~ LV ~ HOLA, ¿QUÉ TAL?

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~ POV NATALIA ~

Estaba ansiosa por que llegaran las ocho de la tarde. Me había despertado temprano para ir al estudio a grabar la maqueta de una canción que entraría en el EP que estaba preparando. Sin embargo, no había podido dejar de pensar en Alba y en lo que sucedería esa tarde. Estaba nerviosa y no entendía muy bien el porqué.

Acababa de comer y, aunque quedaran aún cuatro horas para nuestro encuentro, ya estaba escaneando mi armario para saber que me pondría. No quería ir muy elegante o formal, pero tampoco quería que pareciese que me daba igual. Así que no sabía qué ponerme ni cómo peinarme ni maquillarme ni nada. Estaba totalmente perdida y estaba comprobando que los nervios no son grandes consejeros.

Gasté una hora entera pensando en qué ponerme, sin sacar nada en claro. Desmonté el armario y saqué un millón de modelitos que no me acababan de gustar del todo. Así que pasada esa hora, decidí llamar a alguien para que me ayudase. Pensé en mucha gente, hasta que acabé decantándome por llamar a Miki, a Julia y a Marta.

Llegaron los tres juntos a mi casa, como si fueran una sola pieza inseparable. Les abrí desesperada. En realidad, no habían tardado ni veinte mintuos en aparecer, pero parecía que me había inyectado adrenalina y nerviosismo en vena. Los saludé como debía, acogiéndolos con cariño. Les hice dejar las cosas encima de la mesa donde comía y los llevé a mi habitación sin más preámbulos. Allí, se encontraron con el desastre que había provocado durante una hora intentando decidir. Había un montón de ropa esparcida sin orden ni cuidado encima de mi cama y el armario se encontraba abierto de par en par. En fin, parecía que había llegado un huracán y había atacado aquella, habitualmente cálida, estancia.

- ¡Qué desastre! Ya te empiezas a parecer a mi - se rió Marta, cuando entró y vio el escaparate que tenía montado.

- Estoy nerviosa - susurré en una esquina de la estancia.

- Ay, Nataliuca, que estás enamoradita. - Julia me pinchó en el costado.

- De eso estamos todos seguros. - dijo Miki.

- ¡Bueno ya! ¿Me vais a ayudar o qué? - acabé saltando. - Que ya solo quedan dos horas y media y no quiero llegar tarde.

- Venga, chicas, manos a la obra. Vamos a ayudar a esta pobre criatura. - Miki se acercó al tenderete de mi cama y empezó a inspeccionar la ropa. Marta y Julia se le unieron.

Estuvimos media hora para decidir, pero conseguimos que yo me vistiera con un conjunto que nos gustaba a todos.

Al final me vestí con un simple vestido azul estampado con flores blancas y me puse unos calcetines blancos y unas bambas Nike blancas con el logo azul. Decidí dejar mi cabello al aire y maquillarme mínimamente.

Cuando acabé de prepararme aún quedaba una hora y media para las ocho. Así que tenía menos de una hora libre para poder hablar con mis amigos. Hablamos sobre los nuevos proyectos y sobre temas vanales, haciendo bromas casi cada dos segundos.

A las siete y cuarto anuncié que me iba. Ellos decidieron salir de mi casa conmigo, así que salimos juntos. En el portal de mi bloque me desearon suerte y me animaron y nos despedimos con varios abrazos y besos. Me calmaron un poco los nervios, pero no fue suficiente.

A medio camino, decidí encender un cigarrillo y fumar para remediar mis nervios. Me lo acabé antes de darme cuenta de que lo había encendido, así que tampoco me sirvió de mucho.

Llegué al parque en el que habíamos quedado con un quarto de hora de sobra. Alba aún no estaba. Decidí encender otro cigarrillo y esperarla sin que me diese un ataque al corazón.

¿Nuestra relación solo es en OT?Where stories live. Discover now