«estilo perrito»

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Lizbeth, feliz cumpleaños linda 😘 Que te la pases rico 😌

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Christopher tiene muchas posiciones favoritas, pero la que lo lleva al cielo cada vez es "en cuatro". Le fascina ver a su acompañante tan a su disposición, dejándose hacer todo lo que él quiera. Traza la columna de la pelinegra con la yema de sus dedos, hasta llegar a la espalda baja y nalgas. Sus manos acarician las pequeñas marcas que allí están, unos de chupones y otras de su mano.

—Serás una buena chica, ¿no es así? —le acaricia su nalga derecha.

—Si-i. —la pelinegra apenas susurra.

—Te voy a premiar muy bien por eso. —sube sus manos por su espalda hasta llegar a su cabello, juega con la corbata que tiene cubriéndole los ojos.

Sin previo aviso baja hasta su feminidad y pasa su lengua por lo largo de esta, haciéndola gemir. Mueve su lengua de arriba hacia abajo, dándole placer con cada toque. Al sentir su lengua deslizarse adentro aprieta las sabanas más fuertes, dejando salir un ronco jadeo. Mueve sus caderas en círculos, queriendo que llegue más profundo.

—No princesa. —el castaño le pega una nalgada, dejando otra marca en esta.

Sigue comiéndosela como si no hay un mañana, lamiendo, mordiendo y succionando cada parte que puede. Lleva tres de sus dedos a su boca, ella sabe para qué es, así que se asegura de mojarlos muy bien. Traza el largo de sus dedos con su lengua, sabiendo que pronto esos dedeos estarán adentro de ella haciendo maravillas. Christopher lleva uno de sus dedos y lo pone al lado de su lengua. Al sentir que ambos entran, la pelinegra se retuerce de placer, dejando caer su rostro en las almohadas.

—Oh sí. —sale de su boca como una oración. —dame más. —muerde su labio inferior, tratando de no ser tan ruidosa.

Christopher separa sus piernas un poquito más, para tener más acceso. Introduce otro dedo, moviéndolos al mismo ritmo de su lengua. Y es allí cuando siente el sabor dulce de su semen, la ha visto comer piña así que no se le hace raro. Le sigue dando placer hasta que sabe que está cerca de correr, sabe a la perfección como su cuerpo reacciona a él.

—Chris. —la pelinegra protesta, enterrado su rostro en la almohada.

—Te daré algo mejor princesa. —la levanta de los hombros.

Deja caer la mitad de su cuerpo encima de su espalda, toma su mejilla izquierda para hacer su rostro para la derecha y poderla besar. Toma sus labios entre los de ella, al instante lame su labio inferior para pedir entrada, la cual la castaña se la accede sin protestar. Lengua contra lengua peleando por dominio, pero ninguno de los dos quieres ceder.

Aunque Christopher sabe cómo hacerla ceder.

El castaño suelta el agarre en su mejilla, la baja por su espalda hasta llegar a su trasero, lo acaricia un poco antes de tomar su miembro en esta. Con agilidad guía su miembro hasta su feminidad, entrando en ella de una sola vez, haciéndola gemir. No se mueve por unos segundos, admirando la reacción de la pelinegra. Sus ojos están cerrados, la boca medio abierta, dejando salir unos pequeños gemidos. Le besa el cuello y parte de la espalda mientras comienza un lento vaivén.

—Te sientes tan cálida alrededor de mí. —le susurra contra su piel.

Poco a poco aumenta la velocidad de sus embestidas, envolviendo su brazo alrededor de su torso para mantenerla en posición.

—Hmmm... —la pelinegra mueve sus caderas al ritmo de sus embestidas, haciendo que él golpee su punto dulce una y otra vez. —¡dame más! ¡Oh Chris! —repite como una oración.

Christopher se levanta, dejando besos mojados por su espalda. La agarra de sus caderas para poder embestirla con más fuerza. Tanto es el placer que la pelinegra aprieta las sabanas con sus puños, descansando su rostro en la almohada.

—Oh my god. —gime contra la almohada. —¡Oh si, oh sí, me gusta así, dame más allí! —retuerce los dedos de los pies por el placer.

El castaño hace lo que ella le pide y sigue golpeando su punto rico una y otra vez. Es más fácil entrar completamente en ella cuando la tiene en cuatro y ama la vista que puede tener de su cuerpo. La sigue embistiendo, haciéndola retorcer de placer contra las sabanas. Llegan al punto en donde los dos llegan al orgasmo él se deja caer encima de ella, aun adentro de ella, besándole el cuello y la espalda.

—Eso fue increíble. —le susurra al oído, mordiéndole el lóbulo suavemente.

—Sí que lo fue. —toma sus labios entre los de ellas en un beso.

Ella trata de darse la vuelta, pero con Christopher encima es difícil. El castaño sale de ella con cuidado y se acuesta a su lado. Una gran sonrisa se forma en los labios carnosos del ecuatoriano al ver la carita de felicidad de la pelinegra.

—¿5 minutos y lo hacemos de nuevo? —

—No. —se sienta en la cama, lo toma de los hombros dejándolo contra el respaldar de la cama. —lo haremos ahora. —se posiciona encima de el para montarlo.












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Denle mucho amor 🙏🏼♥️

Ash ◟̽◞̽

09/26/2018

𝖔𝖓𝖊 𝖘𝖍𝖔𝖙𝖘 • 𝕮𝖍𝖗𝖎𝖘𝖙𝖔𝖕𝖍𝖊𝖗 𝖁𝖊𝖑𝖊𝖟 • +𝟷𝟾Where stories live. Discover now