29- Pequeño

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Frunció el ceño cuando su secretaria entró y le dejó una segunda pila de papeles por firmar. Suspirando, agarró uno de ellos y comenzó a leer. Si no fuera por la nueva asociación que estaba haciendo con la empresa de Namjoon, hacía rato se habría ido de la oficina.

Media hora después, cuando las dos pilas de papeles ya iban casi por la mitad, su secretaria le pasó una llamada de "suma importancia", según la persona que llamaba.

- Jeon Jungk...

- Dile a tu hijo que deje de llamarme.

Jungkook frunció el ceño por segunda vez en pocos minutos. Habían pasado varios días desde la última vez que habló y vio a Jimin; luego de la discusión que escuchó en su casa, no tuvo ningún tipo de contacto con el chico. En parte se alegraba, ni siquiera sabía qué decirle después de lo que hizo. Dios, de tan sólo pensar en la atrocidad que le había hecho le daban ganas de golpear su cabeza contra la pared. ¿Cómo pudo dejar que sus celos y posesividad lo hayan controlado de tal manera?

- ¿Estás ahí, imbécil?

- Sí, lo siento- Jungkook ni siquiera reaccionó al insulto del menor. Carraspeó e intentó disimular en su voz cuán incómodo estaba en realidad- ¿De qué hablas?

- Tae no para de llamarme ni de venir a mi casa- respondió Jimin, deteniéndose para toser, su voz sonando algo congestionada- No quiero hablar con él después de lo que hizo. ¿Puedes decírselo o no? Créeme que tampoco quería hablar contigo.

- Está bien, supongo que lo entiendo- murmuró Jeon- Pero, ¿qué diablos le pasa a tu voz?

Jimin se quedó en silencio por unos segundos, luego volvió a hablar con un tono obstinado- Estoy resfriado, o algo así. ¿Por qué te importa? Tú tampoco me has llamado. Aunque tampoco quería que me llames.

Jungkook rodó los ojos ante la actitud del chico y miró hacia la pila restante de papeles. Podría posponerlo, de todas formas Namjoon había salido del país y aún había tiempo para arreglar el acuerdo.

- ¿En dónde estás?- le preguntó al chico mientras ordenaba el escritorio y apagaba el ordenador.

- En la casa de Jin, me estoy quedando con él- respondió Jimin, dudoso.

- Ve a mi departamento- pidió él- Estoy saliendo de la empresa y...

- Espera, espera- lo interrumpió Jimin, su voz sonando tan graciosa que Jungkook tuvo que reprimir una risa- ¿Qué te hace pensar que quiero verte? Aún recuerdo lo que sucedió la última vez que estuve en tu departamento.

Jungkook se detuvo antes de salir de su oficina. Era obvio que Jimin no iba a querer verlo, aún le sorprendía incluso que lo haya llamado. Pero todavía no habían tenido la oportunidad de hablarlo, y Jungkook quería creer que aún tenía tiempo para remediarlo.

- Puedes tomarlo como una forma de pedirte disculpas- contestó Jeon luego de un rato- Estuve pensando en lo que hice, y sé que me comporté como un completo idiota. Pero de verdad estoy arrepentido, Jimin. Así que, por favor ve a mi departamento. Voy a estar allí en poco tiempo.

La respuesta de Jimin podía determinar todo. Si le decía que no, entonces Jungkook ya no insistiría y no le hablaría nunca más; demasiados problemas le había dado últimamente, sin contar los que Taehyung le había causado, y no tendría otra alternativa más que entender al menor. Si milagrosamente le decía que sí, entonces él se encargaría de arreglar la situación de cualquier manera posible. Nunca antes nada había tocado aquel punto sensible en su corazón como lo había hecho el chico, y la verdad es que no le disgustaba para nada. Le gustaba ese lado que sólo salía cuando estaba con Jimin.

Una sonrisa se plasmó en su rostro cuando escuchó la respuesta de Jimin.

- No tardes.

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Jungkook cargaba con dos bolsas del supermercado cuando entró en su departamento. Ni siquiera se molestó en preguntar en alto si Jimin ya se encontraba allí, porque vio la mochila del chico en el sofá. Por lo que comenzó a preparar la sopa de fideos con pollo, le había preguntado al encargado de la tienda qué debía comprar para los resfriados, así que también obtuvo varios medicamentos.

Cuando ya estuvo todo listo, cargó todo en la bandeja y fue hacia la habitación. Jimin estaba en el centro de la cama, cubierto por un montón de mantas y con sus ojos cerrados. Jungkook dudó por un momento, no quería despertar al chico y lo mejor sería que descanse, pero entonces lo vio abrir los ojos débilmente.

- Pensé que dormías- dijo Jungkook mientras se adentraba a la habitación. Jimin se incorporó mientras que el mayor se sentaba a su lado y le dejaba la bandeja- Deberías tomar la sopa primero, y luego los medicamentos.

Jimin asintió castamente y agarró la cuchara. Jungkook ni siquiera se dio cuenta de cuán hipnotizado había estado esos minutos mientras lo observaba tomar la sopa. El menor estaba, claramente, enfermo; pues se notaba en su rostro lo cansado y débil que se encontraba, y había un tono rojizo en sus mejillas.

Jeon le pasó el vaso con agua cuando terminó la sopa y tomó los medicamentos, seguidamente volvió a acostarse en la cama, las mantas cubriéndolo casi por completo. Pero Jungkook aún no creía que con la sopa y los medicamentos había sido suficiente. Puso su mano sobre la frente del pelinegro, la cual estaba ardiendo en fiebre.

- ¿A dónde vas?- musitó Jimin cuando sintió que el mayor se levantaba de la cama.

Jungkook se giró- Voy a traer paños de agua fría- habló en un tono bajo, no quería levantar la voz y aumentar su dolor de cabeza- Estás ardiendo en fiebre, Jimin.

Jimin asintió una vez más y lo vio salir de la habitación. La verdad es que le sorprendía todos los cuidados por parte del mayor, siempre había parecido que sólo se interesaba por él mismo, ni siquiera lo hacía por su hijo, pero esta vez parecía todo lo contrario. Aquella actitud dura e intimidante que una vez había conocido desapareció en cuestión de minutos desde que había llegado al departamento. Incluso había logrado que se olvidara por un momento cómo lo había tratado la última vez allí.

Jeon volvió al poco tiempo y le colocó los paños fríos en su frente, logrando que el menor suspirara de alivio ante la diferencia de temperatura. Entonces se quedaron en silencio, sólo mirándose el uno al otro y tratando de descifrar qué estaba pasando entre ambos.

- Lo siento, Jimin.

Las palabras lo tomaron por sorpresa, pero mucho más lo hizo al notar que el hombre de verdad parecía arrepentido.

- No debería haber reaccionado así, y entendería perfectamente si no quieres perdonarme- siguió hablando Jeon- Estoy experimentando estos sentimientos por ti, y son tan intensos que no sé cómo controlarlos. Sé que no es una buena excusa, ni siquiera debería darte excusas por lo que hice, pero tienes que saber que soy capaz de cualquier cosa por ganarme tu perdón- se detuvo por unos momentos, los cuales aprovechó para quitarle el paño frío- Incluso si eso significa que tengo que alejarme de ti, aunque me rompería el corazón hacerlo.

Tal vez Jimin era muy débil, o tal vez sólo se había vuelto débil con Jungkook, pero no resistió verlo así de afligido. Se hizo a un lado de la cama, y no necesitó decir ni una palabra para que Jungkook se acostara a su lado, abrazándolo desde la cintura mientras Jimin se acurrucaba enseguida contra el hombre.

- No vuelvas a hacer algo así, por favor- murmuró el menor.

- No volveré a hacerte daño, pequeño.



















Fin

Se la creyeron, condenadas chamacas

Daddy Issues // KookminWhere stories live. Discover now