𝖔𝖓𝖊 𝖘𝖍𝖔𝖙𝖘 • 𝕮𝖍𝖗𝖎𝖘𝖙𝖔𝖕𝖍𝖊𝖗 𝖁𝖊𝖑𝖊𝖟 • +𝟷𝟾

«dominante/sumisa»

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Christopher Vélez ha estado en la industria de películas de entretenimiento para adultos por dos años y nunca le había tocado hacer una escena así. Por supuesto que no va a mentir al decir que nunca la ha visto o que su amiguito no se ha emocionado al verlas, pero ser él el protagonista es algo diferente.

Mira al director entrar al set con una pelinegra vestida con unas bragas negras y medias que llegan más arriba de la rodilla, caminando a su lado y se imagina que ella será su co-protagonista. La mujer no disimula para nada que ha quedado encantada con el castaño y eso le encanta a Christopher.

—Christopher, ella es ... —la directora la presenta, pero no le pone atención.

Examina cada milímetro de su cuerpo con la mirada, imaginándose lo mucho que disfrutara hacer esta escena con ella. La mujer le sonríe y estrecha una mano como saludo.

—Hola señor Vélez. —lo saluda y en la forma que dice esas palabras hace que el miembro del castaño se despierte por completo.

—Mucho gusto. —le toma la mano, dejando un beso en esta. —será un placer trabajar contigo. —

—¡Ya estamos listos para la escena! —uno de las personas de producción dice, haciendo que los dos lo vuelvan a ver.

—Okay ... entonces la primera escena va así ...—el director les explica otra vez.

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Christopher esta acostado en la cama, esperando a que la pelinegra entre a la habitación. Ya está metido en su papel, vestido con tan solo un bóxer negro de cuero. Ella entra a la habitación tratando de ser cuidadosa y camina al centro de esta, poniéndose de pie enfrente del castaño.

—¿Me mando a llamar señor? —pregunta en un tono sumiso.

—Si, ven acá. —palmea el lado de la cama que esta vacío. —me quiero divertir contigo hoy. —

La pelinegra se sube a la cama, arrodillándose enfrente de él, como toda una sumisa ante su dominante. Christopher se levanta de la cama, camina para el closet en la habitación y toma un látigo y una corbata de seda.

—Pon tus manos detrás de tu espalda. —el castaño camina de regreso a la cama.

La pelinegra hace lo que él le pide e inmediatamente el castaño amarra sus manos con la corbata. Ella lo vuelve a ver, sonriéndole diabólicamente. Christopher le regresa el gesto, trazando la curva de su espalda con el látigo, mandando escalofríos por todo su cuerpo.

—¿Lista para ser usada? —se inclina hacia abajo para estar a la altura de su oído.

—Si señor. —la pelinegra respira con dificultad, dejando salir unos suaves gemidos.

Christopher traza su espalda una vez más antes de darle un latigazo. No es tan fuerte el golpe, pero ella tiene que fingir que si, así que deja salir un lloriqueo mezclado con un jadeo de placer. Se inclina hasta tener sus labios contra su piel, acariciando esto con su lengua. Deja besos mojados por su espalda antes de levantarse y darle otro azote. Esta vez sí le dolió, ya que su piel esta mojada.

—Oh. —se queja, tratando de entrar en su papel otra vez.

—¡Corte! —el director dice, entrando al set.

—¿Estás bien? —Christopher le pregunta preocupado.

—Si, ese último se pasó un poco. —la pelinegra hace una mueca.