«dedos»

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Christopher sabe hacer muchas cosas para complacer a su acompañante y una de sus especialidades son sus dedos, sus largos y complacientes dedos. Están en la sala de su apartamento, viendo una película. Los dedos del castaño se pasean por su muslo derecho, de arriba hacia abajo. La pelinegra trata de ignorarlo lo más que puede, ya que sus mejores amigos están a punto de venir para tener un maratón de películas. Poco a poco la mano del castaño llega hasta sus jeans.

—Chris. —ella espeta en un tono serio.

—¿Qué mi amor? —el nombrado sigue jugando con el botón de sus jeans.

—Zabdi y Fernanda ya van a venir. —le recuerda, removiéndose un poco en su asiento.

—¿Y eso que? —le susurra al oído, poniéndola caliente.

—Chris-s... —se queda a media oración ya que la mano del castaño está adentro de sus jeans. —oh. —jadea con el pulso acelerado.

Christopher moja su dedo pulgar con el pre-semen de la pelinegra. Ella echa la cabeza para atrás, recostándola en el respaldar del sofá. El castaño masajea su clítoris suavemente, haciendo que se moje aún más.

—Oh. —la pelinegra arquea su espalda, sintiendo una deliciosa electricidad correr por todo su cuerpo.

Una sonrisa de satisfacción se forma en los labios del ecuatoriano al ver las acciones de su novia. Con la otra mano desabotona y baja el zíper de los jeans para tener más acceso. Al poder mover sus dedos con más agilidad entra uno de estos en ella. La pelinegra deja salir un gemido abrumador con la respiración entrecortada.

—¡Dios! ¡Chris! —su novia agarra al castaño del cuello, atrayéndolo más cerca de sus labios.

Ella es rápida en succionar sus labios, queriéndolos devorar. Abre la boca levemente cuando siente que Christopher mete otro dedo en ella, moviéndolos aún más rápido. Tanto es el éxtasis que ella muerde el labio inferior de su novio, al punto de sacarle sangre.

—¡Uh! —Christopher la deja de besar. —¡Salvaje! —hace un lindo puchero.

—Ugh... aguan ... —no puede terminar de decir la oración ya que su novio entra un tercer dedo en ella.

El castaño vuelve a tomar sus labios para seguirla besando. Su lengua baila con la de ella mientras sus dedos siguen golpeando su punto rico una y otra vez. Está a punto de correrse cuando escuchan el timbre de la puerta principal.

—¡Jodida mierda! —los dos maldicen por lo bajo.

—Es tu amiga, así que ve a abrirle. —el castaño saca sus dedos, lamiéndolos seductoramente.

—Hablas como si no te llevaras bien con Zabdiel. —la pelinegra se acomoda los jeans y camina para la puerta. —hola. —pone una sonrisa al abrir y dejarlos pasar.

—Hola preciosa. —Fernanda la saluda de beso en la mejilla.

—Hola Fer. —la pelinegra devuelve el saludo. —Hola Zabdiel. —

—Hola mami. —el rizado dice en ese esquicito acento puertorriqueño.

Christopher le estuviera armando semejante problema por eso si no fuera porque sabe que su novia ni en peda se metería con Zabdiel.

—Trajimos vino. —su amiga muestra una botella de vino blanco.

—Por aquí por favor. —los lleva a la cocina.

No tardan mucho en arreglar todo y empezar con el maratón de películas. Christopher y su novia están sentados en un sofá y Zabdiel con Fernanda en el que está justo enfrente de la pantalla plana. Discretamente el castaño baja su mano a los jeans de su novia otra vez, esta lo vuelve a ver con una sonrisa pícara en sus labios.

—Todavía no te has corrido. —le susurra al oído, metiendo su mano debajo de sus jeans otra vez.

—No me digas. —la pelinegra lo fulmina con la mirada.

—Ven te ayudo con eso. —

Y sin que ella pudiera decir algo, el castaño comienza a masajear su clítoris. Sabiendo que si lo hace correctamente su novia se estará corriendo en cuestión de segundos. La pelinegra se traga los gemidos que quieren escapar de sus labios, pero llega a un punto donde comienza a ver lucecitas de lo excitada que está. Christopher siente el semen resbalarse por sus dedos y parte de su mano y le da una sonrisa malvada.

Lo más silenciosa que puede, trata de recuperar la respiración mientras se asegura que sus amigos no hayan escuchado nada. Vuelve a ver a Christopher quien está lamiendo el semen de sus dedos, con una gran sonrisa en sus labios.

—Ahora tu eres el del problema. —descansa su cabeza en su hombro.

—No te preocupes que cuando se queden dormidos a media película me vas a montar hasta que me corra adentro de ti. —susurra, dejando un beso en su coronilla.

La pelinegra sonríe, queriendo que sus amigos se queden dormidos de una sola vez.









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Denle mucho amor 🙏🏼♥️

Ash ◟̽◞̽

09/29/2018

𝖔𝖓𝖊 𝖘𝖍𝖔𝖙𝖘 • 𝕮𝖍𝖗𝖎𝖘𝖙𝖔𝖕𝖍𝖊𝖗 𝖁𝖊𝖑𝖊𝖟 • +𝟷𝟾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora