5- Percance

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Taehyung arreglaba el estúpido cuello de su camisa mientras se miraba en el espejo que había en uno de los pasillos. Su madre le había pedido que se vistiera formal esa noche, y de ser posible que se ponga una cortaba: él sólo se rió en su cara ante eso último.

Dio un suspiro resignado cuando terminó de arreglarse, no había quedado perfecto pero algo es algo. Escuchó los tacones de su madre resonar por el piso y miró a su derecha. Ella estaba subiendo las escaleras, negando con la cabeza y murmurando alguna cosa.

- Por fin te encuentro- Bo-mi dijo, tomándolo del brazo y volviendo a bajar las escaleras- Tu padre aún no ha llegado, y necesito que vayas a encargarte de la cocina...

- Pero no sé cocinar...

- Eso ya lo sé- lo interrumpió ella- Tienes que verificar que el cheff haya terminado los platos y que las sirvientas hayan acomodado todo.

- Odio cuando les dices así- Taehyung dijo entre dientes cuando llegaron al primer piso- Son empleadas, no sirvientas.

Bo-mi se retocó el cabello, sin inmutarse por las palabras de su hijo. Luego le dio una mirada, frunciendo su ceño- Pensé haberte dicho que te pongas una corbata. ¿Por qué siempre tengo que repetirte las cosas? Esta es una cena muy importante, no quiero que la arruines. ¿Has tomado tu medicación? Lo último que quiero es que hagas una escena en medio de la cena. ¿Qué pensarán nuestros invitados si te ven teniendo un ataque de ira? ¿Qué pensarán de mí? Por Dios. No quiero ni imaginarlo- la mujer frotó su frente, su cabeza imaginando todo lo que había dicho- Mejor quédate en la entrada y recibe a los invitados.

Su madre se alejó, ladrándole órdenes al personal. A veces se preguntaba si la que debería tomar medicación era ella. Había muchas veces en las que su madre le obligaba que se quedara en su habitación cuando ellos organizaban cenas como las de esa noche o alguna pequeña fiesta con sus amigos; la mujer temía, como le había dicho antes, que tuviera uno de sus "ataques". Ahora se preguntaba por qué le había pedido que asista a esta.

Bo-mi, en cada oportunidad que tenía, le recordaba qué tan raro y anormal era. En cambio, su padre era más compasivo en lo que respecta a su enfermedad. Él siempre lo había acompañado a terapia, y fue el primero en decirle que no tenía nada malo, cuando Taehyung en realidad sí lo pensaba. Habían tenido una buena relación padre e hijo hasta hace los últimos meses. El que lo hayan ascendido a CEO había implicado una gran responsabilidad, por lo tanto mucho más presión y para nada tolerante cuando se enteró de lo que su hijo le había hecho al coche de su profesor. Desde ese entonces, muchas cosas habían cambiado.

El rubio acababa de sentarse en uno de los escalones de la escalera cuando la puerta se abrió. Alzó su mirada para encontrarse a su padre, quitándose el saco de su traje y entregárselo al mayordomo. Observó la hora en su reloj de muñeca y suspiró cerrando los ojos.

- ¿Por qué llegaste tan tarde? Mamá está como loca con los preparativos.

El hombre lo observó, como percatándose recién en ese momento de que su hijo se encontraba a unos pocos metros de él- Tuve un percance- fue lo único que dijo antes de subir las escaleras, pasando justo por al lado de su hijo y ni siquiera dirigiéndole una mirada.

Taehyung se entretuvo la próxima media hora recibiendo a los invitados de sus padres. Ellos lo saludaban cordialmente, dirigiéndole unas pocas palabras antes de pasar hacia la sala. Otros le decían cuánto había crecido desde la última que lo vieron; Taehyung sólo les sonreía. La verdad es que no tenía ni idea de quiénes eran la mayoría de las personas.

Su madre se había acercado para decirle que se una con ellos en la sala, ya que todos los invitados habían llegado. Taehyung reprimió un suspiro, había estado esperando por Jimin y este no había llegado. Supuso que en realidad no le importaba aquella estúpida cena, él no lo hacía, pero una parte de él quería creer que al menos vendría para hacerle compañía.

Daddy Issues // KookminWhere stories live. Discover now