75. Una ultima vista

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Les recomiendo que lean el capitulo con música. Arriba esta la canción con la que recomiendo que escuchen todo el capitulo.

Winter Aid - The Wisp Sings, aquí les dejo el nombre.

Continuamos

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Las sirenas de una ambulancia se escuchan cada vez más cerca.

—Tenemos que irnos—anuncia William

—Eso me suena a manada—me burlo. Doy media vuelta para salir de la pequeña cocina, choco con el cuerpo de William.

—Libby...

—Debo de irme—pasa rodeándolo. Me detiene sosteniendo mi mano aunque el toque no dura mucho.

—¡Davvy! —exclama horrorizado William al ver como su amigo cae a un costado del sillón, casi en el suelo. Corre hacia él, doy un paso para ayudarlo también pero en vez de avanzar retrocedo hasta la puerta.

Froto mi mano contra la otra al sentir como el dolor me pulsa en mis nudillos aunque lo rojizo y las cortas comienzan a cicatrizar. Veo venir a un par de camilleros por el pasillo, me hago a un lado fingiendo abrir la puerta de mi departamento. La gente comienza amontonarse en el pasillo que sale sus departamentos para ver que ha sucedido, aprovecho el gentío para escabullirme para entre ellos.

Camino lo más rápido que puedo y bajo las escaleras. Cuando llego afuera, la nieve ha subido lo bastante para enterrar mis pies al caminar. Una leve ventisca adorna el ambiente, impidiéndome ver más allá del final de calle. Recibo el frio con alegría y aspiro el aire con fuerza ignorando las quejas de mis pulmones ante el tremendo ardor que me causa. Escucho las sirenas de las patrullas y la luz azul y roja alumbran mi camino al salir de la callejuela.

No tardo en escuchar pasos apresurados que intentan alcanzarme.

—¿en serio te iras con este frio? —camina detrás de mí.

No contesto.

—Espera, libby...—intenta detenerme pero me zafo rápido de su agarre.

—Deberías estar con tu amigo—digo sin detenerme, avanzando lo mas rápido que me permite la nieve.

—Él va estar bien.

—Bien entonces porque me dejas de seguir y vas a entregar un informe a tu jefe para que te felicite del excelente trabajo que hiciste—suelto con acidez.

—La investigación jamás fue de ti—dice desesperado. —Ellos no saben nada de la investigación que hacíamos.

—¿A no? Ellos saben del Pentágono y da la casualidad que estoy en él. Que coincidencia.

—Yo no sabía eso hace apenas unas horas. El Pentágono como bien lo sabes es una organización secreta, llevamos años tratando de llegar al centro.

»Mi trabajo trataba de tu padre y yo no recuerdo que me hayas dado información de él

—Esa es la misma razón por la cual no me fío de ti, además si debías de sacar información de mi padre, no sé qué buscas acercándote a mí—murmuro para solo escucharlo yo. —Aunque supuestamente ese era tu trabajo enfrente de mi padre. Acercarte a mí—suelto irritada.

— y volteo a verlo con confusión.

—Tú dijiste que trabajabas para mi padre—le reclamo.

—Sí, trabaja para tu padre pero no en cuidarte, eso tú lo supusiste.

—¡Y tú lo afirmaste! —lo acuso.

—Eso no es cierto—niega con la cabeza cruzándose de brazos. —Nunca dije eso.

No Confies En NadieWhere stories live. Discover now