«desnudándose»

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continuación de "en el auto"

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Christopher y la pelinegra apenas entraron en su apartamento cuando sus ropas empezaron a volar por todos lados. La pelinegra toma la chaqueta de Christopher, traza sus dedos por los botones antes de sacársela de un jalón, tirándola al piso. Los labios carnosos del castaño chocan con los de ellas, tomándolos entre sus dientes, mordiendo estos. Un gemido sale de la boca de la pelinegra, encendiendo hasta la más profunda hormona de Christopher. Con la misma velocidad quita su camisa blanca de vestir, tomando uno de sus pezones entre sus labios.

—Oh. —el castaño gime a tan rica sensación.

Una sonrisa se forma en los labios de la pelinegra mientras baja por su abdomen hasta llegar a sus pantalones de vestir. Lo vuelve a ver, con una mirada de inocencia que no combina nada con lo que está a punto de hacer. Mordiendo sus labios, se deshace de los pantalones y bóxer. De un movimiento rápido Christopher deja sus prendas tiradas a un lado de ella. La pelinegra toma su erección en su mano, dándole suaves caricias de arriba hacia abajo. Se arrodilla enfrente de él para quedar al nivel justo. Sin previo aviso mete su miembro a su húmeda boca, lamiendo la punta.

—Eres tan buena en eso. —el castaño se pone de puntitas, sintiendo que su orgasmo se está formando otra vez.

Ella entra y saca su miembro de su boca, lamiendo la punta cada vez y su mano acaricia la parte que no cabe en su boca. Lentamente vuelve a sacar el miembro de su boca, pasando la lengua por lo largo de esta. Lo está viendo fijamente cuando envuelve sus labios alrededor de su punta, succionando las gotas de pre-semen que salen de este. Christopher respira entrecortado, sintiendo que ella le esta succionando su vida a través de su erección. Esa carita de inocente no combina para nada con lo que su boquita obscena está haciendo y eso enciende más al castaño.

Toma su cabeza con ambas manos para mantenerla en su lugar mientras comienza un lento vaivén. Ella abre más su boca para no atragantarse en el miembro del castaño, pero si es honesta ama el ardor en su garganta y boca. Ama la sensación de ser abierta por tan gruesa erección. Están así por unos segundos y ella sabe que él ya se va a venir, lo puede notar en su respiración entrecortada y gestos faciales. Unas cuantas embestidas más son suficiente para tener un espeso liquido deslizándose por las comisuras de sus labios.

Le toma unos segundos al castaño para bajar de su nube y lo primero que vez a la pelinegra aun de rodillas enfrente de él con su semen en las comisuras de sus labios. Limpia el semen con su pulgar, en el mismo movimiento lo pone entre sus labios para que ella lo lama. Ni lenta, ni perezosa la pelinegra hace eso, mirándolo a través de sus pestañas. El castaño la ayuda a levantarse, tomando sus labios en la misma acción. Ese beso sabe a su semen, pero eso en vez de hacerlo asqueroso, lo hace más excitante. La pelinegra rosa cuerpo cubierto con el vestido contra su desnuda piel y es manda escalofríos por todo el cuerpo del castaño, es una sensación nueva para él.

Todos esos escalofríos bajan hasta su miembro, el cual comienza a ponerse duro de nuevo. La pelinegra sonríe en el beso porque lo puede sentir contra su cuerpo y se está muriendo por tenerlo adentro de ella otra vez.

Las manos del castaño trazan su figura hasta llegar al final de su vestido. Acaricias sus piernas, trazando patrones desconocido en estas. Poco a poco sube el vestido, se separa del beso y saca su vestido de un solo jalón, dejándola desnuda enfrente de él. La toma de la cintura, acercándola más a su semi erección, sacándole un gemido de lo más profundo de su ser. Mueves sus caderas contra su miembro, haciéndolo gotear más y ponerse más duro. Ella lo mira para darle a entender que se tiene que poner un condón porque la fiesta está a punto de empezar otra vez.

Christopher ahueca sus nalgas, dándole un apretón antes de alzarla para subirla a sus caderas. La pelinegra envuelve sus piernas alrededor de su cintura, sintiendo como la punta de su erección toca su entrada. Ella gime y mueve sus caderas en círculos para darle a entender que quiere. Él la mueve un poquito hacia arriba y ella poco a poco baja en el miembro del castaño.

—Hummm... —ella ronronea en la boca de su compañero, disfrutando la sensación de tenerlo adentro de ella.

La pelinegra trata de moverse y montarlo en esa posición, pero es un poco difícil. Vuelve a ver a Christopher, mordiéndose el labio inferior. El castaño le sonríe de lado, apretando sus nalgas. Ella vuelve a ver a las escaleras para darle a entender que su habitación está en la parte de arriba de su loft. Cada paso que da por las escaleras su erección pega en su punto rico, haciéndola gemir más. Al llegar a la cama Christopher se sienta en la orilla del colchón, dejando a la pelinegra encima de él.

—Móntame muñeca. —Christopher dice en una voz ronca, dándole una nalgada, haciéndola moverse.

Con una sonrisa pícara en sus labios se empieza a mover de arriba hacia abajo. Mueves sus caderas contra su torso, sintiéndose abrumada por tanto placer. Nunca se había corrido tantas veces en su vida y siente como los espasmos están asaltando su cuerpo nuevamente. Las manos del castaño viajan por toda su espalda, dejando rastros de escalofríos a su paso. Ella aumenta más la velocidad cuando la punta hace contacto con su punto dulce. Sube y baja allí una y otra vez hasta que siente que su cuerpo se está tensando y la liberación parece estar más y más cercana.

—Te sientes muy cálida princesa. —Christopher susurra contra su oído, dejando que su aliento caliente haga contacto con su piel.

—Por favor. — ella dice con voz quebrada, retorciéndose de placer contra él. —por favor. —

—Dime que quieres princesa. —él acaricia su mejilla, haciendo que ella descanse su rostro en su mano.

—Has que me corra. —aprieta más su erección. —por favor, has que me corra. —pide como una oración.

Christopher envuelve sus brazos alrededor de su torso y comienza un rápido y fuerte vaivén. Desde la primera embestida golpea su punto rico y ella está que mira estrellitas por el éxtasis. Unos cuantos toques en su punto rico hacen que se corra por cuarta vez en la noche. Deja salir un ronco gemido de su garganta al sentir esa electricidad correr por todo su cuerpo.

—Oh por dios. —susurra, descansando su mentón en el hombro del castaño, su miembro todavía adentro de ella.

—eso fue fantástico. —él mueve su rostro para que quede justo enfrente de ella.

Acaricia su cabello, notando como él sueño le va ganando. Con una sonrisa en sus labios y con mucho cuidado la levanta y acomoda en la cama. Admira su desnuda figura por unos segundos antes de cubrir este con una sábana delgadita. Se limpia lo más rápido posible en el baño de la pelinegra y regresa a su cama. Ella lo está viendo con una mirada soñolienta.

—¿Qué hay de ese número de teléfono? —se acuesta al lado de ella.

—Quédate a dormir y te lo doy mañana. —cierra sus ojos acomodándose en las almohadas.

Con una sonrisa en sus labios el castaño se acomoda a su lado. Por un segundo su mente hace diferentes escenarios con la pelinegra y cada uno de ellos le gustan. Acaricia la mejilla de la mujer enfrente de él y piensa que ya encontró a su Fernanda.








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Denle mucho amor ♥️🙏🏼

Ash ◟̽◞̽

10/11/2018

𝖔𝖓𝖊 𝖘𝖍𝖔𝖙𝖘 • 𝕮𝖍𝖗𝖎𝖘𝖙𝖔𝖕𝖍𝖊𝖗 𝖁𝖊𝖑𝖊𝖟 • +𝟷𝟾Where stories live. Discover now