54. Un viaje al mundo del pasado

88 13 3
                                    

Retrocedo sin poder creerlo. Mis ojos se abren más de lo normal y mis labios se entreabren de la sorpresa. Las palabras se me quedan atoradas en mi seca garganta y niego con la cabeza aterrorizada.

Sus ojos verdes me miran sin expresión alguna aunque en sus labios rojos se asoma una pequeña sonrisa frívola. Su cabello rubio lo llevan rozándole los hombros con un flequillo ocultando su frente.

Lleva puesto la chamarra negra con la capucha sobre la cabeza —aunque esta vez no la cubre—, llevando su pantalón negro a juego con su conjunto y unos guantes negros.

Verla ahí parada me causa un terror que recorre mi cuerpo como electricidad. Poniéndome la piel de gallina y mis defensas a alerta. Es una réplica exacta de Morgan. Mismos ojos, mismo tipo de rostro, mismo color de cabello incluso mismas expresiones....solo que más joven.

—Te pareces tanto a ella—las palabras brotan de mi boca sin poder detenerlas. Camino un poco para verla de perfil.

—Lo tomaría como un halago pero tú rostro muestra lo contrario— Me sobresalto un poco al escucharla hablar. Se vuelve a recargar en la pared con despreocupación.

La única manera de que ella se parezca tanto es que sea...

—¿Mandy?...—al decir aquel nombre me estremezco.

—No. —aprieta sus labios con molestia para luego sonreír. —Margot.

La miro extrañada ya que técnicamente es lo mismo.

Desvió mi mirada al suelo para pensar, para encontrar una lógica a todo esto pero como siempre no la encuentro.

— ¿Cómo...? ¿Cómo es posible? —susurro para caer en cuenta en la única solución. —¡Oh, mierda! ¡Ahora sí que se me ha zafado un tornillo! ¡Solo eres parte de mi imaginación! ¡No, no,no! ¡Es la única manera! ¡Ahora si he perdido la cabeza! Primero Morgan y ahora tú—entro en pánico.

—Podrías callarte—rueda lo ojos. —No soy parte de tu imaginación, soy de carne y hueso—agita sus brazos. —Están logrando su objetivo—farfulla algo no entendible para mí.

—Eso no es posible. Hay una tumba a tu nombre allá afuera y al parecer soy la única que te recuerda. ¿Cómo explicas eso?
«Si eres real ¿Dónde has estado todo este tiempo? ¿Por qué no regresaste? —Detengo mis preguntas para recordar algo muy importante—Las notas y todo eso... ¡¿Eras tú, detrás de todo?!

Ella se encoge de hombros restándole importancia.

—¿Esa es tu única respuesta?— ella no responde.

—¿Es en serio que es lo único que me vas a decir?—pregunto incrédula y ella no responde más. —¡Vive un infierno todos estos meses jugando a tu estúpido juego! ¿Qué ganabas con todo eso? ¿Divertirte un poco? ¿Acaso te aburriste de ser invisible y debiste divertir conmigo? —ella voltea a verme molesta. —Todos estos meses para mí no fue un juego. Yo realmente quería saber de mis padres pero a ti te dio igual—recorro el salón de un lado a otro y me detengo. —y te recuerdo que más de una vez intentaste asesinarnos.

—pfff, que exagerada eres—mueve su mano con desdén.

Me detengo y me acerco a ella furiosa aunque no paso de la pila de piedra —Dame lo que necesito para curar a Will—demandó.

—¿Nunca te has preguntado porque lo llaman Jay y no Will?

—Ahora—extiendo mi mano y exijo que me entregue la jeringa.

—Como ya te había dicho una es para él y la otra es para ti — señala las jeringas.

Las jeringas son dos tubos largo parecidos a los tubos de ensayo. Uno de los extremos tiene una tapa negra y la otra azul. Del otro lado contario de esto en la jeringa azul se puede ver a simple vista la afilada y delgada aguja que se asoma en su extremidad conteniendo un líquido azul. En la otra se aprecia una sustancia anaranjada.

No Confies En NadieWhere stories live. Discover now