Yes girl + Jhs + Ksj ✔️

二十四: 欲望和谎言

Capítulo 34: Lujuria y mentiras

Cuando conoces tu cuerpo y cómo generarte autoplacer, no es tan difícil dirigir a tu acompañante para hacerte llegar al clímax sin dudar. Y eso es lo que sucedía cada vez que terminaba con Hoseok enredados en la cama mientras él me dominaba sin tanto esfuerzo. Hoseok sabía mis zonas sensibles, que con solo un respiro o roce podía hacerme derretir. Él podía solo estar besándome tranquilamente mientras sostenía mis caderas bajo él y solo generaría un placer superficial, pero el real placer venía cuando me abría de piernas y él se pegaba lo más que podía mientras me besaba justamente donde debería tener la manzana de Adán de solo ser hombre, de forma lenta y tortuosa, dirigirse un poco a la izquierda y dejar rastros húmedos tal como mi zona íntima estaba. Luego bajaría hasta el nacimiento de mis senos y los acariciara superficialmente, porque sabía que eso me causaba más placer que él los apretara o quisiera mordisquear mis pezones, eso causaba más dolor que placer, en mi caso, y que él rozara suavemente con su nariz era la maldita gloria mientras su boca besaba el centro entre mis costillas y seguía bajando.

Hoseok, en otras palabras, sabía cómo hacerme derretir, sabía cómo tocarme. Él era el primero y el único tal vez que supiera hacerlo realmente. No lo iba a averiguar por el momento, o quizá nunca, y eso no me molestaba.

Hoseok ni siquiera me quitaba las dos prendas que tenía, pero ya me estaban estorbando. Así que lo primero que empecé a retirarme fue el sostenedor mientras que la boca de Hoseok empezaba a besarme un muslo, turnándose con el otro. Luego iría hacia el nacimiento de mi ropa interior y tiraría de ello lo más seguro, así que cuando lo hizo solté un gemido de placer, porque él era tan firme y solo verle concentrado de por sí también era existente.

—Date la vuelta. —me dijo y con las piernas temblando mientras sacudía mi pie izquierdo para dejar caer mi ropa interior lo hice, dejando todo mi peso sobre la cama.

Él vino a mí para solo dejar sus besos sobre mi espalda y columna, mientras un sonido hueco sonó y el ardor se generó en una zona. Otro y el gruñido desde el fondo de su garganta me hizo cerrar los ojos. Eso sólo era el comienzo porque una vez él se concentrara en una zona en específico terminaría hecha agua como siempre, terminaría con un orgasmo más intenso que el anterior.

No sabía si estaba más caliente por el hecho de no haberlo hecho por mucho con él, o simplemente porque cada vez más era más débil a Jung Hoseok, pero cuando él estuvo dentro de mí sentí mis piernas temblar y desfallecer.

Tenía ligeros temblores en el interior de mi vientre y me aferré a la sábana porque la sensación hacía que me quisiera desmayar muy pronto y fue aumentando cuando él empezó a moverse, sosteniéndose de mis caderas para profundizar y gemir constante de forma baja y soltar maldiciones. Lo mismo sucedía conmigo, por más que gemía no es que gritara, ni siquiera cuando el orgasmo estaba a punto de llegar y las ganas de lloriquear llegaban. Hoseok siempre impedía que llegara a la primera, siempre pedía que aguantara, y no entendía cómo es que él tenía tanta resistencia. Él era demasiado para mi cuerpo que no tenía ni dos meses de experimentar el placer de esa manera.

Ni siquiera estando pecho a pecho con él, ni yo dominando en el momento Hoseok dejaría de dominarme, siempre él era que me hacía sentir que era débil ante su encanto y dotes.

Hoseok tocó esa zona tan sensible haciéndome chillar rogando que no lo hiciera, aún, pero él seguía tocando haciéndome sentir el fuego crecer por esa zona hasta mi interior, porque se sentía así, tan caliente y ardiente y se convertía en una especie de alivio cuando llegó y solté un chillido tan fuerte que me hizo aferrarme a su cuello, respirando pesado porque él lo acababa de hacer, sin siquiera estimular mi clitóris él me había hecho venir. Él había descubierto en qué posición podría hacerme venir y qué zona en mi interior debía tocar para lograrlo. No sé cómo mierda lo había descubierto, pero lo hacía hacia un par de ocasiones atrás. Él dejó ir mis manos mientras me dejaba caer hacia atrás rendida y él salía de mis piernas para retirarse el condón.