48. El juego Parte 2

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Polo.

Corro escaleras abajo en busca de alguien pero solo encuentro la puerta abierta del jardín. Corro hacia la salida pero en el jardín no hay nada. Salgo del jardín pero no hay rastro de nadie.

Me quedo parada sin poder entenderlo, mi mente se pone en blanco unos segundos.

No, no, no. NO

—¡BELA!—recorro la casa de arriba y abajo. Revisando debajo de las camas, debajo de la isla donde suele esconderse para comer. Todos los sitios que me imagino pero no hay rastro de ella.

Me dejo caer en el suelo al darme cuenta que en verdad, ella no está. En verdad se lo han llevado.

En mi pecho siento como se empieza a oprimir, escalando un dolor tan fuerte que la respiración ya ni pasa por mi garganta, el dolor es tanto que respirar duele. Mis ojos se nublan y mi cuerpo comienza a temblar.

No, te puedes rendir. No. tienes que ser fuerte, tienes que enseñarle que no eres débil que puedes sopórtalo. Algo quiere "M", algo necesita de mí y no lo obtendrá si le llega a pasar algo malo a Bela.

Respiro con lentitud, tratando de recuperar el control de mi cuerpo. Cierro los ojos y cubro mi rostro con mis manos para evitar salir más lágrimas de las que ya inundan mis mejillas. Cuando estoy relajada —lo más que puedo en estas circunstancias—me levanto y hago la única forma que puedo comunicarme con "M". le mando un mensaje, pidiéndole que se comunique, que me dé una pista y preguntándole que es lo que quiere.

No tarda mucho para recibir una llamada de un número privado.

Me preparo mentalmente para escuchar su voz de nuevo.

—¿Hola? —no recibo respuesta pero del otro lado de la línea escucho la respiración de alguien. —Te juro que si le llegas hacer algo a mi hermana...

—Ella no es tu hermana.

No estaba preparada para eso. Trato de que mi voz no tiemble al hablar ya que en verdad Morgan me está dando miedo.

—sabes muy bien que es mas mi hermana que tu hija —me sorprendo de mi propias palabras.

—No sé de qué me estás hablando—escucho de nuevo su voz que causa en mí escalofríos de miedo y de desconfianza. La voz no es de ella, no es de una mujer, ni de un hombre sino de un niño. Si, se escucha la voz de un niño pero es obvio que es un efecto de voz, la verdad preferiría que la voz fuera de esas que ponen en las películas las gruesas de hombre. sería menos escalofriante la situación.

—¿Qué es lo que quieres? ¿Dónde está Bela? ¡Quiero hablar con ella!

—Haces muchas preguntas y pides demasiado. Es mejor que guardes silencio que aquí las ordenes las doy yo—me muerdo mi lengua para no decirles unas cuantas cosas que desde que entro de nuevo en mi vida me lo he estado guardando.

—Muy bien así me gusta. En una hora en el parque del centro...

—No sé qué ganas con todo esto Morgan—no recibo respuesta de ella, solo cuelga.

Si hubiera sabido desde el principio que solo me diría eso me hubiera gustado que nos siguiéramos comunicando por mensaje, me hubiera ahorrado el miedo que me acuso al oír la voz.

Me levanto del suelo con el corazón en la garganta tan encogido que me raspa la garganta. Suelto unas lágrimas más al no saber que explicación le daré a Chloe, cómo le diré que de nuevo he puesto en riesgo la vida de si hija.

No puedo hacerlo sola esta vez y no puedo recurrir a Will. No he sabido nada desde hace tres días, no responde mis llamados por el Wolkie-tokie y no lo he querido molestar llamándole. Mi única alternativa es pedirle ayuda a mi padre, no tengo a nadie más. Tengo a Rick pero nunca nos hemos involucrado más de lo debidamente "profesional", no hablamos de temas de la familia, —excepción en el caso de Jack pero fue mas por obligación que por gusto— no tengo la menor idea si tiene familia, tiene vida más allá del pentágono. No sé nada de el en realidad, solo lo que necesito saber, igual que todos los demás. Así que él tampoco me puede ayudar.

No Confies En NadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora