25 El imperio de luto

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Palacio Topkapi a mediados de 1527

¿Cuánto tiempo más puede pasar?

Hürrem despertó de repente al sentir su pecho arder, las cosas ya no estaban bien desde que su hijo el Şehzade Abdullah y cuñada Yenisąh Sultan fallecieron. el aroma de las flores y la primavera se habían marchado para la peliroja, ya ni siquiera su relación con su majestad estaba en su mejor momento.

— ¿Ocurre algo honorable Kadin? — le preguntó su criada.

Hürrem negó, pero algo en su interior le decía que nada estaría bien desde hoy.

                             ***

Esta noche la Valide Sultan preparo a una concubina para su majestad, Neslişah Hatun se encaminó a los aposentos del sultán tomada de la mano de Esra Kalfa quien la guío a ellos manteniendo un semblante serio.

— Debes de entender que no serás la única Neslişah — dijo Esra Kalfa — si Allah así lo quiere le darás un hijo a su majestad y te aseguraras de mantenerlo con vida.

Neslişah Hatun recordó su vida anterior, vagos recuerdos de una peliroja en los campos de Polonia junto a otra niña. pero todo eso se desvaneció al momento de entrar a los aposentos del sultán.

Como dictaba la tradición se acercó lentamente arrodillada hasta los pies de Süleyman y le beso la envestidura que tenía.

Nunca le digas que no a su majestad

— Süleyman, mi sultán — dijo la muchacha mirándolo con diversión en sus ojos.

No temor no.

Ella fue entrenada con ese propósito, enamorar al sultán y dejar a Hürrem Kadin y Gülbahar Sultan afuera de la jugada con una sola condición, darle lo que ella más quería.

¿Dónde estarán hermanas mías?

— ¿Cuál es tu nombre? — inquirió Süleyman.

Ella lo observó a los ojos, no espero que él levantará su mentón.

— Neslişah, majestad — dijo con voz suave y fina — a su servicio.

Todo lo que pasó después fue un sacrificio para Neslişah quien tenía en su objetivo convertirse en el verdugo de Hürrem, aquella que le había dado dolores de cabeza a la Valide Sultan.

                            ***

Hürrem abandonó sus aposentos por la mañana, se encaminó hacia los de Süleyman para platicar acerca de los últimos acontecimientos que la hacían sentir fatal.

La muerte de su pequeño şehzade fue un golpe duro para ella.

La muerte de Yenisąh Sultan, la pequeña murió siendo virgen y sin haber contraído matrimonio por lo que fue enterrada en el mousoleo de su padre Selim l.

— Díganle a su majestad que lo necesito ver — dijo Hürrem.

Los aghas la miraron con preocupación, sabían que adentro de aquellos aposentos estaba Neslişah junto a Süleyman durmiendo plácidamente.

— ¡Les he dado una órden! — setencio Hürrem — ¿Es acaso que están sordos?

— El sultán se encuentra junto a su harén, vuelva más tarde Kadin — le dijo uno de los aghas.

Un sentimiento se instaló en su pecho.

Era como un fuego creciendo, un infierno que ardía en llamas.

Quiso explotar y gritarle a Süleyman porque la abandonaba en estos momentos tan tristes en su vida, pero sabía quien fue la culpable de enviarle una odalisca a su sultán.

Hürrem Donde viven las historias. Descúbrelo ahora