excita aún más. Empieza a mover su mano más rápido sobre lo largo de su erección, observándola gemir fuertemente. Sus labios totalmente rojos debido a las mordidas que les ha dado para mantenerse callado, sus mejillas sonrojadas mientras que el movimiento de la mano que se encuentra en su erección aumenta, sintiendo que el orgasmo está cerca otra vez.

Los dos se corren al mismo tiempo, sus respiraciones agitadas y sus aspectos desastrosos. La pelinegra vuelve a poner la cabeza de la ducha en el estante y se mete bajo el agua para lavarse el cuerpo otra vez. Christopher se guarda en su bóxer, sube su pantalón, cierra el zíper y está a punto de irse hasta que la voz de la pelinegra lo detiene.

—¿Te gusto el show? —pregunta ella sin vergüenza alguna.

—¿Tú que crees? —él se arma de valor para responderle.

—Te corriste dos veces... —lo vuelve a ver. —yo diría que sí. —le guiñe un ojo y se sigue bañando.











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Denle mucho amor 🙏🏼♥️

Ash ◟̽◞̽

09/25/2018

𝖔𝖓𝖊 𝖘𝖍𝖔𝖙𝖘 • 𝕮𝖍𝖗𝖎𝖘𝖙𝖔𝖕𝖍𝖊𝖗 𝖁𝖊𝖑𝖊𝖟 • +𝟷𝟾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora