24 El ángel de la muerte

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Palacio Topkapi a inicios de 1527

La mañana era fría en Topkapi, médicos entraban y salían de los aposentos de Yenisąh Sultan quien se debatía hoy más que nunca entre la vida y muerte.

Süleyman acompañaba a su madre quien miraba a su hijastra con tristeza, pensar que años atrás ella había tenido que ver con la muerte de Ayşe Hatun y hoy ella misma veía morir a Yenisąh, la bendita hija adoptiva.

— Sultana Ayşe Hafsa — la llamó Esra Kalfa con preocupación.

Ayşe Hafsa la miró triste, desde hace años estaba a su lado y la nueva noticia podría cambiarlo todo.

— ¿Sucede algo Esra? — inquirió Ayşe Hafsa, la Kalfa asintió — Dime.

— Nuestro Şehzade Abdullah está enfermo sultana y... majestad, la médica pronóstica que no pasará la noche — dijo Esra Kalfa.

Aquello entristeció a todos, Süleyman miró con tristeza a su madre quien lo abrazo.

Topkapi sufría porque la muerte estaba cada vez más cerca de Yenisąh Sultan y el Şehzade Abdullah, por otro lado lo único que podían hacer era rezar Allah por la vida de aquellos miembros de la dinastía.

Hürrem llegó ante Süleyman, se reconfortó en sus brazos y con un suave beso que hoy era más amargo que nunca para ambos.

— Debes de estar tranquila mi rosa eterna, Yenisąh Sultan y Abdullah sobrevivirán al ángel de la muerte — le dijo Süleyman mostrando una débil sonrisa.

Hürrem se acercó a Ayşe Hafsa, sabía que la Valide Sultan estaba planeando cosas contra ella pero aún así sabía que como ella también era una madre.

— Yenisąh es fuerte mi sultana — le dijo Hürrem — la vida le otorgará la dicha, el amor y la gracia de la familia real.

— Así es Hürrem, ella es como un ángel en medio de este palacio — dijo Ayşe Hafsa mirando a Hürrem y Süleyman — la inocencia la envuelve eternamente, y no te preocupes se que Abdullah mi nieto saldrá de las garras de Azrael.

Aquella mujer se apareció enfrente de la Valide Sultan y Hürrem, Mahidevran Gülbahar Sultan se acercó a ambas e hizo una reverencia a la primer mujer mientras a la segunda solo le hizo un gesto.

— Que Allah cuide de Yenisąh Sultan — le dijo Mahidevran Gülbahar Sultan a la Valide Sultan, volteó miró a Hürrem y solo dijo unas palabras — igualmente con nuestro şehzade.

La hipocresía le molestaba a Hürrem, desde que llegó había sido un obstáculo para Gülbahar y hoy más que nunca sabía que la enfermedad de su hijo era motivo de alegría para Mahidevran.

— Honorable Kadin — la llamó uno de los aghas.

Hürrem lo miró con incertidumbre, les había ordenado que nadie la molestara.

— ¿Qué sucede? — inquirió con fastidio.

El agha le entrego una carta, era de su hermana Jade ahora Meleksima Hatun.

— Si lo deseas puedes ir a leer la carta Hürrem — le dijo la Valide Sultan.

Gülbahar la miró con diversión, tal vez pondría en aprietos a Hürrem con una simple pregunta y ese era su plan.

— Recibiendo cartas en la noche Hürrem, creo que no es muy apropiado — dijo Mahidevran Gülbahar Sultan.

— Es de una de las mujeres del pueblo, he querido donar a la caridad pero me dicen que no puedo hacerlo por el hecho de... — mintió — por el hecho de no ser una mujer libre.

Hürrem Where stories live. Discover now