Yes girl + Jhs + Ksj ✔️

三: 我不想要记的回忆。

Capítulo 3: recuerdos que no quiero recordar.

Abrí los ojos sintiendo mi cabeza doler, pero con mi cuerpo bastante relajado. No, mi alma parecía estar relajada. Aún estaba algo oscuro, pero era lo suficiente para notar que Hoseok estaba a mi lado durmiendo, con las sábanas cubriendo su aperlado cuerpo. No era la primera vez que dormía con él, es decir, muchas veces en nuestros 15 años habíamos dormido juntos, aunque debía admitir que no recordaba cuando había sido la última vez, tal vez hacía más de un año.

Parpadeé observando su rostro tan sereno, como si no tuviera una madre que no le gritaría por no dormir en casa; así que me acerqué sin tanto esfuerzo para  tocar su mejilla tan pronunciada, típica de la estructura de su rostro. Era suave al igual que su cabello, pero un aire entrando por mi espalda me hizo estremecer el cuerpo. ¿Por qué tenía frío? Era de las personas que siempre dormía con su pijama larga apesar que era verano, simplemente porque era muy sensible al frío. Aunque era de esas épocas donde el clima era loco, hacía frío por la mañana, entonces pronto empecé a darme cuenta de la situación, con solo un movimiento.

El roce de mi brazo contra la piel de mi pecho me indicaba que estaba desnuda, así que cogí la sábana y eché un vistazo bajo de ella, observando mi cuerpo desnudo y de paso el de Hoseok. El pánico me recorrió, al punto que no supe cómo reaccionar ante que estaba desnuda en una cama junto con mi mejor amigo y no recordaba ni una mierda. El pecho me latió con fuerza y las ganas de llorar me vinieron. ¿Qué mierda he hecho?

Comencé a mirar por todos lados, una idea disparatada me había venido a la cabeza. Mierda, mierda, empecé a decir en voz alta; y ante la desesperación de no encontrar aquella prueba, empecé a sacudir a Hoseok. Las lágrimas ya caían.  No podía gritar. Mamá entraría pronto a mi habitación, lo más seguro. Y no quería que nadie más supiera lo que por sí había hecho ya.

—Hoseok, levántate, joder. —le moví colocándome de rodillas apesar que aún seguía desnuda. Y notar eso, solo hizo que me aferrara a la mitad de la sábana, sintiéndome asqueada de mí misma por haber perdido mi virginidad estando drogada y ni siquiera recordar algo. Hoseok abrió los ojos ante mi desesperada insistencia, sentándose, desorientado.

—¿Qué sucede? Joder, ¿Qué hora es?

Eso era lo que menos me importaba. Yo solo lloraba. —Dime que te acuerdas, Hoseok. Dime que  sí utilizamos condón.

Ese era mi temor. No había visto ninguna envoltura de condón ni el mismo por la habitación. Eso significaba que podía estar en ese mismo momento con un espermatozoide o más dentro de mí. Y no iba a permitir eso.

Hoseok abrió los ojos al notar lo que decía y se miró así mismo. La perturbación llegó a sus ojos, y supe que él ni siquiera se acordaba. Maldije por lo bajo y limpié mis lágrimas de rabia. Me levanté de la cama, aún con la sábana que tenía cubierto a Hoseok y el dolor en mi zona me alertó que era verdad. Mi cuerpo dolía y no lo había sentido tanto puesto que a lo mucho había estado de rodillas, pero caminar había generado un ligero ardor entre los labios vaginales.

Hoseok se mantuvo callado y se levantó, inmediatamente colocándose el uniforme. —Hyemin...

Susurró mi nombre mientras me veía en el espejo. Habíamos estado hasta los cojones de droga el día anterior, me sentía terrible, pero no más cuando me acerqué a mi cómoda para tomar mi celular y ver la hora, y de paso verme en el espejo. Las marcas violetas en mi cuello me indicaba todo . La pesadilla se volvía real.

—Lo siento.

Él dijo, de repente. Yo también lo sentía. Hoseok se arrepentía al igual que yo. Yo había permitido eso, así que no era una violación. Mi yo drogada había hecho algo que sobria no haría. No esperaba que perdiera la memoria. ¿Es que acaso la marihuana ocasiona eso? Yo sabía que no, pero ¿Qué mierda había sucedido? ¿Qué mierda habíamos consumido? O quizá yo estaba confundida. No tenía ni puta idea, pero lo que sí, es que debía ir a la maldita farmacia y pedir una pastilla del día siguiente. Era la única forma de evitar un embarazo.

Y yo no quería tener un bebé y menos con la crisis que estaba pasando mi familia. Definitivamente no.

—Vete, Hoseok. Ahora no quiero hablar.

Le pedí. Me preocupaba mi futuro estado. Me dirigí al armario sacando una sudadera y unos pantalones holgados, lo primero que encontré. Dejé caer la sábana y ni siquiera me dediqué a ponerme ropa interior, necesitaba salir ya. Por suerte, para la pastilla no me iban a pedir identificación ni ser mayor de edad. Menos mal.

—Tenemos que hablar de esto. Esto es...—él continuó, realmente no quería hablar.

—Un error. Lo sé, Hoseok. —le dije, terminando de colocarme los pantalones. —Estuvimos muy drogados y pasó. No es culpa de nadie.

Le dije finalmente. Tenía que tomarlo maduramente aunque por mi rostro aún había lágrimas. Sorbí la nariz. —Ahora solo quiero que te vayas, Hoseok, por favor.

—Pero es tu virg-—le interrumpí.

—Lo sé, Hoseok, por favor vete. Ahora lo único que necesito es salir, y te iré a ver para hablar de todo, pero vete.

Yo no quería estar con él en ese momento. Me preocupaba nada más el tomar la pastilla y ya. Él asintió finalmente y tomó sus cosas, con una mueca. —Lo siento una vez más.

Hoseok dijo, alicaído. Y yo me encogí de hombros. Me estaba comportando también como una idiota, pero estaba haciéndonos un favor: el no quedar embarazada. Así que apenas le vi cruzar la puerta, me cubrí el rostro.

Llorando una vez más.