«daddy!kink»

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De todas las cosas que se imaginó para su vida cuando era pequeño nunca pensó que sería el sugar daddy de alguien, mucho menos de una jovencita 10 años menor que él. Christopher Vélez es el vicepresidente de las industrias Bradford, aunque más parece el CEO de la compañía ya que el señor Bradford nunca pasa allí. A sus 32 años ha logrado muchas cosas, pero su más grande logro, según él, es su sugar baby. Una pelinegra de 20 años que conoció cuando ella tenía 17 años.

Christopher quiere estar en cualquier lado menos aquí. ¡Dios! ¡Detesta las reuniones de trabajo con toda su vida! Odia tener que actuar amable con los inversionistas de la empresa que pronto dirigirá. Toma una copa de champán del mesero que pasa por su lado para tomársela de un solo trago. Sus acciones son pausadas por una hermosa pelinegra la cual camina detrás de sus padres sin tanto interés en lo que está pasando. Con una sonrisa en sus labios se acerca a los señores Carson para disque presentarse.

—Hola, soy Christopher Vélez el vicepresidente de las industrias Bradford. —los saluda, sonriéndole a la pelinegra.

—Hola señor Vélez. —el señor Carson saluda. —ella es mi esposa Margaret y nuestra hija Sofia. —apunta a la chica detrás de ellos.

El castaño saluda a la señora de beso en la mano, cuando es el turno de Sofia se queda más de lo debido con sus carnosos labios sobre su suave piel. Sofia le sonríe, dándole una mirada llena de lujuria.

Desde entonces él y la pelinegra han sido inseparables, ya que nadie cuida de ella como su daddy lo hace.

—Daddy? —la voz de la pelinegra lo saca de sus pensamientos.

Están viendo una película en la sala de su penthouse, teniendo un lazy day. Christopher la vuelve a ver, ella se muerdes sus labios nerviosamente, rozando sus muslos uno contra el otro. El castaño alza una ceja al recorrer su cuerpo con la mirada.

—Daddy. —ella susurra con la voz entrecortada, chupándose el pulgar seductoramente.

—Dime que quieres princesa. —traza su muslo desnudo con la yema de su dedo.

—Te quiero a ti daddy. —jadea al sentir ese pequeño rose en su muslo. —quiero que me toques, quiero que me des placer. —baja una de sus manos por su cuerpo hasta llegar a sus bragas.

—¿Quieres que daddy te toque allí? —vuelve a ver a su vulva ya mojada.

—Si daddy. —baja sus dedos, tocando la humedad a través de la tela. —oh. —jadea al sentir que su pre-semen moja sus dedos.

Christopher pone su mano encima de la de ella, guiando sus movimientos. Lleva sus manos por debajo de la tela, para tocar su clítoris directamente. Ella arquea su espalda al sentir los espasmos por todo su cuerpo. Los carnosos labios del castaño van directamente a una marca que dejo la noche anterior para lamerla otra vez. Succiona la piel delicadamente mientras moja sus dedos con su propio semen. De una estocada entra los dedos en sus paredes húmedas. La pelinegra se retuerce del placer, es algo excitante meter sus propios dedos junto a los de su daddy adentro de ella. El castaño comienza un lento y tortuoso vaivén, evitando su punto rico a toda costa.

—Daddy. —la pelinegra lloriquea, moviendo sus caderas en círculos para obtener más.

—No princesa. —Christopher pone su mano libre sobre su vientre para que se deje de mover. —solo toma lo que daddy te está dando, amor. —

—Pero daddy... —

De un solo movimiento acaba de boca abajo en las piernas de Christopher, su culito respingón a su disposición. Lo vuelve a ver, mordiéndose los labios de la excitación mientras que él quita del todo sus bragas. Para más las nalgas al sentir que el castaño traza su muslo con las yemas de sus dedos. Acaricia suavemente una de ellas antes de darle una fuerte nalgada.

—Oh. —ella tiembla de placer y dolor.

—Esto es para que aprendas a no desobedecer a daddy, princesa. —le da otra nalgada en el mismo lugar, dejándole la piel roja.

Dos nalgadas más y la pelinegra se está retorciendo contra su cuerpo otra vez. El impacto de la siguiente nalgada resuena por toda la habitación y eso la excita más. Christopher pone su lengua mojada sobre la piel lastimada, dejando una lamida por lo ancho. Regresa al centro y succiona una marca allí, aumentando el pacer.

