¿Nuestra relación solo es en OT?

~ VIII ~ QUIERO PERO YA NO PUEDO

Nos fuimos de casa a las 21:50. Volvíamos a Elche. Y nadie tenía tantas ganas como yo de dejar Barcelona. Aunque me hubiese encantado estar en la academia de OT y Barcelona era una ciudad que me guataba, no quería estar cerca de tu casa, dónde habían pasado cosas tan contradictorias.

Llegamos a Elche a las 3:18 de la mañana. Pero nos daba bastante igual la hora. No teníamos que levantarnos pronto y ya éramos suficiente mayores como para viajar a esas horas.

Llegamos a nuestra casa y dejamos las maletas. La mía me la llevé a mi habitación, pero no saqué nada más que el pijama. Ya guardaría la ropa cuando me levantase. Antes de irme a dormir vino mi hermana. Se swntó en mi cama y me abrazó. Luego, se separó.

- ¿Estás bien Albi? - me preguntó, cariñosamente.

Suspiré mientras me encogía de hombros. No sabía muy bien como responder a aquella pregunta que era aparentemente tan senzilla. Marina pareció entenderlo y me volvió a abrazar.

- Bueno... mejor dejo que descanses. Y mañana será otro día y ya veremos. Te quiero Alba.

Le sonreí. Agradecía su apoyo. Cuando se fue de la habitación, decidí coger el móvil. Me habías escrito más de veinte whatsapps. Una parte de mi quería leerlos. Quería resolvero todo y volver a estar contigo como hacía un día. Pero por otra parte no quería saber nada de ti. Así que suspiré y dejé el móvil en la mesa. Me metí en la cama y intenté dormir.

Las lágrimas frías que me resbalaban por las mejillas me despertaron. Te veía a mi lado. A veces me parecía ver a tu novio junto a ti. Otras veces solo estabas tú. Te echaba de menos. Por mucho que quisiera ignorarte no podía. Mis padres y mi hermana dormian. Así que siguilosamente me levanté de la cama. Cruzé la habitación y cerré la puerta. Entonces volví a meterme en la cama y me quedé parada. Respiré antes de atreverme a extender el brazo y coger mi móvil.

No me habías escrito nada más desde la última vez. Entré en Whatsapp y abrí tu contacto. Al principio no me importó lo que me habías escrito. Solo quería saber si estabas en linea. No lo estabas. Así que me dispuse a leer los mensajes.

- Albi...
- Se que no me harás ni caso, pero por favor...
- Quiero explicártelo, intentarlo al menos, porfi hazme caso

Dejé de leer. ¡¿¡Qué explicación podía tener!?! Joder, Nat. Me estaba cansando y quería irme a dormir. Pero comtinué leyendo.

- Albi yo te quiero
- De verdad
- Pero entiéndeme, por favor
- Maik... es mi novio...
- Y... nuestra relación antes de entrar en OT era súper guay y...
- No sé Albi,
- Tengo un lío monumental
- Porque te quiero muchísimo pero no quiero destrozar mi relación con Maik
- No sé si me entiendes
- Inténtalo, porfa
- Albi...
- Espero que leas esto y no te enfades
- Yo de verdad que te quiero
- Y quiero estar contigo
- Déjame un tiempo para pensar y aclararme
- Todavía estoy muy perdida
- Y siento haberte hecho daño
- No era mi intención
- Te quiero😘😘🖤

Me quedé congelada. Tardé unos cuantos minutos en reaccionar, y después me volví a leer todos tus mensajes.

Te creía. Pero lo que ahora quería era hablar contigo para aclarar mis pensamientos y mis sentimientos. Lo malo era que no podía hablar contigo en persona. Así que decidí enviarte un mensaje.

- Hola Natalia
- He leído tus mensajes
- Te entiendo
- Pero eso no significa que no me haya dolido

No sabía que más decirte. Me incorporé y me senté en la cama. Miré la hora del móvil. Eran las 5:27 de la mañana. Si mis padres miraban la última vez que me había conectado y veían esa hora, me matarían. Pero seguí en linea. No podía apagar el móvil y irme a dormir. No me podría dormir. Además si te conectabas, quería hablar contigo. No dejarlo para después. Aunque seguramente no te conectarías.

Esperé durante veinte minutos. No te conectabas. Así que me levanté de mi cama y cruzé la habitación. Esta vez, abrí la puerta. Mis padres y mi hermana seguían durmiendo. Volví a mi cama y me tumbé.

Seguías sin conectarte, tampoco te lo reprocho. Era muy tarde. Puse el móvil en sonido, lo suficientemente fuerte como para enterarme yo pero no mis padres. Lo dejé encima de la mesa, al lado de mi cama y me dispuse a dormir. Estuve una eternidad intentado dormirme. Pero al final me dormí, pensando en ti Nat.

Me desperté a las 6:52, supongo que por el sonido del móvil. Lo cogí. Me estabas llamando. Pero no me dio tiempo a cogerlo. Vi que me habías dejado seis llamadas perdidas. Entré en Whatsapp. Habías leído mis mensajes, pero no me habías contestado. Preferías llamarme y escuchar mi voz. Me levanté de la cama y cerré la puerta de mi habitación. Volví a mi cama y te llamé. Lo cogite al instante.

- ¿¿Albi?? - dijiste

- Hola Nat

- Oye, siento muchísimo molestarte a esta hora. Te he despertado, ¿no? - añadiste con la voz teñida de tristeza, dolor, preocupación y miedo. - Joder, me vas a odiar.

- Nat... - te corté. - me has despertado pero no pasa nada. Quería hablar contigo... y seguro que yo también te he despertado con mis mensajes.

- Sí. Bueno... lo siento.

- Nat... no puedo hablar muy fuerte plrque mis padres están durmiendo. Y no saben que estoy hablando contigo.

- Vale, tranki... bueno, si quieres te llamo al mediodía.

- Nono, no hace falta. Quiero hablar contigo... Bueno... primero decirte que... que siwnto haberte gritado de esa manera y haberme pirado. - empezé a llorar - Por favor, dime que no te hice daño cuando te empujé... yo... yo no quería... no se qué coño me pasó, Nat... de verdad... lo siento muchísimo... no era mi intención hacerte daño ni nada...

- Tranki Albi. Lo sé. - me cortaste antes de que pudiese continuar. - Yo también hubiese reaccionado así, no pasa nada. Lo entiendo, de verdad, Albi.

Nos quedamos callada. Yo intentaba dejar de llorar. Tú supongo que intentabas encontrar la manera de explicarme lo que había pasado y lo que iba a pasar. Pero ninguna de las dos lo conseguíamos. Así que nos quedamos calladas, separadas por unos cuantos kilómetros, escuchando nuestras respiraciones y los latidos de nuestros corazones. Deseaba tenerte al lado. Todo hubiese sido más fácil con un abrazo y unos cuantos besos llenos de cariño y de amor. Pero desgraciádamente, no podía ser. Aunque ambas lo deseasemos, yo ya me había separado de ti.