12 Florece el amor

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Palacio Topkapi a mediados de 1522

Hürrem leía el libro de Mara Hatun una de las mujeres que más influencia tuvo durante el reinado del Sultán Mehmed, le parecía interesante como se encariñó con aquel hombre y lo educó como un hijo además se ganó su favor así como el de Bayezid abuelo de Süleyman.

— Que mujer tan interesante — murmuró Hürrem Kadin.

Kemer Agha entró a los aposentos de la mujer peliroja quien lo miró con curiosidad, el eunuco mantenía un semblante serio y triste pues algo le estaba pasando y Hürrem no lo quería saber.

— Su majestad la desea ver está noche Kadin — le avisó.

El eunuco se encaminó a la puerta para retirarse pero fue Hürrem quien lo detuvo para saber lo que le pasaba.

— ¿Te pasa algo Kemer? — inquirió Hürrem preocupada por su sirviente.

Kemer negó con la cabeza, a pesar de ser alto y un poco fornido su corazón estába destrozado en estos momentos por un mal de amor, por alguien que lo rechazó por su condición.

— No Kadin — guardó silencio y miró hacía la nada — estoy perfecto.

Hürrem le sonrió y habló mostrándole algo.

— Mi madre decía que lo único que no convierte este mundo en un infierno es el amor — le dijo Hürrem quien recitó la filosofía de su madre.

Kemer Agha intento sonreír pero le fue imposible y cerró los ojos con fuerza conteniendo el dolor que había en su corazón.

— Amas a alguien que no te ama Kemer — le dijo Hürrem con pena — ¿Quién es ella?

Kemer Agha simplemente negó con la cabeza y la miró con pena como si lo que fuera a decir lo llevará al mismísimo infierno.

— No es una mujer Kadin — dijo mirando al suelo — él si es un hombre completo.

Hürrem abrió los ojos como platos al escuchar aquello, se cersioro de que nadie los hubiera escuchado y se acercó a Kemer con pena.

— Solo guarda silencio y no vuelvas a decir algo como eso — le dijo Hürrem seria — o de lo contrario tu cabeza saldrá rodando de aquí y no queremos eso, sin embargo entiendo que estés enamorado no siempre es a una mujer.

Kemer Agha asintió y agradeció a Hürrem Kadin quien realmente tenía un gran corazón o eso pensaba él, aunque realmente aquella peliroja era como una caja de pandora que de ser abierto el infierno mismo saldría de ahí.

— De que cosas se entera una — rió Hürrem Kadin.

                              ***

La peliroja cargaba a su hija Mihirimah Sultan en sus brazos, la pequeña soltó una risita cuando su madre le contó sobre sus abuelos maternos y la manera tan peculiar de su madre.

— Kemer Agha cuando yo no esté deberás proteger al Şehzade Mehmed y a la Sultana Mihirimah — le dijo la Kadin.

— Lo haría con mi vida sultana — sonrió Kemer Agha — el Şehzade Mehmed será un gran gobernador y sultán.

Hürrem lo miró seria.

— Educare a Mihirimah con la misma misión que tienes tú ahora — aseguró Hürrem — deberá proteger y velar por el bienestar de su hermano, no me importa lo que haga pero lo hará.

— Es tan inteligente como la Valide Sultan — le halago Kemer Agha — matrimonios con hombres poderosos.

— Mahidevran piensa que una pequeña sultana no es útil — dijo Hürrem quien bebió de su jugo — cuando incluso puede ser más útil que un şehzade.

Hürrem Where stories live. Discover now