—Daddy por favor. —la pelinegra dice con la voz ronca. —te quiero ya daddy, por favor. —ruega como sabe que su daddy le gusta que haga.

Christopher le da dos nalgadas más antes de volverla a sentar en el sofá. Hace una mueca ya que sus nalgas le arden cuando hacen contacto con el cuero, pero eso es remplazado por excitación cuando mira que su daddy se está quitando la ropa. Ella se quiere quitar la camisa de su daddy que trae puesta, pero no quiere que su daddy se enoje con ella.

—Ven princesa. —Christopher la toma de la cintura, acomodándola encima de él. —quiero que me montes, quiero que me utilices para darte placer, pero no te vayas a venir porque te castigo princesa ¿entiendes? —

—Oh. —un ronco gemido se escapa de la garganta de la pelinegra al sentir como la erección de su daddy se abre paso en ella. —daddy. —lo vuelve a ver con los ojitos cristalizados, estirando los labios para que le dé un beso.

Christopher sonríe antes de tomar los labios de su princesa entre los de él. Es rápido de meter su lengua en su boca, haciéndola jadear. Le da una nalgada como señal para que se empiece a mover. Ella sube y baja en su erección sin dejar de besar sus labios. Mueve sus caderas para que llegue más profundo y pueda tocar su punto rico. Él sabe cuándo ya lo ha hecho, ya que ella se estremece por el placer corriendo por su cuerpo.

—Oh daddy. —susurra contra sus labios con la voz entrecortada, agotada y con dolor en sus muslos.

—No princesa. —le da una nalgada, incitándola a moverse. —si quieres ser follada tendrás que hacer tu el trabajo. —la toma de las caderas.

—Daddy por favor. —le ruega con los ojitos cristalizados. —por favor. —

El castaño envuelve sus brazos alrededor de su cintura dando la primera embestida. La pelinegra le sede el control, dejando que él la coja como él quiera. Poco a poco las embestidas suben de velocidad, golpeando duro su punto rico.

—Oh si daddy. —le susurra al oído con los ojos cerrados, mordiéndose los labios. —me coges tan bien. —jadea.

De un movimiento rápido Christopher la deja en cuatro y entra en ella con una fuerte embestida. La pelinegra arquea su espalda de placer, diciéndole a su daddy lo rico que se lo está haciendo. Su daddy la toma del cabello, jalando de este ligeramente, para hacer que lo vuelva a ver. Se inclina, dejando parte de su cuerpo encima de el de ella y toma sus labios. Aumenta la velocidad de sus embestidas cuando siente que su erección está siendo más apretada.

—Daddy. —susurra, sintiendo escalofríos por todo su cuerpo. —estoy a punto... —no puede terminar la oración cuando su cuerpo esta siendo tomado por un placentero éxtasis.

Christopher sigue embistiendo en ese calor, su semen hace la entrada y salida más fácil. Siente como su abdomen se vuelve duro y sabe que está a punto de correrse.

—Vamos daddy, quiero que me llenes. —la pelinegra aprieta su erección. —lléname daddy, lléname. —sigue rogando y eso hace el truco.

Su daddy se corre en ella, llenándola con su espeso y caliente semen. La pelinegra jadea al sentir que su semen se corre por sus muslos. Christopher besa toda su espalda hasta llegar a sus nalgas, sale de ella con cuidado para dejar marcas allí. Baja hasta su vulva y lame esta.

—Oh daddy. —jadea al sentir como se la come. —Hmmm... —jadea moviendo sus caderas.

Christopher agrega un dedo junto a su lengua, moviéndolos en sincronía. No tarda mucho en hacer que se corra otra vez y esta vez lame cada gota de este. Se sienta en el sofá, acomodando a su princesa encima de él. Le da un beso con sabor a su semen, acariciando su mejilla con el pulgar.

—Te amo daddy. —ella susurra contra sus labios.

—Te amo princesa. —la acomoda en su pecho.









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Denle mucho amor ♥️🙏🏼

Ash ◟̽◞̽

10/11/2018

𝖔𝖓𝖊 𝖘𝖍𝖔𝖙𝖘 • 𝕮𝖍𝖗𝖎𝖘𝖙𝖔𝖕𝖍𝖊𝖗 𝖁𝖊𝖑𝖊𝖟 • +𝟷𝟾Where stories live. Discover now