Epílogo

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Tamborileó sus dedos en el volante cuando la radio comenzó a sonar música, apretó el acelerador cuando la luz se volvió verde y ajustó sus gafas de sol mientras conducía por la autopista. Evitó mirar la hora en su reloj, sabía que estaba llegando demasiado tarde y su amigo seguro lo molestaría por ello, pero tampoco le importaba demasiado.

A pesar de la creencia popular, la vida soltera no tenía muchos beneficios, al menos no para él. Cuando vivía con su esposa e hijo, no tenía que preocuparse demasiado por ciertas cosas banales porque sabía que Bo-mi ya se había hecho cargo, y los empleados domésticos hacían su trabajo también. Ahora estaba viviendo en una casa mucho más hogareña que la mansión que solía tener, una muchacha iba a limpiarle cada semana, pero se la pasaba solo la mayoría de las veces.

Apenas había cruzado palabra con su ex esposa luego del divorcio, por suerte había logrado que fuera algo fácil y rápido de hacer así que no tuvo que verle la cara en todo ese tiempo. Su relación con Taehyung, si es que podía llamarle relación, tampoco había mejorado en esos cuatro años. Ni siquiera hubo un avance entre padre e hijo. Taehyung estaba reacio a hablarle, y Jungkook no tenía de otra que aceptarlo. Seguía llamándolo cada tanto, en especial en su cumpleaños o festividades, y le enviaba regalos para que sepa que seguía presente, pero Taehyung los devolvía de inmediato.

Sin embargo, la situación había cambiado ligeramente ese último año cuando Jungkook lo llamó y Taehyung sí habló con él por un máximo de veinte minutos. Estaba a punto de finalizar el año, y sólo había visto a su hijo cinco veces. Sabía que debía dejar que el tiempo curara las heridas que él mismo le causó, pero lo extrañaba demasiado. Jungkook ni siquiera había sentado cabeza con alguien; pensaba que, de esta forma, entonces su hijo vería que él seguía siendo su prioridad. Además de que no había conocido a alguien lo suficientemente especial como para formalizar, y que aún se le encontraba difícil seguir adelante.

Pero tal vez era hora de ver por él mismo. Sería una verdadera mierda si Taehyung decidía que ya no quería seguir en su vida, pero Jungkook tenía que pensar en él. Ya estaba un poco cansado de vivir en tanta soledad.

Luego de haber dejado el coche en el estacionamiento, Jungkook acomodó su traje y entró al hotel en donde se daba lugar la celebración. Su amigo no había escatimado en gastos, pues cada arreglo era sumamente lujoso, incluso los invitados vestían completamente de gala. Aún así, iba a decirle que su gusto musical era una mierda; la canción Lolita, de Lana del Rey, no era adecuada para la ocasión.

No sabía cuánto tiempo había pasado saludando a viejos conocidos, y algunos no tanto, pero sí sabía que se estaba muriendo del aburrimiento. Sostenía una copa de champgane mientras escuchaba a otro de los tantos empresarios que se encontraban allí, y él sólo asentía porque el tipo de verdad no podía parar de hablar. Se disculpó rápidamente y se hizo una nota mental de enviarle una carta de felicitaciones a su amigo por su nueva empresa, y decidió que ya era hora de irse.

Estaba dirigiéndose a buscar su saco cuando su amigo, Sehun, apareció en su campo de visión. El castaño estaba sonriendo abiertamente mientras se acercaba a Jungkook con dos copas en sus manos.

- ¡Jungkook!- saludó efusivamente el hombre- ¿Te vas tan pronto? Apenas empieza la fiesta.

Jungkook enarcó sus cejas y trató de sonreírle- Estoy algo cansado, tuve mucho trabajo estos últimos días. Pero felicidades por tu empresa.

- Amigo, eso no es por lo que realmente estoy festejando- Sehun rió y bebió un poco de su copa- ¡Voy a casarme!

- ¿En serio?- preguntó Jeon- Este sería tu tercer matrimonio, ¿verdad?

Tal vez fue un poco cruel, pero nunca iba a entender a su amigo y su insistencia por casarse, incluso cuando todos sus matrimonios habían sido un completo fracaso.

Daddy Issues // KookminWhere stories live. Discover now