三十一: 不自在

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Capítulo 31: Incomodidad

Bajé la palanca del inodoro y luego me dirigí a pararme  frente al espejo. Malditas náuseas. Mis ojos estaban rojos y la máscara se había corrido un poco por la fuerza generada por estar arrojando todo lo que había cenado. Me lavé la boca y luego tomé el labial para colocarmelo de vuelta. Sé que las náuseas desaparecerían en un par de minutos y fue así cuando Hoseok se asomó por mi habitación. Él me vio comiendo mentas, porque así se me irían y pasó, en ese momento ya no las tenía.

Se acercó a mí para darme un beso corto y decirme que estaba muy bonita. De hecho, había hecho un esfuerzo en arreglarme. Había cogido el maquillaje de mamá y había aplicado un poco en mi rostro. Por suerte, aún podía recordar cómo maquillar, porque de lo contrario, me hubiera pintado como un payaso. Estaba utilizando un vestido, uno bastante decente, que se encontraba en el fondo de mi armario. Nunca lo utilizaba, pues no iba a eventos o fiestas. Agradecí enormemente que aún tuviera casi las mismas medidas que cuando tenía quince, porque el busto y trasero ahora eran un poco más grande. Y sobre el vestido tenía una casaca negra de Hoseok, se la había raptado cuando fui a su habitación unos días atrás. Solo la utilizaría para ir de camino hasta allá, porque apostaba que dentro de ese hogar haría mucho calor.

Despidiéndonos de mis padres salimos para subirnos al taxi que habíamos pedido. Hoseok decía que era mejor no llevar el auto porque quizá se emborracharía y prefería evitar accidentes. Yo no pensaba tomar tanto ni tampoco estar de niñera con él así que puse una mueca al momento que lo comentó, pero al final no dije nada. Daba igual.

Taehyung nos dio el encuentro al momento que el taxi nos dejó frente a la mansión. Reconocía bien la casa. Era de Jeon Jungkook, un chico rico de nuestra edad que asistió a la misma preparatoria años atrás. Él era novio de unas de mis antiguas amigas, y conocía su casa cuando se armaban las primera fiestas de primer año. No sabía si esos dos seguían  juntos, pero de estarlo, vería a aquella  vieja amiga.

Taehyung se veía genial con su cabello siendo sujetado por una bandolera en el nacimiento de su cabello. Ese estilo marcaba bastante su rostro y por primera vez vi que él tenía unas facciones bastante bonitas. Parecía bastante irreal. Nunca le prestaba tanta atención a su rostro, tal vez porque su personalidad era un tanto abrumante para mí. De tener otra personalidad tal vez lo hubiera considerado un gran partido. Él me dio un abrazo fuerte, y pude sentir el olor extraño en su cabello. Cigarrillo. Él había estado fumando y bastante para que se le pegue, o tal vez alguien a su lado. Uno nunca sabe.

Entramos a la mansión de Jungkook y sentí que los tímpanos se me iban a romper. El volumen estaba altísimo y había mucha gente por doquier. Me sostenía de la mano con Hoseok y atrás de mí venía Taehyung sosteniéndome de los hombros, los tres conectados para no perdernos en ese mar de jóvenes. Taehyung me soltó al momento que llegamos a un lugar poco habitado cerca de la barra. Se acercó allí prácticamente porque las personas que estaban ahí era nada más que Jungkook y su novia, la que solía ser mi amiga, quién al verme abrió los ojos ampliamente. Tal vez porque no me veía desde que salimos de la preparatoria hace dos años. Le di una sonrisa suave, pero no estaba interesada en hablar. Jungkook saludó anímicamente, y le correspondí el saludo, pero ahí quedaba. Yo no pensaba socializar. Se había vuelto parte de mí, en cambio, Hoseok sí empezó a charlar con ellos como si no hubiera pasado tanto tiempo, como si ellos hubieran sido sus compañeros de clase, cuando en realidad él estaba en otra sección. Hoseok me dejó un momento bajo cuidado de Taehyung porque iría a traerme algo de beber.

Taehyung se acercó a mí oído repentinamente:—¿Lo de ustedes sí está funcionando?

Tal vez para las personas que nos conocía hace años les era raro, porque apesar que Hoseok y yo fuéramos uña y mugre, siempre juntos, no éramos tan compatibles. Ambos siempre nos tratábamos como hermanos, incluso en la parte de los golpes.  Éramos tan cercanos que ya nadie nos veía como algo más. Al inicio sí podrían pensarlo, pero luego ya no. Así que entendía porqué Taehyung lo preguntaba. —Ahí va, está funcionando. —le dije. Es que realmente sí estábamos funcionando exceptuando por las fuertes peleas que hemos tenido. Taehyung hizo una mueca.

—Menos mal, porque Hoseok es un dolor de huevos durante una relación. Dasom te lo puede confirmar. —dijo él, inocentemente. Luego miró a Jungkook para decirle. —¿Has invitado a Dasom, también?

Él dijo que sí, así que solté un fuerte suspiro. Volteé a mirar a Hoseok, buscándole en la barra. Él estaba ahí mirándome, como si me cuidara incluso a la distancia. Me alejé de Taehyung diciéndole que iría con Hoseok y pronto me fui junto a él. Él estiró su mano mientras yo llegaba a él, y la sostuvo apenas pudo. Se acercó a mí, sosteniéndome de la cintura y preguntando si todo estaba bien. Lo estaba. Él poco después me alcanzó un vaso con algo de color rojizo. No sabía qué era.

Di un sorbo. No pensaba tomar mucho. Hoseok hizo lo mismo cuando  él le dieron el suyo, pero en vez de regresar a donde habíamos estado nos quedamos a un lado. No dejaba de sostenerme la mano ni siquiera hacía que dejara de sonreír. Nuestras manos libres de alcohol sostenía la de la otra con gran fuerza, incluso sintiendo sus dedos jugar sobre mis nudillos. Solo estábamos conversando por encima de la música antes de notar como el grupito anterior ahora se hacía más grande y cada vez más ruidoso. Pero tal vez lo que me llamó la atención para voltear mi mirada hacia ese sitio fue porque Park Jimin estuviese ahí.

Él estaba de espalda, pero podía reconocerlo por su cabello rubio tan chillón como recordaba. Hacía mucho que no lo veía. Estaba solo y no con la chica con la que le había visto la última vez. Él estaba saludando a todos, pero cuando terminó con el rostro en dirección hacia donde Hoseok y yo, más alejados, estábamos, reparó en mí y en las manos entrelazadas que teníamos.

Hoseok pareció notar que miraba a Jimin, pero no por cualquier motivo en especial, simplemente que era extraño. Jimin no era cercano a cualquiera de ellos, pero parecía que sí a la vez. Las pocas veces que salí con él, Jimin nunca me había mencionado que conocía a gente de mi colegio. Tal vez, así asumiendo, que los conoció hace menos de dos meses, el tiempo que llevábamos separados. Jimin tenía una expresión neutra y no observé más porque Hoseok hizo que le mirara cuando sostuvo mi mentón.

Él se aproximaba a mí de repente, para darme un beso y no dudé en corresponderle. Qué importaba si todo el mundo nos veía, que importaba si nuestros ex estaban ahí viéndonos, porque desde el otro lado, Dasom nos observaba también.



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