Laguna de los recuerdos #6

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Abro la puerta de la habitación y entro corriendo para luego lanzarme en la cama, aplastando a Mandy.

—Auch—gruñe. En cambio yo me rio.

La muevo para que se destape.

Con señas le digo que iremos de viaje todos juntos.

—Libby, sabes que conmigo puedes hablar—me dice con ternura.

—Si...—carraspeo. —Lo sé—hablo bajito.

Ella me sonríe y me hace cosquillas. Niego con la cabeza para decirle que ya se detenga

—Dilo—ordena riendo.

—Basta, detente. Nooo, ya basta—me carcajeo. Me caigo de la cama escapando de las garras de ella y salgo corriendo de la habitación mientras aun rio.

—Te voy atrapar—me agarra de mis cintura y me alza un poco. Pataleo y en unos de mis movimientos la hace perder el equilibrio. Caemos al suelo muriéndonos de risa.

—¡Mandy! ¿estás bien? —pregunta alarmado Jack, quien la ayuda a levantarla.

—Si estoy bien. No te preocupes—le sonríe a su hermano. Jack la ve y su mirada cae en mi, acusándome con ella. Me levanto del suelo avergonzada.

—¿No deberías estar en la cama? —aparta su mirada de mí y vuelve a dirigirse a Mandy.

—Si pero hare las maletas. Libby ya me aviso que iremos de viaje todos juntos.

—Llamare a mamá o a una sirvienta para que te ayuden—dice Jack dándose la vuelta.

—No soy una maldita muñeca de cristal

—Amanda Margot, esa boca—la reprende mamá.

—lo siento—dice a secas. —Iré con papá, con permiso—toma mi mano y me lleva con ella.

Llegamos al estudio, donde vemos a papá trabajar aunque para mala suerte de Mandy ella se va pronto para tomar su medicina.

—¿Tu hermana no estaba contigo? —se acerca papá para llevarme en sus brazos y sentarme en su regazo.

—Si...pero le van a dar su medicina—contesto. —¿papá? ¿Qué tiene Mandy? ¿Por qué ella no puede jugar conmigo a fuera? ¿Por qué ella no puede acompañarme a la escuela?

—Veras libby, Mandy necesita más atención de que las otras personas y necesita que la cuidemos mucho sino ella se enfermara.

—¿Es por eso que casi siempre duerme todo el día y esta despierta en la noche?

—Si...—contesta. Me bajo de su regazo y camino hacia la puerta.

—Me gusta que sea así. Así no estoy sola en las noches—sonrió y salgo en busca de Mandy.

***

—Mandy, por favor—le ruego.

—está bien solo una vez más—bufa.

—Uno, dos...—salgo corriendo de su habitación y me escondo en la habitación continua y me escondo debajo dela cama.

Una sensación rara me incomoda y siento miedo. Cierro los ojos y cuando los abro ya no estoy en la habitación de donde me escondí sino estoy en otro sitio donde es de noche y sigo debajo de la cama pero todo es diferente. La puerta se abre y tapo mi boca para que no se escuché mi respiración. Mis manos están sudando y temblado. Entra alguien en la habitación y sus grandes y pesados zapatos negros, caminan lento por la habitación hasta que se detiene y se da media vuelta pero de improvisto la persona se agacha y asoma su cabeza. Grito porque la persona que se ha asomado no tiene rostro solo oscuridad hay detrás de aquella capucha. Me cubro mis ojos y alguien tira de mí por mis pies. Pataleo.

No Confies En NadieWhere stories live. Discover now