23. Reviviendo una pesadilla

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23.

Dibujo un plano muy sencillo de la casa y de las habitaciones. He pasado toda la noche en el cubículo averiguando a que habitaciones me lleva cada número. Es como un mini elevador que te transporta a todos lados de la casa. Incluso te lleva al jardín es fantástico este sistema que se inventó mi padre pero dudo que él los ocupe es demasiado pequeño para que se esté transportándose por ahí.

También he inspeccionado cada rincón de las habitaciones para ver donde se entra porque por donde se abre para salir no es la misma para entrar, porque me he dado cuenta que todas las entradas tienen ese especie de botón en espiral y por donde he salido no hay a nada de ese botón y los he encontrado en otra parte de la habitación.

En mi plano en las habitaciones que tiene el escondite secreto le pongo su número correspondiente del panel de control para llevar a ella, le pongo una "H" donde más o menos se encuentra la entrada y la "F" donde esta

Me faltan habitaciones por recorrer y debo de anotar los números que deben ser. Tocan la puerta y escondo todo debajo de la caja. Todo lo he hecho en papel, ahora ya no me siento segura haciendo las cosas por mi celular tengo miedo de que "M" lo jaque. Y lo menos que quiero es darme más alternativas para volverme loca. De nuevo vuelven a tocar con más insistencia

—¿Quién? —acomodo bien las cosas sin arrugar nada y sin que se vea.

—Libby, debes de ver esto— escucho la voz de Jay detrás de la puerta. Abro la puerta y antes de poder articular palabra, Jay toma mi brazo y me arrastra por los pasillos.

—¿Jay, que demonios te sucede? — me quejo tratándome de zafar de su agarre. Me saca de la casa, mis pies descalzos tocan el pavimento y el viento azota en mi cara revolviendo un poco mi cabello.

—¿es en serio? — lo miro señalándome a mí. —Al menos me hubieras dado chance... —toma mi barbilla y me hace mirar al frente pero eso me confunde más, de nuevo me gana en hablar.

—Yo no fui por él. —aclara mi duda. Mi vista viaja de él al auto. —Venía con esta nota — me la entrega.

"No sigan más pistas solo las que yo les puedo dar, si no quieren arrepentirse después."

Lo miro. —significa que "M" estaba ahí pero, ¿quién era, la mujer o el hombre? —hablo más para mí que de estar hablando con Jay.

—¿M?

—¿Qué hacen ustedes acá fuera? —nos interrumpe Claudia. —libby, cariño como se te ocurre salir así, sabes que eres muy enfermiza—me hace entrar a casa. Jay le dice algo a Claudia que no alcanzo a escuchar y ella cierra la puerta.

—¿Jay no entrara?

—Tiene cosas que hacer— me contesta—Mejor ve a cambiarte que el desayuno no tarda en estar listo.

***

Paso mi dibujo a digital protegiéndola por cualquier cosa. La extiendo para verla en 3D y tratar de comprender por donde se va y que rutas se cruzan si todas te pueden llevar a todos o hay lugares específicos que te llevan a ciertos lugares. Hay uno en mi habitación la entrada es el tocador y la salida es debajo de la cama. Su botón es 9. El botón 1 es la cocina que puedo llegar directamente desde mi habitación, la salida es debajo del lavabo y su entrada es uno de los costados de la isla. Igual con la habitación de colección ese es el número 3 y me lleva hacia la cocina. El botón 5 te lleva hacia unos de los pasillo la salida es por unos de los cuadros y la entrada aun no la encuentro.

Lo que aún no logro es llegar a la oficina de mi padre lo cual dudo mucho en que haya una entrada tal vez haya una salida. La entrada del salón de prueba que me sería muy útil. Hay algo que me inquieta el número cero no me lleva a ninguna parte, hay numero 10 pero no hay cero como tal. Me falta una manera tal vez así si funcione. Entro al pequeño elevador y presiono dos veces el cero. La puerta se cierra y se va de un jalón hacia la derecha y luego desciende con velocidad sintiendo una sensación rara en mí estómago. Ahora va hacia la derecha de nuevo y se detiene.

No Confies En NadieWhere stories live. Discover now