21 Un fiel sirviente

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Palacio Topkapi a mediados de 1524

Kemer Agha caminaba por los pasillos de Topkapi, entre sus manos tenía una carta que Mehmet Paşa le había enviado donde le explicaba que debido al matrimonio con Fatma Sultan ya no lo podría ver más o de lo contrario sus cabezas saldrían rodando del palacio.

Lucía bien hasta que lo vio a él.

Pargali estaba con una sonrisa sobre su rostro.

— Le has servido muy bien a Hürrem Kadin pequeña rata — lo dijo en un tono intimidante.

Kemer no tembló en lo absoluto.

Se mostró rígido y completamente listo para lo que fuera a pasar.

— Mehmet Paşa, un hombre tan leal al imperio que pasa sus "ratos" libres con un eunuco — lo dijo con burla y desagrado — ¿Te divierte ser la prostituta de un hombre importante Kemer Agha?

No dijo nada.

Solo guardo silencio.

— Sabes muy bien cual es el castigo por lo que ustedes hacen — dijo Pargali — los puedo destruir si quiere, aplastarlos a los dos pero... tengo pensado algo mejor.

— No sé de que habla paşa — dijo Kemer Agha completamente nervioso — ¿Acaso se encuentra ebrio?

— Por suerte pude interceptar una carta ya que últimamente o desde que otra cierta rata apareció no he podido hacerlo — dijo Ibrahim un tanto sereno — sólo necesito que le digas a Mehmet Paşa que tenga en vigilancia a la Sultana Fatma, como sabes me ha traído muchos problemas desde que me voy a casar con Hatice Sultan.

— No haré lo que me pide paşa — dijo Kemer Agha — y es mejor que guarde sus amenazas o de lo contrario haré que su majestad lea aquellas cartas que enviaba a Fatma Sultan.

Esta vez fue Ibrahim quien guardo silencio y soltó un bufido.

— Así que también ustedes interceptan cartas — dijo con fastidio.

— La Kadin es una mujer inteligente paşa, pareciera que tuviera el espíritu de un hombre inteligente y no el de una mujer de harén — le dijo aquella voz que tanto odiaba, al voltear vió a Malkoçoğlu Bali bey — es mejor que dejes de molestar, no me importara que seas el gran visir del imperio.

Era obvio que ambos hombres se odiaban.

— Recuerda mis palabras Kemer — le dijo Ibrahim antes de retirarse.

Malkoçoğlu Bali bey se acercó a Kemer Agha y lo miró sonriendo.

— Tanto tiempo sin verte viejo amigo — le dijo Malkoçoğlu Bali bey.

Malkoçoğlu Bali bey era el único amigo que sabía el secreto de Kemer Agha por lo que el eunuco le tenía un gran aprecio al robusto hombre.

— Debes de tener mucha hambre — dijo Kemer Agha — ven por aquí, le diré a Gazanfer Agha que te prepare unos bocadillos.

Ambos caminaron a la cocina donde se encontraba un anciano preparando algunos platillos para Hürrem Kadin.

De inmediato reconoció al hombre alto y robusto que acompañaba a Kemer Agha.

— Tiempo sin verte Malkoçoğlu — le dijo el viejo.

— Su majestad me llamo al palacio o de lo contrario no hubiese venido, uno de mis sirvientes está preparando a mi caballo en un momento deberé abandonar el palacio — contó Bali bey.

— ¡Bah y yo que quería platicar contigo de cosas banales! — rió Kemer Agha.

Malkoçoğlu Bali bey se le acercó.

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